La Jornada martes 7 de diciembre de 1999

ALEBRIJES Ť Patricia Vega
ƑCensura que no existe?

Oficialmente la censura cinematográficaca no existe en México, sin embargo ésta se ejerce de manera velada. Una rápida revisión de la historia del cine mexicano nos permitiría establecer un catálogo de filmes cuya exhibición ha sido castigada o, de plano, prohibida. La lista es larga pero basta, por ahora, mencionar el paradigmático caso de La sombra del caudillo, de Julio Bracho, basada en la novela homónima de Martín Luis Guzmán, y que es considerada la película ''maldita" del cine nacional, cuya exhibición estuvo prohibida durante más de 30 años.

En 1990, ante la posibilidad de que no se autorizara la exhibición de Rojo amanecer de Jorge Fons ųbasada en el guión de Xavier Robles y Guadalupe Vargas, que aborda la matanza del 2 de octubre de 1968ų el entonces presidente de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), José María Fernández Unsaín, anunció la tramitación de un amparo contra la Dirección de Cinematografía, con el propósito de defender la libertad de expresión de los cineastas mexicanos y terminar así con el enlatamiento de varias películas que, a pesar de haber salvado los diversos ''escollos" que impedían su filmación, una vez terminadas jamás se exhibían de manera comercial.

Hoy aludimos a las razones por las que se intenta ejercer una no tan sutil forma de censura contra La ley de Herodes, cinta de Luis Estrada, caso que Raquel Peguero y Yanireth Israde han documentando en esta sección cultural. Así, las evidencias del sabotaje emprendido saltan a la vista: exhibición restringida a dos salas cinematográficas, proyecciones intencionalmente fuera de foco, publicidad prácticamente nula y, por si fuera poco, los horarios anunciados en la escasa prensa no corresponden a los de la taquilla. A pesar de todo, nada impide que al término de las proyecciones el público aplauda a rabiar.

Al margen de sus valores cinematográficos, La ley... es ya un fenómeno político inscrito dentro de la historia cultural de este fin de siglo mexicano. Si bien es cierto que no es la primera vez que la corrupción política se aborda en el cine nacional, nunca antes se hizo una alusión directa al Partido Revolucionario Institucional ni al asesinato entre sus miembros. Si bien la acción se desarrolla en 1949, la cinta incluye referencias que la vuelven trágicamente actual, como el homicidio de un candidato. Los conocedores de la historia pueden hallar en personajes y hechos alusiones a la fundación del PARM, al asesinato de Maximino Avila Camacho, mientras que los jóvenes pueden dar otra lectura y relacionarla con los actos más recientes de la historia política mexicana en los que tampoco salen bien librados ni el PAN ni la Iglesia católica.

A pesar de que el Imcine decidió retirar su crédito de La ley de Herodes dejándolo en su totalidad a su contraparte, Bandidos films, lo cierto es que la cinta fue coproducida ųen 60 por cientoų por una entidad que, al estar adscrita al sector público, integra sus partidas presupuestales con dinero proveniente de los impuestos que pagamos los mexicanos.

En este contexto, la sociedad civil no sólo tiene el derecho sino el deber de reclamar y exigir la adecuada distribución, exhibición y promoción de La ley de Herodes, evitando que una no censura que sí es censura, llegue a consumarse.

ƑQuién toma la palabra?

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