Ť PRI y PAN, en su momento, no dudaron en aprobar recursos millonarios
Reorientó el Gobierno de la ciudad dos proyectos faraónicos de Oscar Espinosa
Ť Incongruentes, los diseños del acuaférico y cuatro macroplantas tratadoras de aguas residuales
Ricardo Olayo Ť Dos proyectos heredados por la regencia de Oscar Espinosa Villarreal, el acuaférico y las plantas de tratamiento de aguas residuales, tuvieron que ser modificados por este gobierno, al tratarse de diseños destinados a recibir un caudal de líquido que en ninguna circunstancia recibirá el Distrito Federal.
Aquellas obras, hoy reorientadas, recibirían miles de millones de pesos, con un endeudamiento que el PRI y PAN no dudaron en aprobar.
En el caso del acuaférico, Espinosa Villarreal dejó diseñado a este gobierno un diámetro de tubo y de recubrimientos de tres metros, pensando en un caudal de agua que no es posible que llegue al Distrito Federal ni a los municipios del estado de México, en la zona donde va a ser utilizado.
Además, pidió recursos para cuatro macro plantas tratadoras de agua, que tenían una expectativa de 75 mil litros por segundo, cantidad de líquido que salvo época de lluvias puede juntarse.
Se trató de una obra que no servía para el futuro de la ciudad y cuya construcción no se había realizado en alguna parte del mundo.
Todo se le concedió a Espinosa Villarreal, recuerdan Orlando Delgado y Macario Schettino, funcionarios del gobierno capitalino.
Pero la obra de las plantas tratadoras no llegó a ser un elefante blanco, pues el tratamiento del agua se planeó en módulos con capacidad de cinco mil litros por segundo, y gracias a ello no se ejerció la deuda y se pudo reorientar a un programa que siempre es mencionado por los funcionarios en sus informes de labores: la recuperación del líquido con la detección y reparación de fugas en la red.
En dos años de gobierno, se han logrado ahorros hasta de 20 por ciento en las licitaciones, respecto de las que realizaba la anterior administración, dicen ambos funcionarios, quienes en ese lapso han estado al tanto del manejo y solicitud presupuestal para las autoridades capitalinas.
Por estas reorientaciones y ahorros es que se ha tenido disponibilidad económica; es decir, dinero en cartera, señalaron, lo que ha sido utilizado por los partidos de oposición en la ciudad para desvirtuar las necesidades.
Los legisladores han pretendido pasar por alto la forma natural de administrar la ciudad, por ejemplo, el pago de aguinaldos, que obliga a tener en disposición un monto importante de recursos para el final del año, pero de ninguna manera se trata de dinero ocioso o sin objetivo, indican.
En el fondo, subrayó Delgado, la solicitud de deuda para el 2000 revela inequidades en el trato hacia los diferentes estados de la Federación.
Las participaciones han crecido en 104 por ciento en 31 estados del país en los últimos 20 años, pero en la ciudad de México sólo ocho por ciento, indicaron.
El estado que le sigue al Distrito Federal en la lista de los menos favorecidos es Nuevo León que, sin embargo, tiene 33 puntos porcentuales por arriba de lo que se ha dado a la ciudad de México. Cada uno de estos argumentos se han esgrimido para tratar de reincorporar al ramo 33 a las finanzas capitalinas.
Dos años de gobierno
La moneda está en el aire, porque los diputados federales del PRI han expresado sus dudas sobre la necesidad de aumentar el monto de 9 mil millones de pesos, y de modificar la ley para que el Distrito Federal entre al reparto de recursos federales.
La situación financiera de las autoridades es sana, porque se logró hacer una restructuración de la deuda y modificar la desventajosa forma de pago que heredaron.
Aún si reciben todo el monto de endeudamiento, al final del 2000 el débito será de 31 mil 24 millones de pesos, 41 por ciento superior al de 1998, pero 6.5 por ciento menor a la estimación de la anterior administración, indican documentos oficiales.
Ayer se cumplieron dos años de la llegada de este gobierno surgido de las filas del PRD, al que se le dio un trato distinto, pues el menos en dos ocasiones anteriores, durante las regencias de Ramón Aguirre y de Manuel Camacho Solís, se les condonó la deuda o bien ésta fue absorbida por el gobierno federal, agregaron.