Ť Comete el PNV un error grave al dar parte de razón a etarras: Aznar
Protestan miles de vascos por la suspensión de la tregua de ETA
Ť Llama Arnaldo Otegi a la unidad de la izquierda nacionalista para empujar el proceso de paz
Armando G. Tejeda, corresponsal, Madrid, 4 de diciembre * La coalición independentista vasca Herri Batasuna (HB), considerada brazo político de ETA, y la organización no gubernamental Gestoras Pro Amnistía reunieron en Bilbao a miles de personas que protestaron por la situación de los presos de ETA y por la decisión del grupo armado de suspender la tregua que mantuvo durante 14 meses.
La marcha, en la que participaron por lo menos unas 15 mil personas, estuvo encabezada por los líderes de HB.
El principal dirigente y vocero de la organización, Arnaldo Otegi, hizo un llamado de unidad de la izquierda nacionalista para enfrentar la difícil coyuntura que vive el proceso de paz, reiteró el compromiso de su coalición hacia los medios pacíficos y democráticos para lograr una solución del conflicto en Euskadi y pidió a ETA no reanudar sus acciones armadas.
La marcha de Bilbao ha sido quizá la más nutrida de todas que se realizaron esta semana a raíz del vuelco que ha dado el proceso de paz. Los manifestantes de Bilbao exigieron que los presos de ETA, diseminados en penales de todo el país como parte de la política penitenciaria de Madrid, sean reagrupados en prisiones cercanas al País Vasco.
Está reivindicación es una de las principales exigencias de ETA y está sustentada por una moción aprobada en el Congreso de los Diputados, que tenía el objetivo de acompañar los avances en el proceso de paz con el cumplimiento paulatino de cuestiones que durante 30 años han marcado el conflicto en Euskadi.
Simultáneamente, un grupo de cargos electos de Euskal Herritarrok (EH, marca electoral de HB), como el concejal del ayuntamiento de Pamplona Patxi Zabaleta y los parlamentarios Milagros Rubio y Pablo Muñoz, leyeron un comunicado en el que piden a ETA que revoque su decisión de romper la tregua, tras alegar "razones morales, sociales y políticas".
Los funcionarios afirmaron que desde la coalición independentista "denunciamos la obstrucción antidemocrática efectuada por el gobierno de Madrid y los partidos Popular y Socialista Obrero Español (PSOE) con respecto al proceso de paz abierto tras la tregua. Pero la necesidad de una solución política del contencioso exige mantener y fortalecer los esfuerzos emprendidos por toda la sociedad desde el 18 de septiembre de 1999, esfuerzo del que es un exponente la actitud de los presos y presas políticos".
Oportunidad desaprovechada
A todo esto, el histórico líder del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Xabier Arzalluz, responsabilizó a Madrid de "no haber hecho nada durante los 14 meses de tregua", y de haber "desaprovechado esta histórica oportunidad de construir la paz definitiva en el País Vasco".
"Nosotros no sabemos si ETA va a actuar o no, y si actúa, nos va a tener absolutamente enfrentados", enfatizó Arzalluz, quien invitó hace unos días a la izquierda nacionalista a fundar un pacto político, cuyo último fin sería el autogobierno y la autodeterminación de Euskadi, que es, en esencia, la causa de ETA.
Sin embargo, el presidente del gobierno español, José María Aznar, afirmó este sábado en Berlín que "algunos dirigentes del PNV (en el gobierno local), han cometido el error más grave al dar parte de razón a ETA, aun cuando la organización está dispuesta a matar".
El canciller alemán, el socialdemócrata Gerhard Schroeder, reiteró por su parte que su gobierno dará "apoyo y solidaridad total
a España en la lucha contra el terrorismo".
Aznar reafirmó la postura beligerante con la que su gobierno recibió la noticia de la suspensión de la tregua por parte de ETA, y las críticas que su administración ha hecho a los nacionalistas moderados del PNV, al asegurar que "algunos dirigentes han equivocado profundamente el camino y el sentido de lo que hay que hacer y de la respuesta que se debe dar en estos momentos. Muchos simpatizantes y votantes de buena fe del PNV no lo pueden aceptar".
Según Aznar, "ETA jamás ha tenido la mas mínima intención de hacer la paz, sino que ha intentado conseguir sus objetivos sobre los muertos, los crímenes, las extorsiones y los secuestros, por eso no puede tener nunca la comprensión de nadie".
Una encuesta de opinión publicada hoy en el Diario 16 reveló que 45 por ciento de los españoles está de acuerdo con la postura adoptada por Madrid ante el fin de la tregua de ETA, pero entre los ciudadanos vascos sólo 16 por ciento apoya a Aznar.
El secretario general del PSOE y candidato a la presidencia, Joaquín Almunia, defendió la unidad entre todas las fuerzas políticas ante la nueva amenaza de ETA, y afirmó: "No nos podemos dividir; es el momento de poner al margen nuestras diferencias para trabajar juntos en pro de la defensa de las pluralidades y las libertades".
Pero como condición previa, Almunia exigió que el PNV rompa cualquier pacto político o negociación con EH.
La ruptura de la tregua de ETA ha causado enfrentamientos en Izquierda Unida (IU), tercera fuerza en votos, pues ayer el líder de la coalición, Julio Anguita, emplazó a sus compañeros de Izquierda Unida Ezker Batua, en el País Vasco, a abandonar el Acuerdo de Lizarra.
El secretario local, Javier Mandrazo, afirmó que será la facción vasca de IU la que decidirá si se abandona o no el pacto.
El acuerdo Lizarra-Garasi es un foro que aglutina a fuerzas nacionalistas vascas moderadas y radicales, y que fue el preámbulo político que llevó a ETA a decretar la tregua unilateral.
"Ezker Batua no debería estar en la Mesa de Lizarra sino trabajando a tope para abrir una tercera mesa redonda, sin discriminaciones a ninguna fuerza política, en la que se pueda debatir la situación", señalo el líder comunista Francisco Frutos.
Mientras tanto, Rafael Masa, coronel de la Guardia Civil acusado de participar en el asesinato en 1984 del líder de HB, Santiago Brouard, quedó hoy en libertad tras el pago de una fianza de unos 60 mil dólares.
También quedó en libertad el ex director general de la Seguridad del Estado, Julián Sancristóbal, involucrado en la guerra sucia contra ETA perpetrada por los Grupos Antiterroristas de Liberación durante el gobierno de Felipe González.