* Los jóvenes, llamados a aportar en el futuro la imaginación que faltó


Sensación de impotencia en la izquierda uruguaya

Stella Calloni/II y última * Si bien se reconoce el sostenido avance del Frente Amplio, la sensación de los seguidores de la mayor fuerza política de Uruguay es de impotencia e injusticia y esto degrada la democracia. Cuando casi la mitad de la población siente burlada su voluntad no es un buen síntoma para una democracia y evidencia que algo está mal en la legislación.

Se puede decir, sin duda alguna, que el triunfo de los tradicionales partidos Blanco y Colorado es débil, ambiguo y además los deja amañados entre sí y al borde de las rupturas. También algo más cambió en el escenario uruguayo y es la concentración de los medios de comunicación y el poder de éstos al servicio de los viejos partidos, sin ninguna ambigüedad en este caso.

La descarnada manipulación sobre las propuestas económicas frentistas, así como la diferencia de oportunidades publicitarias, indica que existen otros tipos de injusticias que también pesan en el espíritu del uruguayo medio, y son señales de alerta para un país del que se dijo alguna vez que era "la Suiza de América".

Hasta ahora los frenteamplistas han demostrado una conducta disciplinada que ha hecho posible el ascenso gradual de su movimiento, pero la izquierda también realiza su autocrítica en estas horas.

Como señala el senador más votado, el ex tupamaro José Mújica --el verdadero personaje que emergió de estas elecciones--, hubo "desmovilización" de la militancia por temor a las provocaciones, y ésta fue para él una de las razones del revés.

Si las enormes movilizaciones de la campañas, esa emocionada presencia de miles y miles de uruguayos, hubiera persistido como elemento básico, es posible que el entusiasmo y la fuerte decisión de cambio que impera hubiera arrastrado a los indecisos, aun del sector más conservador.

Juan Gabriel Tokatlian, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de San Andrés, analiza que Uruguay "es un país pequeño, homogéneo, con un único gran centro urbano, una pirámide de población muy adulta, un pasado nostálgico de nación próspera y un presente menos inequitativo que el de los vecinos cercanos, y tiende a valorar más la continuidad administrativa, el orden político y la libertad individual que el cambio institucional, la justicia social y la igualdad económica".

Estos elementos se reflejaron en la simbología que transmitieron los medios en manos del poder: un periódico y una revista de alta calidad. Sin embargo, para llegar a los sectores rurales donde los viejos esquemas tradicionales subsisten con fuerza, la televisión y la radio son instrumentos esenciales y esto ha sido sacado de las manos de los sectores más progresistas.

La izquierda debe hacer un esfuerzo cada vez más desafiante para llegar a todos y de alguna manera ir al interior del país durante estos últimos tiempos, lo que dio sus frutos en el profundo cambio del mapa electoral del Uruguay más oculto.

Quizá llego el tiempo de combinar gradualismo y disciplina con una mayor imaginación. Y en este caso, sí existe otro fenómeno del que no se habla mucho y que hay que tener en cuenta hacia el futuro cercano: las nuevas generaciones, con mucha voz pero sin voto ahora, que estuvieron en las calles masivamente demandando el cambio, son precisamente las que pueden aportar mucho en esto de la imaginación.