París, 1987. Un estadunidense (Dennis Quaid) pierde a su esposa e hijo a causa de una bomba terrorista, puesta por fundamentalistas árabes. Enloquecido por la pérdida, el hombre mata a varios musulmanes en una mezquita para luego unirse a la Legión Extranjera, con el seudónimo de Guy. Seis años más tarde se encuentra combatiendo en Bosnia, del lado serbio.
Al parecer, Guy ha perdido todo vestigio de humanidad, pues desde su puesto de francotirador dispara sin titubear contra un inerme muchacho bosnio que ha cruzado a la zona prohibida. No obstante, el mercenario aún es capaz de actos compasivos, como defender a una mujer serbia llamada Vera (Natasa Ninkovic) de la salvaje agresión de Goran (Sergej Trifunovic), un soldado de su propio pueblo que le recrimina haber sido violada y embarazada por el enemigo. Guy lo mata y atiende el parto de emergencia. Sin querer, el mercenario debe hacerse cargo de la madre y su recién nacida.
Todo eso ocurre en la primera media hora de Savior (nadie se molestó en traducir su título), un tenso drama antibélico producido en Hollywood -Oliver Stone es uno de los productores- pero dirigido por el realizador serbio Predrag (o Peter) Antonijevic. Otra vez, como en el caso de Bienvenidos a Sarajevo (Michael Winterbottom, 1997), la mirada de un protagonista extranjero sirve para expresar que el conflicto en Bosnia, en su carácter fratricida, fue bastante más brutal e inexplicable que otras guerras. Si bien Guy ha abandonado el terreno de los vivos al convertirse en una eficiente máquina asesina, no puede dejar de reaccionar como ser humano cuando atestigua cómo Vera es amenazada por Goran, y poco después rechazada por su propio padre, quien la quiere obligar a suicidarse para lavar el honor familiar.
En sus instancias más interesantes, Savior examina qué tanto la brutalidad de las acciones guerreras parte de un inflexible código machista. Con sus constantes alusiones sexuales en el campo de combate, Goran es el consumado representante de esa patología. Por ello, es significativo que la redención de Guy comience cuando adopta el papel materno que Vera se niega a desempeñar con su hija, porque ella misma ha sido contagiada del ánimo discriminante. El simbolismo se subraya con el empleo de objetos muy masculinos: el soldado improvisará unos pañales de una tela militar de camuflaje y un chupete de un condón, para cuidar a la desvalida bebé.
Las figuras de una madre y su hijo no deseado han sido predilectas del melodrama desde que Griffith puso a Lillian Gish a merced de la tormenta de nieve en Way Down East. Sin embargo, el tema cristiano de Savior parte de otro argumento clásico, el usado por John Ford en Los tres hijos del diablo (3 Godfathers, 1948). Como esos bandidos convertidos en Santos Reyes del Oeste al salvar a un bebé del desierto, Guy recuperará su humanidad gracias a la inocencia de esa nena. El título se refiere pues a dos actos simultáneos de salvación. El soldado ha salvado a la niña de morir, al tiempo que ella le ha redimido el alma. De ahí el peso dramático de un objeto cristiano, el crucifijo que Guy ha heredado de su esposa, a lo largo de la historia.
Nastassja Kinski y Stellan Skarsgard tienen créditos principales pero su aparición es bastante breve. El peso de la película lo llevan Quaid -un versátil actor desaprovechado por Hollywood- y la desconocida e interesante Ninkovic. Cuando el relato parece desviarse por un camino convencional, la posible relación de amor entre el mercenario y la madre soltera, Antonijevic nos recuerda que esta fue una guerra en particular sucia, en la cual ningún bando se libró de cometer atrocidades. A pesar de que Savior cae a veces en lo demostrativo -cualidad de rigor en cualquier proyecto asociado a Oliver Stone-, su emotiva conclusión hace convincente su tesis de que hasta el hombre más vil es susceptible de una redención moral.
Savior (EU, 1998, de Peter -Predrag- Antonijevic.) G: Robert Orr/ F. en C: Ian Wilson/ M: David Robbins/ Ed: Ian Crafford, Gabriella Cristiani/ I: Dennis Quaid, Stellan Skarsgard, Natasa Ninkovic, Sergej Trifunovic, Nastassja Kinski/ P: Initial Entertainment Group. EU, 1998.