* El investigador afirma que guardan similitud con objetos hallados en Grecia


Las dos reliquias ubicadas en Suiza no son mexicanas, sostiene Gisler

* Se actuó con premura y las autoridades difundieron información que no fue corroborada, dice

* Representantes de la policía italiana lamentan que no se hayan recuperado esas obras

Miryam Audiffred * Ya no hay duda. Las piezas de oro localizadas en Suiza no son mexicanas ni fueron robadas del Museo Nacional de Antropología, como lo anunciaron el titular de la Interpol-México, Juan Miguel Ponce, y Everardo Moreno, subprocurador de Procedimientos Penales ''A" de la Procuraduría General de la República.

Los datos proporcionados ayer por Jean Robert Gisler, coordinador del área de Delitos Patrimoniales de la Interpol-Suiza, son más que contundentes para echar abajo las declaraciones que el pasado martes emitió Ponce a La Jornada, con el deseo de escribir el último capítulo de lo que es considerado ''el mayor despojo al patrimonio nacional".

Si bien el director general de la Interpol-México aseguró que las últimas dos obras pendientes de recuperar, luego del robo ocurrido en la Navidad de 1985, habían sido localizadas en Europa con la colaboración de las policías italiana, francesa y suiza, los palabras del investigador europeo no admiten dudas.

 

Diferencias de tamaño y acabados

 

''Entre las muchas diferencias que se observan al comparar las obras mexicanas con las ubicadas en Suiza, sobresale que las robadas hace más de una década miden 1.5 centímetros y no 3.4 como las que analizamos en días recientes", dice Gisler.

Por si las diferencias de tamaño no fueran suficientes para desechar la hipótesis difundida por las autoridades mexicanas, menciona que los acabados del aro superior de las piezas muestran técnicas totalmente distintas. ''Además, la similitud que tienen con una serie de objetos hallados en Grecia nos hace pensar que corresponden a esta cultura, aunque aún no sabemos cuál era su función".

Las palabras del investigador no son las únicas que contradicen las aseveraciones de Ponce y del subprocurador quien, por cierto, hace un par de días sostuvo que estaban a punto de concluir el caso del ''famoso robo al museo" con la localización del par de orejeras mexicas. No obstante que el director de la Interpol-México enfatizó que lo dicho por Gisler hacía referencia a otras piezas -de las que obviamente no dio más detalle-, representantes de la policía italiana mencionaron que fue una ''pena" no recuperar las reliquias mexicanas.

''Aun cuando la investigación no llegó al final que se esperaba porque Gisler nos señaló que sólo se trataba de objetos similares", dijo el subcomandante de los carabinieri, Giovanni Pastore, ''este hecho demostró que es posible coordinar una investigación a nivel internacional".

Una rueda de prensa, realizada el pasado 16 de noviembre, fue el escenario en el que Juan Miguel Ponce habló por primera vez del éxito de las averiguaciones.

''Las piezas faltantes ya han sido localizadas y estamos en proceso de lograr el aseguramiento de las mismas, así como su devolución por parte de una nación extranjera que está colaborando plenamente con nosotros", mencionó entonces.

Confundido por las declaraciones de Ponce y lamentando que no se haya tenido éxito, Gisler considera que las autoridades de México actuaron con demasiada premura al organizar un acto público con el afán de difundir información que no había sido corroborada. Es más, la charla con los medios se realizó a unas semanas de que la Interpol-Suiza recibiera las imágenes y fotocopias que contenían los datos.

Al parecer, se dieron por hecho los comentarios vertidos por un policía italiano que creyó ver las piezas robadas -difundidas mediante catálogos y páginas web- en una feria de antigüedades.

 

Investigaciones soslayadas

 

En un mes, se indagó el origen de los dos arillos exhibidos en Holanda hasta dar con el propietario, un coleccionista de arte dedicado al comercio legal de objetos romanos y griegos lo que, dicho sea de paso, lo convirtió en especialista en arte clásico poco o nada interesado en piezas precolombinas.

En teoría, Gisler debió ser el encargado de difundir ayer la buena nueva en el contexto de la Conferencia sobre el tráfico ilícito de bienes culturales robados en América, que se efectúa en el Museo Nacional de Antropología. Su ponencia La lucha contra el tráfico ilícito estaba destinada a ser el punto final de una historia que comenzó con el robo de 140 piezas de las culturas maya, mexica, mixteca y zapoteca y no ha podido cerrarse a pesar de que, en 1989, la policía recuperó más de 90 por ciento del lote sustraído.

Obviamente hubo ponencia, sólo que ésta jamás hizo énfasis en las investigaciones realizadas en el último mes. En su lugar, el especialista habló de la escasa presencia de arte prehispánico en su país.

''No hay un solo museo público que coleccione estas reliquias", aclara. ''Los recintos que llegan a mostrar alguna pieza de este tipo es porque las han recibido como regalo de algún coleccionista privado".

No obstante esta situación, Gisler reconoce que está despertando el interés por las culturas del centro y sur de América, lo que implica el riesgo de que se introduzcan ilegalmente al país, como sucede siempre con la demanda de cualquier bien cultural.