* Presiones en Alemania contra democristianos


Tuvo contacto el traficante de armas con más líderes de la UDC

Dpa y Afp, Berlín, 1o. de diciembre * El controvertido vendedor de armas alemán Karlheinz Schreiber reveló ahora que mantuvo contactos con numerosos líderes políticos, entre ellos el propio ex canciller federal Hemult Kohl, quien ayer reconoció la existencia de cuentas secretas de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (UDC).

Las presiones contra los democristianos se acentuaron este miércoles, luego que el presidente del Bundestag (Parlamento alemán), Wolfgang Thierse, del Partido Social Demócrata (PSD), advirtió que las consecuencias judiciales sobre este affaire podrían ser mayores que las que hasta el momento se barajan.

El líder del PSD y sucesor de Kohl en el gobierno, Gerhard Schroeder, instó a la UDC a "poner todos los hechos sobre la mesa", en especial aclarar si existen más cuentas secretas que las ya declaradas.

El escándalo salió a la luz pública luego que Schreiber dijo al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung que en 1991 entregó al ex tesorero democristiano Walther Leiler Kipe un millón de marcos (unos 530 mil millones de dólares) para que el gobierno favoreciera un acuerdo de venta de armas a Arabia Saudita.

Ahora en declaraciones al diario berlinés Die Welt, Schreiber sostuvo que mantuvo contactos con numerosos dirigentes de la UDC, entre ellos el propio Kohl, así como de la Unión Cristiano Social (UCS), su socio en el gobierno.

Este vínculo no existió sólo con el actualmente investigado ex tesorero Kiep, subrayó Schreiber, considerado figura clave en el escándalo de sobornos relacionado con la exportación de armas, sino también con Kohl y sus compañeros de partido, Wolfgang Schauble y Volker Ruhe, así como el actual primer ministro de Bayer, Edmund Stoiber, de la UCS.

"Cuando la UDC y la UCS pretenden que ellos no tuvieron nada que ver conmigo y que esto es sólo cosa del señor Kiep, simplemente no se corresponde con la realidad", aseguró Schreiber.

De su lado, Schauble, jefe de la UDC, escribió en una carta dirigida a funcionarios y legisladores de su partido que ha sido colocado "en una situación difícil", y exigió "un esclarecimiento incondicional, inmediato y total" del tema.

Pero se estima que una investigación completa será casi imposible, ya que ha transcurrido mucho tiempo desde que sucedieron los hechos.

En declaraciones al canal del televisión ZDF, Schroeder calificó el escándalo como "vejatorio", mientras la tesorera socialdemócrata Inge Wtting-Danielmeir, a la pregunta de si ha existido en el seno del PSD algún hecho comparable, dijo que "todo está en orden".

Por el contrario, su compañero de partido Volker Neumann, presidente de la comisión del Parlamento alemán designada para investigar el affaire, indicó que "es posible que miembros del PSD también hayan aceptado dinero".

Las pesquisas de la comisión, que este jueves comienza formalmente sus trabajos, se centrarán sobre todo en Kohl, que fue jefe de la UDC durante 25 años y quien ayer no sólo admitió la existencia de las cuentas secretas sino que también asumió la responsabilidad política de estos hechos, aunque rechazó acusaciones de que durante los 16 años de su gobierno algunas decisiones políticas hayan sido influenciadas por donativos.

Por su parte, el también ex canciller Helmut Schmidt, del PSD, se pronunció a favor de una total prohibición de las donaciones de dinero a los partidos políticos por parte de empresas industriales o comerciales, para evitar la corrupción.