* Espectáculo pobre


Cruz Azul con ventaja raquítica; 1-0 al Necaxa

Miguel Angel Ramírez * Las probabilidades de un viaje al más allá no son tan inminentes para el Necaxa. La Máquina de Cruz Azul apenas pudo ganar 1-0, por lo que su tránsito a las semifinales quedó prendido con alfileres. Ayer, lo único definitivo en el estadio Azul fue el pobre espectáculo que ofrecieron ambos conjuntos.

Sí, porque tanto el anfitrión Cruz Azul como el Necaxa se fueron prácticamente por esos caminos que no llegan a ninguna parte. Se consumieron en una lucha intranscendente, estéril, sobre todo en la primera parte del trámite, y los espectadores, que estuvieron lejos de colmar las tribunas, pagaron las consecuencias.

Se esperaba más del primer partido de cuartos de final. Pero en el bando necaxista hubo quien dejó, como Montes de Oca, la concentración en casa.

A la Máquina no se lo oxidaron todas las fuerzas con las ausencias de Latorre, Reynoso y Castañeda, pero también fue un equipo sin alma. Dos de sus jugadores desequilibrantes, como Mauro Camoranessi y Angel Matute Morales, apenas tuvieron algunos chispazos.

En uno de ellos, al minuto 22, se produjo la anotación de los cementeros. Por el lado izquierdo, Morales dio un taconazo para la llegada de Pinheiro, quien entró al área y le puso un centro a Francisco Palencia para que mandara el balón al fondo de la red. Fue el 1-0 y lo único que valió la pena en la primera parte.

Para el complemento, Raúl Arias hizo un ajuste defensivo: mandó a Acosta en lugar de Montes de Oca, con lo que Cabrera le dejó su lugar en la central al recién ingresado y se corrió al lateral izquierdo. Necaxa siguió con sus problemas para encontrar un hueco en el cerrojo cementero. La entrada de Oliva aumentó su número de atacantes, pero no de comunicación entre los rojiblancos. Hermosillo y Delgado parecían rivales, y Aguinaga se perdió por completo al encajonarse en la banda izquierda.

Al minuto 62 Delgado controló bien un pase de Cabrera y mandó un tiro que terminó estrellándose en el travesaño.

Palencia respondió al minuto 73 con un remate también en el travesaño. Y al 76', Morales anotó al desviar un tiro de Palencia, pero el árbitro Felipe de Jesús Ramos Rizo lo anuló por fuera de lugar. Esta fue la segunda ocasión que lo hizo, sólo que en el de Camoranessi no protestaron tanto los seguidores cementeros.