Ť Décimo aniversario de la Convención sobre los Derechos de la Niñez


Avances en el respeto a garantías de los menores

El reconocimiento del avance logrado por México en torno al respeto de los derechos de los niños, así como la admisión de lo que falta por hacer en la materia, marcaron las coincidencias de los discursos que los titulares del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia y del Instituto Federal Electoral (IFE), así como del representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Juan Fernando Aguirre, pronunciaron ayer durante la conmemoración del décimo aniversario de la Convención sobre los Derechos de la Niñez, efectuada en el auditorio Adolfo López Mateos del DIF.

La infancia, manifestó Aguirre, debe ser "una prioridad nacional" en el próximo siglo, y para lograr ubicarla en el primer plano de la agenda política y social, se requiere "una gran alianza" en todo el país e impulsar una legislación compatible con los principios de la Convención de los Derechos del Niño.

La "constitucionalización" de los derechos de los niños, insistió, "es una necesidad jurídica y una base ética indispensable para el desarrollo social", y declaró que "la inversión en la niñez es necesariamente una inversión en el desarrollo humano".

A su vez, Nilda Patricia Velasco de Zedillo, presidenta del patronato del DIF, sostuvo que aunque en el apoyo a la niñez mexicana "estamos avanzando, sólo podremos estar satisfechos hasta que cada niño y niña vivan con la seguridad de que tendrán los cuidados y oportunidades que les permitan forjarse una vida digna y con bienestar".

Enrique Burgos García, director general del DIF, expresó por su parte que en el compromiso con la infancia hay "notables avances, pero también subsisten dolorosos contrastes e insuficiencias", y enfatizó que la atención a los niños es razón existencial del Estado mexicano para alcanzar la justicia.

Admitió que los empeños en favor de los menores deben redoblarse "ante la magnitud de los retos", pues darle viabilidad a la niñez es darle al mismo tiempo cauce promisorio a la nación.

En su turno, José Woldenberg, presidente del IFE, aseguró que el avance democrático de México, así como la cultura y civilidad, serán más sólidos y fuertes en la medida en que también lo sea "el trato que demos a los sectores más vulnerables de la población: los niños en primer lugar".

Advirtió que en gran parte de la sociedad mexicana no está enraizada la idea de que los niños son sujetos de derechos legítimos, por lo que hace falta reforzar la marcha al respecto, "no como horizonte u horizonte remoto, sino para el orden social, equitativo y democrático, que queremos aquí y ahora". Afirmó que todas las instituciones presentes ayer en la ceremonia "hemos venido a reafirmar públicamente nuestros compromisos y a prolongar nuestras acciones. Reconocemos que la condición civilizada, la protección y la garantía de los derechos de la niñez son un problema no resuelto y nos queda mucho por hacer".

Para Woldenberg la celebración de la convención debe hacerse proponiendo más proyectos y cada vez mas ambiciosos, y señaló que construir oportunidades para la expresión y consolidación de los derechos del niño es una oportunidad también para el presente y porvenir de la nación.

Durante la ceremonia que fue convocada y organizada por los organismos ya mencionados, así como la SEP, la CNDH y el ombudsman capitalino, la esposa del Presidente se declaró convencida que una niñez y una juventud sanas y educadas representan la base "del país fuerte, próspero y justo que todos anhelamos".

Como ejemplos de lo que el gobierno y la población han hecho para apoyar a la infancia mexicana mencionó que 98 por ciento de la población infantil está protegida con las campañas de vacunación; se ha logrado erradicar la poliomielitis y la difteria; la mortalidad de niños menores de cinco años se ha reducido en 30 por ciento; nueve de cada diez menores ingresan a la primaria y 90 por ciento de los jóvenes de 15 años cuentan con estudios de primaria.

También acudieron al acto José Luis Soberanes, presidente de la CNDH; Carlos Jarque, titular de Sedeso, y José Narro Robles, encargado del despacho de la Secretaría de Salud. (Susana González G.)