Ť Fría recepción en Moscú al canciller noruego
Fracasa la OSCE en su intento de mediar en el conflicto checheno
Ť Cuestiona el Kremlin contactos de Vollebaek con Masjadov
Ť Hospitalizan a Yeltsin por padecer síntomas de neumonía
Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 29 de noviembre Ť Tras el confuso lenguaje diplomático, siempre ideal para encubrir con ambigüedades los fracasos, queda una conclusión inequívoca: el presidente en turno de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Knut Vollebaek, no logró este lunes concretar una posible mediación de Occidente en el conflicto de Chechenia.
Esto coincidió con una nueva hospitalización del presidente ruso Boris Yeltsin quien, según el Kremlin, permanecerá internado probablemente una semana, pues el mandatario presentó síntomas de neumonía, luego de estar varios días en reposo con una "traqueo bronquitis complicada con una infección viral".
Al término de sus conversaciones aquí con el canciller Igor Ivanov, Vollebaek no pudo anunciar la fecha precisa en que se propone visitar Chechenia una misión de la OSCE, que en la lectura occidental es manejado como uno de los acuerdos de la reciente Cumbre de Estambul.
"Dejaría de ser honesto conmigo mismo si dijera que estoy completamente satisfecho (con las conversaciones) y que alcancé los resultados que pensaba, pero sigo optimista respecto a una respuesta positiva del gobierno ruso", declaró el también ministro de Relaciones Exteriores de Noruega.
Ivanov fue más claro al asegurar que "Rusia no necesita la mediación de nadie para resolver el problema. En cuanto a la misión de la OSCE, todo viaje a la región requiere una cuidadosa preparación, pues es una zona muy peligrosa. Cada vez que representantes de organizaciones extranjeras manifiestan el deseo de viajar ahí, se requiere una decisión del gobierno ruso".
Dicha decisión, según Ivanov, se dará cuando Rusia estime que la visita de la misión de la OSCE tiene sentido y existen las condiciones de seguridad para ello.
Preguntado por el presunto compromiso adquirido por Rusia en la reciente cumbre de la OSCE, el canciller ruso explicó que la Declaración de Estambul, cuyo punto número 23 fue mencionado por Vollebaek como fundamento para la mediación de la OSCE en Chechenia, no es un documento vinculante y sólo refleja "enfoques" de carácter general.
"El gobierno ruso es el único facultado para determinar quién y cuándo puede visitar la región y, al tomar dicha decisión, se sopesarán el criterio de la conveniencia y las condiciones de seguridad, para evitar una provocación de los terroristas", subrayó Ivanov.
El emisario de la OSCE fue recibido con marcada frialdad por las autoridades rusas, igual que el comisario para los Derechos Humanos del Consejo de Europa, el español Alvaro Gil-Robles, quien espera realizar una breve visita a "los territorios liberados" de Chechenia.
La presencia de Gil-Robles es para negociar los límites que quiere establecer Rusia a los organismos internacionales en Chechenia: la asistencia humanitaria a los mas de 220 mil refugiados de esta guerra.
Irritación
Por ello, en el caso del presidente en turno de la OSCE, el distanciamiento ha sido mucho más acusado. Ello se atribuye a que Rusia rechaza una mediación política internacional y, según se rumora, al hecho de que Vollebaek se ha convertido en un interlocutor que irrita a Moscú.
Fuentes de la cancillería rusa tienen muy presente el triste papel que desempeñó Vollebaek con relación al conflicto de Kosovo y también que su gestión al frente de la organización concluye ya en diciembre próximo. Esto último, consideran, explica el interés personal de Vollebaek de entregar la oficina con un "sonado éxito" y no "las cuentas mediocres" que ha logrado hasta ahora.
Hay que reconocer que los servicios de inteligencia rusos supieron preparar el ambiente para la visita de Vollebaek; la víspera, enviaron a la prensa copias de correspondencia interna de la OSCE que, formalmente, constituyen evidencias de intromisión en los asuntos internos de Rusia.
Según estos documentos, a espaldas del gobierno ruso, Knut Vollebaek recurrió al presidente de Ingushetia, Ruslan Aushev, solicitándole hacer llegar una carta al presidente de Chechenia, Aslan Masjadov. En dicha carta, escrita dos semanas antes de la Cumbre de Estambul, ya se da por hecho la mediación de la OSCE y la inminencia de un viaje de una misión a Grozny.
Trascendió que tan pronto como comenzó la reunión con Vollebaek, Ivanov acusó al emisario de la existencia de "contactos secretos" con la dirigencia chechena.
Esto fue lo primero que Ivanov echó en cara a Vollebaek. Este trató de justificar el intercambio de misivas al argumentar que no es violatorio de las leyes rusas ni de la práctica internacional.
La respuesta rusa fue contundente: el presidente de la OSCE no puede dar a Chechenia tratamiento de nación independiente, pues con ello pone en entredicho su integridad territorial. Tras este inicio, el intercambio se convirtió rápidamente en un diálogo de sordos.
Por otro lado, en un artículo que aparece en la edición de hoy del Wall Street Journal, Serguei Kovaliov, ex ombudsman del Parlamento ruso, enfatiza que "Occidente debe exigir al gobierno de Rusia detener una guerra que causa más daño a la población civil que a los combatientes chechenos".
Pero, a renglón seguido, Kovaliov plantea un imposible: "Al mismo tiempo, Occidente debe exigir a Masjadov que entregue a los responsables de la incursión en Daguestán, Bassaiev y Jattab, para que sean juzgados en Rusia o en el exterior".
En otro orden, Yeltsin fue hospitalizado de urgencia este lunes con síntomas de neumonía poco después de que el servicio de prensa del Kremlin transmitió por televisión breves imágenes, sin sonido, en que aparece conversando, en su residencia de Gorki-9, con un alto funcionario del Kremlin, con las que se pretendía informar sobre la "satisfactoria recuperación" del mandatario.