* Se desvaneció el temor al "peligro comunista"
A ritmo de carnaval festejan en Montevideo las elecciones
* Felicidad entre frentistas al saberse primera fuerza política
Stella Calloni, enviada, Montevideo, 28 de noviembre * A ritmo de carnaval y llamadas de candombe, Montevideo fue este día tomada por el entusiasmo, después del letargo que caracterizó la campaña ante la segunda vuelta para elegir al nuevo presidente de Uruguay. Desde las primeras horas de la mañana comenzaron a sonar bocinas y las banderas del Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA) ondeaban en casas, calles y hasta en la extensa rambla que circunda la ciudad, donde muchos de los que tomaban el sol aprovechando los casi 28 grados de temperatura habían clavado sus banderines blancos, azules y rojos ųlos colores de la coalición izquierdistaų en la arena.
En los barrios más populares y populosos, la votación se convirtió en un acto festivo y hasta los casi mil policías que cuidaban el orden se veían distendidos y confesaban que no tenían demasiado trabajo, en una jornada que transcurrió sin incidentes. La Teja y el Cerro amanecieron tricolores: las banderas del Frente estaban en casas, autos, bicicletas, como pañuelos o en la cabeza de los vecinos.
Superando dificultades en las fronteras, donde habían estado retenidos, autobuses que transportaban a cientos de ciudadanos uruguayos que viven en Argentina y Brasil ųla mayor parte simpatizantes de la izquierdaų lograron llegar esta mañana a la capital.
Muchos temores parecieron disiparse luego de días empañados por episodios de violencia y avisos de pagos advirtiendo contra el "peligro comunista" que se cernía sobre Uruguay. Pero como dijo el escritor uruguayo Eduardo Galeano en charla con La Jornada, si algo hubo que lamentar en estas elecciones fue la utilización "perversa de sembrar los miedos".
"Aunque el país mostró el cambio que ha sucedido, un cambio que fue creciendo silenciosa, pero muy sólidamente, el miedo que se utilizó desde el poder pudo calar en un sector de la población, quizá la más indefensa políticamente". Se refería a la manipulación que hicieron los políticos del gobernante Partido Colorado (derecha) y sus aliados coyunturales del históricamente rival Partido Nacional (Blanco), al falsear la propuesta frenteamplista para asustar al ciudadano medio sobre los peligros que ésta representaba, en especial de la política tributaria de la izquierda.
Socializar el miedo
Galeano considera que hubo una "lamentable bajeza en la actitud de demonizar a la izquierda", que fue el caballito de batalla del oficialismo. "El miedo al socialismo sirve para socializar el miedo y es una habilidad perversa que los ricos tienen para descargar sus propios miedos a perder poder, sobre los más pobres".
La paradoja, como señala el escritor, es que se "asusta con la idea de fugas de capitales, de devaluación del dólar y se asusta a la gente que en su vida vio un dólar y cuya capital son a veces casillas de cartón o lata. Y esa es la perversidad".
Sin embargo, y este es el hecho destacable, a pesar del miedo el EP-FA se impuso como la primera fuerza política en el país al finalizar el siglo y le disputa el gobierno a los partidos "que hicieron y deshicieron " en Uruguay en el transcurso del siglo. "Y es una fuerza que llegó para quedarse porque ya está andando en los más jóvenes, que también impulsaron el cambio, más allá de que votaran o no".
Los miles de uruguayos que salieron desde ayer a las calles con una convocatoria espontánea "están luchando contra el dragón del terror y eso no es fácil ... Como los que siempre detentaron el poder ven cómo se rompen las reglas del juego que impusieron, entonces 'embarran la cancha' como se dice en el futbol. Embarrar la cancha significa ensuciar el juego y como el futbol es una metáfora de la vida, el Frente mostró gran generosidad al no accionar vengativamente en la misma cancha ni con golpes de taquito en los tobillos", dijo el escritor.
Conmovido por lo que está viviendo su país, por el avance frentista y la actitud de inusitada alegría con que se vive el proceso electoral a pesar de todos los obstáculos, Galeano también reconoce que hubo errores en el EP-FA, "algunas metidas de pata y caídas en las trampas, pero ni siquiera hubo 'patadas al tobillo' como también se estila en el futbol, frente a esa pobre y lamentable acción que desplegó la derecha uruguaya, desesperada al mirar el espectáculo de una fuerza que surgió y creció sin prisa, pero sin pausa.".
La sensación de Galeano se puede casi tocar en estas calles montevideanas y en algunas ciudades del interior. Lo curioso es el cambio que se produjo en toda la sociedad. Basta con mirar los carritos humildes tirados por caballos, cargados de familias que festejan con sus banderas, más pequeñas unas, más grandes otras, hechas a mano, o compradas, la bandera tricolor del EP-FA fue hoy la más popular en todo Uruguay. Y esto es una realidad imposible de ocultar. Incluso varios vendedores de banderas reconocieron que no se hicieron de banderas del Partido Colorado porque esas no se venden.
Tanto es el entusiasmo que algunas familias que bajaban de los barrios humildes traían incluso a sus perros envueltos en las banderas.
Fue un espectáculo nunca visto. De las elecciones de los últimos años en el Cono Sur, no ha habido ninguna que pueda ganar en entusiasmo, alegría y tranquilidad a las de este pequeño país, pese a una campaña electoral en la que no faltaron los golpes bajos.