* Unos 500 chechenos muertos dejan los bombardeos aéreos y de artillería


Los ataques en Grozny, hasta la aniquilación de rebeldes: Moscú

* 70% de los rusos apoya la guerra en Chechenia * Conquistan tropas federales la ciudad de Bamut

Afp, Ap, Dpa y Reuters, Grozny, 27 de noviembre * Hasta 500 muertos habrían dejado en esta capital intensos bombardeos rusos, aéreos y de artillería, que se intensificaron desde el jueves pasado. El alcalde de la capital chechena, Leja Dudayev, aseguró que hasta ahora se han contabilizado 260 cadáveres de civiles, pero que se calcula que entre los escombros de centenares de edificaciones destruidas hay al menos el mismo número de personas muertas.

El jefe del estado mayor conjunto ruso, Valeri Manilov, afirmó que los ataques contra Grozny proseguirán hasta la "total aniquilación" de los rebeldes islámicos, y reiteró que no está previsto un asalto terrestre contra la capital.

Mientras, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, declaró hoy que el organismo financiero no podrá seguir ayudando a Rusia ante el rechazo de la comunidad internacional por la guerra en Chechenia.

Corresponsales afirmaron que, tras los últimos ataques, no ha quedado ningún barrio intacto en la ciudad, y que al menos 2 mil personas más han tenido que huir hacia la vecina república de Ingushetia, donde ya hay más de 200 mil refugiados chechenos.

Fuentes militares rusas confirmaron que desde el pasado jueves hasta la madrugada de hoy se lanzaron cientos de cohetes desde aviones y baterías de artillería situadas en diversas localidades en torno a Grozny.

Agregaron que, como la operación no se interrumpirá, ya se ha ordenado el traslado a esa zona de más equipo de artillería y que las tropas recibieron órdenes de avanzar para estrechar el cerco en torno a Grozny.

Corresponsales en esta ciudad afirmaron que los cohetes lanzados por los rusos tienen tal capacidad explosiva que los habitantes no están seguros ni en los sótanos, y que los cráteres dejados por las bombas tienen un diámetro de ocho a 12 metros.

Afirman que la mayor parte de Grozny se ha vuelto intransitable, y los hospitales y comercios quedaron reducidos a ruinas. Las ambulancias han dejado de funcionar y los sanatorios ya no cuentan con suministros por lo que, afirman los corresponsales, muchos heridos quedan abandonados en la calle hasta que mueren.

Señalan que desde el cese de los bombardeos algunos sobrevivientes de los ataques se arriesgan a salir de sus refugios para recoger agua de los charcos, para beber.

Un nuevo sondeo de opinión reveló que la operación antichechena cuenta con el apoyo de 70 por ciento de la población rusa, que considera que el gobierno del primer ministro Vladimir Putin debe castigar a guerrilleros islámicos separatistas, a los que Moscú acusa de haber perpetrado atentados con bomba en varias ciudades rusas, en los que murieron 300 personas.

Mientras, la televisión rusa informó que las tropas federales conquistaron la ciudad chechena de Bamut, 40 kilómetros al suroeste de Grozny, bastión rebelde y símbolo de la resistencia. En 1994 esta localidad fue defendida con éxito de tres ataques hasta el final del conflicto, en 1996.

Otros despachos informaron que guerrilleros chechenos atacaron hoy la ciudad de Novogroznensky, a 40 kilómetros de la capital, y enfrentaron a las tropas rusas en combates callejeros.

Por su parte, el representante del Kremlin en Chechenia, Nikolai Kochman, afirmó que se espera que en menos de 10 días los rusos hayan tomado definitivamente el control sobre la estratégica localidad de Urus Martan, considerada clave para un eventual ingreso a Grozny, y en la que, según el responsable, habría unos 500 soldados rusos retenidos como rehenes.

De su lado, Camdessus advirtió hoy que el FMI no podrá seguir dando ayuda a Rusia mientras continúe la campaña militar en Chechenia, cuya violencia "ha provocado una reacción muy negativa de la opinión pública" en todo el mundo.

La intensificación de las operaciones rusas en Chechenia se producen en momentos en que el presidente en ejercicio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el mandatario finlandés Knut Vollebaek, llegará a Moscú este lunes para pedir a las autoridades rusas permiso para viajar al Cáucaso.

Sin embargo, el gobierno de Putin ha rechazado que la OSCE realice cualquier tipo de mediación para resolver el conflicto.

En la reciente cumbre de dicha organización celebrada en Estambul, Rusia se comprometió, en la declaración final del evento, a permitir dicha iniciativa para lograr una solución pacífica de la guerra.

Pero al día siguiente del cierre de la cumbre el gobierno de Putin afirmó que no permitiría tal mediación, pues lo que había en Chechenia no era una "guerra" sino una "operación antiterrorista".