* El narrador es un instrumento, dice el Nobel
Millones de personas viven un atentado a la dignidad: Saramago
* La literatura sacude al lector para que se reconozca en el mundo
Renato Ravelo, enviado, Guadalajara, Jal., 27 de noviembre * El escritor José Saramago, en exclusiva para La Jornada, anuncia que en México terminan sus viajes producto de la oleada de celebridad que le ocasionó el Premio Nobel de Literatura y recapitula sobre la existencia del infierno: "recientemente, la Iglesia católica reconoció públicamente que no existía el infierno; yo creo que en realidad se dieron cuenta de que el infierno está aquí".
Ni ángeles ni demonios, dice sin embargo del espíritu del ser humano: "todos somos un poco ambas cosas", y reniega que su estilo de escribir como narrador omnipresente signifique que "tengo fe en la razón. Solamente es un estilo, como podría ser la primera persona, pero no tiene nada que ver con una creencia en que se pueden tener todos los hilos de la realidad". El escritor, concluye, "demuestra el horror, pero no trata de manipular la conciencia del lector".
Durante 15 horas ha habitado aeropuertos. Del de Barajas, en Madrid, al Benito Juárez, en la ciudad de México. Para él son el equivalente a las 3 de la madrugada en horario biológico. Pero accede, por "el cariño que le tengo a La Jornada", a dejarse importunar.
-ƑAlguna vez ha escrito algo sobre los aeropuertos?
-Es muy difícil, en un aeropuerto, aunque uno tiene tiempo, no pertenece a uno, sino al tránsito que obliga el viaje, justamente este último año, desde que he viajado constantemente, se me ha hecho difícil escribir.
-En Ensayo sobre la ceguera usted llega a ser cruel, Ƒpor qué poner a prueba la dignidad humana?
-A su pregunta le respondo que la vida es cruel, constantemente está poniendo a prueba la dignididad del ser humano, entonces si en el mundo hay millones de personas que viven un atentado a la dignidad, por qué la literatura no puede experimentar con eso. La verdad es que son muchos los lectores que me encuentro que me dicen por qué usted ha podido escribir un libro tan duro, tan violento. Yo les contesto, si usted soporta el mundo como es, porqué no puede soportar la lectura de un libro, donde nadie se muere de verdad. Finalmente, la literatura es capaz de sacudir al lector y hacerlo mirar, con la palabra, donde el hábito lo lleva a que casi no se reconozca en el mundo. Nosotros, de tanta violencia, de tanta tortura, de tanta miseria, acabamos por endurecernos para no estar siempre indignándonos. Porque la vida es una cosa monstruosa, tal como está. Y entonces, si hay un libro que de una forma alegórica nos lo muestra, lo que se está tratando de decir es que nosotros, seres de razón, no estamos usando la razón a favor de la vida, sino en contra de ésta.
-El uso del narrador omnipresente en su obra implica cierta fe en la inteligencia humana, es decir, Ƒseremos capaces de entender esos mensajes?
Aunque me encuentro en mis libros,
no soy ninguno de los personajes
-No tiene nada que ver, es uno de los recursos que el narrador tiene para contar una historia. Desde mi punto de vista, el narrador como tal es un personaje más en una historia, que en el fondo es un instrumento del que el escritor se sirve. Aunque me encuentro a mí mismo en los libros que escribo, y reconozco mi propia voz, no soy ese, ninguno de los personajes de ninguna de mis novelas que quiera decir algo en particular, pero soy yo, sin embargo: mis ilusiones, mis ideas, mis frustraciones. Entonces, yo muevo todo como personaje que narra, pero eso no quiere decir nada. Si yo no utilizara ese modo narrativo probablemente lo haría en primera persona, lo cual, por lo tanto, no significaría que no tengo fe en la racionalidad humana.
-ƑQué cercanía hubiera querido tener, hipotéticamente, con Fernando Pessoa?
-Cuando Pessoa murió yo tenía 13 años. La vida que tenía entonces no podía permitirme acercarme. La relación que hubiera querido tener la tuve al escribir El año de la muerte de Ricardo Reiss. Me gustaría haber podido tener una relación de persona a persona, quizás, incluso, haber sido amigo suyo. Tengo dos relaciones: como lector y como alguien que ha tomado un heterónimo suyo para inventar una historia, en la que Pessoa está muerto, pero aún sigue vivo su personaje.
-Como ahora que todavía se siguen descubriendo heterónimos.
-Claro, se sigue apareciendo realmente, pero no como fantasma, sino como alguien que dice sus opiniones en escritos.
-El Jesús del Evangelio... es cuestionador del plan divino de imponer la fe. ƑCómo va su relación con la Iglesia católica?
-No tengo ninguna relación con la Iglesia; cuando se dio el premio, el Vaticano dijo que se premiaba a otro escritor ateo (el año anterior había sido Dario Fo). El Vaticano reacciona de acuerdo con sus propios criterios e ideas, a mí no me hace ninguna sombra, ni tengo ningún conflicto en Portugal.
-ƑTiene algún significado para usted que este año se premió a otro escritor comprometido, como Gunter Grass? Ya son tres.
-El año pasado tuve un encuentro con Gunter Grass en Lisboa sobre Europa; al final, un periodista se me acercó a preguntarme quién debía tener el premio Nobel el año siguiente. Le contesté: Gunter Grass. En Estocolmo, un académico me ha preguntado, lo cual es normal, porque los galardonados pueden hacer sugerencias, y tengo que hacerlo hasta el principio de febrero. Alguien me preguntó qué escritor creía yo tendría que ser el Nobel del 99, y he dicho: "ya es tiempo de que lo tenga Gunter Grass". No sé si eso tenga un significado. La Academia Sueca tiene sus motivos, pero creo que estos son literarios. No está dando el premio a un escritor de derecha para luego equilibrar. Da la casualidad de que se trata de tres escritores progresistas.
-ƑCómo va el trabajo con sus memorias?
-Todo este año no he podido escribir nada, no he hecho más que viajar. Ahora, después de este viaje a México, que creo será el último, espero que pueda terminar eso que ha sido mi vida desde octubre del año pasado hasta ahora. Voy a trabajar en una novela (La caverna), que si todo va bien se publicará en el otoño del año que viene. Las memorias, una vez más, serán pospuestas, aunque de ellas tengo la recuperación hasta los 14 años. Lo que de niño he sido.
-ƑUsted cree en los ángeles?
-La vida, como está, me lleva más a creer en los diablos. Aunque sinceramente ni ángeles ni diablos, hombres nada más. El mundo creo que es así: hace poco tiempo, el Papa dijo que no hay infierno. Desde antes pensaba que no hay infierno, pero creo que ya sé cuál es el motivo para lo que dijo el Papa.
-ƑY cuál es?
-El se ha dado cuenta que el infierno está aquí.