* El PVEM, fuera de la coalición de los 5 partidos
Oficial: el PRD, a la alianza; militantes aprueban el acuerdo
* La aceptación, para conformar gobiernos plurales: Cárdenas
Alonso Urrutia y Juan Antonio Zúñiga * Anoche concluyeron finalmente meses de negociaciones para concretar una alianza política para los comicios del año 2000: los delegados perredistas, en el quinto Congreso Nacional, aprobaron la participación del PRD en la Alianza por México, junto con los partidos del Trabajo, Convergencia por la Democracia, Sociedad Nacionalista y Alianza Social. Asimismo, su proyecto de gobierno y el acuerdo político que establece como candidato presidencial a Cuauhtémoc Cárdenas.
Varias horas de discusión transcurrieron para ratificar lo que en la madrugada negoció el secretario general, Jesús Zambrano, con el PT, y sortear el último escollo para concretar la alianza de centro-izquierda, la cual anoche sufrió su última baja, el Partido Verde Ecologista de México.
Paradojas de la construcción de la alianza. Poco antes de votar, los perredistas fueron notificados de que en aras de la alianza no se modificaría una sola coma a los documentos, y por tanto, procesar las propuestas del congreso; la razón: Convergencia por la Democracia los aprobó en sus términos ante notario, por lo que cualquier cambio obligaría a volver a votar al PCD.
Molestia provocó entre algunos oradores que cuestionaron la decisión, pero la asumieron. En promedio, los seis documentos se aprobaron en sucesivas votaciones por más de 95 por ciento, con excepción de la candidatura presidencial, que fue unánime.
Por la noche, al clausurar los trabajos, Cárdenas sostuvo que la aprobación de la alianza ratifica la postura perredista de conformar gobiernos plurales y con autoridad moral. Subrayó que el PRD no ha sido cómplice de la corrupción ni de ataques de los intereses nacionales, por lo que tiene autoridad moral para encabezar el nuevo gobierno.
Decenas de oradores para decir de diversas formas que el PRD va a la alianza. Un consenso sólo roto por algunos exabruptos de los más de 50 participantes, entre los que sobresale el coordinador de los senadores, Héctor Sánchez, que estalló en tribuna sus diferencias con la dirigencia nacional: "para qué nos aliamos con el PSN o el PAS, quiénes son ellos, son partidos de membrete"
Zambrano presentó los términos del acuerdo y explicó la ruptura con los verdes: cuando se abrió la posibilidad de aliarnos con el PVEM, la valoramos; anoche se hizo la última propuesta, que dejaba claro que el PRD quería la alianza pero no a cualquier precio.
Describió que el PRD exigía los cinco primeros puntos porcentuales de votación para expresarlos en prerrogativas, los cinco primeros senadores y 10 diputaciones plurinominales en los 10 primeros lugares de las circunscripciones.
La contraoferta que incluía la senaduría de Tabasco, a propuesta de Andrés Manuel López Obrador, no tuvo eco. "O eran sus condiciones o no había acuerdo, entonces les dijimos que no habría acuerdo, así no vamos".
Antes, la dirigente del PRD, Amalia García, fijó la postura del Comité Ejecutivo Nacional a partir de que en el PRD "no puede haber mezquindad, porque el partido pone su registro al servicio del avance democrático".
Habló de la complejidad de enfrentar una elección de Estado; de la necesidad de acelerar una transición que permita superar la descomposición social, producida por un régimen que se expresa en corrupción e inseguridad pública; de la implantación nacional del perredismo y la consolidación del cambio democrático para el 2000.
El saldo de una negociación complicada
El acuerdo político alcanzado por cinco partidos está contenido en 25 artículos. En el segundo dice: "el candidato de la Alianza por México a la Presidencia de la República recaerá en Cuauhtémoc Cárdenas".
Zambrano explicó el acuerdo: los distritos uninominales en los que PRD y PT han alcanzado triunfos tendrán candidatos de esos partidos; en donde sean segunda fuerza y en los distritos donde gobierna ya una coalición PRD-PT tendrán postulaciones preferentes; en el resto de los distritos se buscarán candidatos de consenso.
La garantía de obtener el registro al PSN y el PAS no se reflejará en las prerrogativas, pues ésta será progresiva en función de los votos de la coalición, partiendo de .5 por ciento.
En cuanto al PRD y el PT la tabla de distribución de prerrogativas parte desde siete por ciento hasta 50 en la votación de los comicios. Así, si la alianza obtiene 10 por ciento, cinco puntos serán para el PRD, 2 a PT y PCD, y .5 a PSN y PAS.
Si se alcanza 20 por ciento, se distribuirá: 13.4 por ciento al PRD, 3.6 para el PT, dos al PCD y .5 al PSN y el PAS. En el caso de 25 por ciento, 17.9 serían para el PRD, 4.1 al PT, 2 al PCD, y .5 a PSN y al PAS. Si se llegara a 30 por ciento, el PRD obtendría 21.9, el PT 4.6; el PCD dos puntos y el PSN y el PAS .75 por ciento.
La lista de representación proporcional del Senado implica que el PT obtendría los lugares 3 y 8, el PCD el seis y el PRD el resto de los primeros 15 lugares.
En la distribución de las diputaciones, el PRD encabezaría los cinco primeros lugares en las circunscripciones cuarta y quinta; en la tercera tendrá los lugares 1, 2 y 5; en la segunda, los sitios 1, 3 y 4, y en la primera, los lugares 1, 2, 3 y 4.
El acuerdo señala que para la elección del resto de las candidaturas se creará una comisión especial. La distribución de cargos será: 50 por ciento al PRD, 30 a partidos coaligados y 20 a candidatos externos.
Bajo el nombre de Alianza por México y el lema "Unidos somos mayoría", los partidos coaligados se registrarán ante el IFE.
El documento aclara que se creará una coordinación nacional ejecutiva, integrada por dos representantes de cada partido, el candidato a presidente de la República y el representante ante el IFE, que adoptará sus decisiones por consenso. En caso contrario, el PRD tendrá un peso de 50 por ciento en las decisiones.
También se crearán comisiones estatales de coordinación así como un comité de vigilancia para el manejo de los recursos.
Durante el acto hubo matices que clamaron por no ser mezquinos en el afán de alcanzar cargos, como aquel de Carlos Imaz, líder del perredismo capitalino: "me imagino a Miguel Hidalgo peleando con doña Josefa por ver quién toca la campana de Dolores".
Tocó entonces al senador Héctor Sánchez y a Gerardo Fernández Noroña lanzar las más fuertes críticas contra las formas como se pretendía alcanzar la alianza.
Sánchez acusó a la dirigencia nacional de centralizar las decisiones y poner al congreso con el tiempo encima para decidirla. Reprobó que el PRD se aliara con partidos de membrete en lugar de fortalecer su estructura.
"No se vale, nunca dijiste nada en el comité", le increpó Zambrano en un receso.
Fernández Noroña cuestionó la "intolerancia" perredista y que "destacados compañeros perredistas" encabezaran otros partidos: Gilberto Rincón Gallardo, en el PDS, y Porfirio Muñoz Ledo, en el PARM.
Otros oradores hablaron en favor del acuerdo. Adolfo Gilly resaltó la necesidad de aliarse para continuar con el avance; Pablo Gómez planteó que la alianza debe abrirse a la sociedad, involucrándola en la elección de candidatos.
A las 7 de la noche, ocho horas después de iniciado, el congreso aprobó, casi sin cambios, los documentos de la alianza.