EL INFORME ROBINSON NO PUEDE SER IGNORADO
La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la ex presidenta de Irlanda, Mary Robinson, concluyó su visita a Chiapas y a nuestro país destacando algunos problemas fundamentales que no pueden tolerar nuevos retardos en su solución y que oscurecen fuertemente la imagen y el prestigio de México en el mundo civilizado. La señora Robinson, por ejemplo, subrayó que la sociedad civil percibe la crítica situación imperante en Chiapas desde el punto de vista de los derechos de los indígenas y humanos en general, de un modo radicalmente diferente a como la ve el gobierno, para el cual en las esferas oficiales del estado sureño y de la República se está haciendo todo lo que se debía hacer y todo se desarrolla, grosso modo, en el marco de la legalidad y de la normalidad. La alta comisionada hizo notar violaciones importantes a las garantías individuales establecidas por la Carta de las Naciones Unidas, que México ha incorporado a su legislación. La impunidad que disfrutan quienes pisotean los derechos humanos y la vasta militarización de Chiapas, que atropella los derechos de las comunidades indígenas son, a juicio de la ex presidenta de la República de Irlanda, factores que deben ser rápida y radicalmente reducidos para garantizar las libertades de los hombres y mujeres chiapanecos y, en particular, de los indígenas. La alta funcionaria de la ONU hizo saber igualmente que buscará dar cauce a las protestas de la sociedad civil y hará llegar al gobierno de México conclusiones y recomendaciones que van en la línea de lo expresado públicamente durante su visita. Esta confirma así tanto las múltiples protestas internacionales de los últimos años a raíz de la militarización de Chiapas, Oaxaca y Guerrero, como las declaraciones de los dirigentes de muchas organizaciones no gubernamentales, como Amnistía International, rechazadas en su momento por el gobierno mexicano y el propio presidente Ernesto Zedillo, por su supuesta falta de veracidad y objetividad. Las conclusiones de la señora Mary Robinson, al mismo tiempo, quitan credibilidad a la larga y costosa campaña de la Secretaría de Relaciones Exteriores que ha nombrado en importantes cargos diplomáticos a dos ex gobernadores de Chiapas y en todos los países y conferencias sobre los problemas sociales ha tratado de presentar como idílico el panorama chiapaneco.
El problema de Chiapas, el reconocimiento de los acuerdos de San Andrés Larráinzar, el desarme de las bandas paramilitares, el retiro de las tropas que ocupan Chiapas, el castigo a los responsables de crímenes impunes, la plena vigencia de los derechos civiles y humanos en la región, figuran en letras de fuego desde hace rato en la agenda política. Ahora no es posible creer que la opinión pública mundial considerará limpio y legal un proceso electoral que se pueda realizar con una parte importante del país bajo ocupación castrense y con una evidente situación de irrespeto a los derechos ciudadanos y a las leyes. El mismo actual gobernador interino de Chiapas se ha visto obligado a declarar que el EZLN no sólo no es "enemigo" sino que, además, es "legítimo" y los candidatos a la presidencia declaran querer resolver esta candente cuestión que repropone la señora Robinson ante la opinión mexicana y mundial. ƑNo es tiempo acaso de adoptar inmediatas medidas en el sentido de las recomendaciones de la alta comisionada de la ONU, para recuperar el honor perdido por las autoridades acusadas y abrir así el camino a la aplicación legal de los acuerdos de San Andrés, y a una conferencia con todas las garantías políticas para asegurar el desarme generalizado en Chiapas y la plena vigencia en esa entidad de todos los derechos establecidos por nuestra Constitución?
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