José Steinsleger
ƑEs usted dianético o cienciólogo?
Según la iglesia de la Cienciología, una de las treinta sectas activas en América Latina y España, en algún remoto momento de la historia un dictador llamado Xenu sentó a la humanidad sobre un volcán y después hizo estallar una bomba atómica. Las almas de las víctimas se adhirieron a las nuestras y ...šcon la cienciología pudieron liberarse!
Hoy, con el propósito de esclarecer la realidad de nuestros días, la iglesia de la Cienciología acaba de dirigir su primer mensaje al pueblo de México. Creada en 1954 por el norteamericano Ronald Hubbard (1911-1986), exitoso autor de novelas de ciencia ficción, la cienciología defiende una suerte de "filosofía religiosa aplicada", que Hubbard explica en su libro Dianética, best seller publicado en 1950.
Salpicada con retazos del sicoanálisis, disciplina con la que mantiene una guerra a muerte, la cienciología asegura ser compatible con otras religiones. Y la dianética parecería ser lo más cercano a una ensalada de variadas técnicas sicológicas y sicoanalíticas con elementos de origen esotéricos hinduistas y budistas que enseñan que el alma es inmortal y sufre procesos de rencarnación.
La dianética sería el método idóneo para alcanzar un mundo mejor basado en la "ciencia moderna de la salud mental". Sólo tenemos que descubrir nuestras anteriores encarnaciones, remontándonos hasta 108 mil millones de años antes de Cristo.
El suicida francés Patrice Vic fue el prototipo de los adeptos a la cienciología. Patrice tenía problemas de trabajo cuando encontró en el buzón un cuestionario con 200 preguntas remitido por la secta. Respondió y, por curiosidad, acudió al centro de dianética de Lyon para "ser evaluado". La cordialidad con que se le acogió le decidió a someterse a una "audición", suerte de confesión que implica un grado inicial de adhesión a la comunidad.
Según su viuda, los primeros trámites le costaron 500 dólares. Después se sometió a una "cura de purificación" por la que debía pagar cinco mil dólares. Patrice no tenía el dinero. Entonces, acompañado por Jean Jacques Mazier, presidente de los cienciólogos de Lyon, anunció a su esposa que pediría un préstamo. La esposa se negó. Ese mismo día, Patrice anunció a sus hijos de ocho y tres años que había ingresado en la "quinta dimensión" y delante de los niños se arrojó al vacío desde un quinto piso.
Otro caso fue el de Marie Therese Massard, quien fue atraída a la iglesia con la promesa de un empleo. Marie pasó por la "audición con electrómetro" (un potenciómetro que responde a la presión de las manos del paciente) y se sometió a las curas de purificación en la ciudad de Copenhagen, capital europea de la cienciología, y en el Centro Cienciológico Internacional de California, estado que en el último medio siglo alberga a las sectas esotéricas de occidente.
Marie fue sometida a ayunos e ingestión masiva de vitaminas con el fin de "descubrir" sus antiguas encarnaciones, cosa que le causó gravísimos fallos hepáticos y renales. En la aventura, Marie invirtió todos sus ahorros y la herencia de sus padres, unos 170 mil dólares en total.
Entre 1988 y 1989 la policía francesa calculó que los cienciólogos habían enviado a Dinamarca cerca de tres millones de dólares. Según la documentación manejada por el Observatorio Antisectas del Parlamento francés, la cienciología posee un patrimonio cercano a 150 millones de dólares.
La cienciología parece ser una opción excitante. El único problema es que en Francia fue juzgada por homicidio y estafa (1996); en Grecia el gobierno ordenó su disolución (1997); en Alemania fue calificada de "peligrosa y con tendencias totalitarias" (1998) y en España la Audiencia Nacional le entabló juicios por asociación ilícita, atentados contra la salud pública y la libertad, fraude al fisco, amenazas, intrusismo profesional, usurpación de funciones, detención ilegal, lesiones, denuncia falsa y coacciones múltiples.
En España, los juicios contra 18 ejecutivos "cienciólogos", entre ellos su líder mundial, el norteamericano Heber Jentzsch, causó la indignación de John Travolta, Tom Cruise y Dustin Hoffman, famosos adeptos de la secta. Cruise le dedicó las ganancias de Mission: Impossible y Phenomenon, una de las últimas películas de Travolta, fue vista como una parábola de la cienciología.
Pero en Estados Unidos, las acciones judiciales contra la secta merecieron airadas respuestas de los periódicos International Herald Tribune, The York Times y New York Review of Books, que denunciaron los ataques contra los cienciólogos, a más de hablar de "la libertad de religión en peligro".
En suma, si nada y nadie es perfecto, hay que tener fe. Un ex adepto de la secta, luego de ser sometido a un tratamiento con la Electro-Metro-Mark V, máquina inventada por Hubbard, declaró: "Después de ver de la que te has librado, te sientes fantástico y piensas: šhacía miles de años que no me sentía tan bien!".