* Ciudadano universal tiene un tiraje de 55 mil ejemplares
Jaime Labastida rescata en su libro al Humboldt científico y de ideales
* Sólo se conoce su vertiente como ensayista político, pero también fundamentó un método riguroso
* El propósito del texto, que los estudiantes tengan otra aproximación al viajero, explica el poeta
César Güemes * No es fácil que Jaime Labastida, poeta, acepte que en México él es quien más sabe en este momento sobre Alejandro de Humboldt. Sin embargo, todo parece indicar que así es. En un esfuerzo conjunto que realizan la SEP, El Colegio Nacional, el Fondo de Cultura Económica y la editorial Siglo XXI, Labastida da a conocer ahora, en un tiraje de 55 mil ejemplares, su libro Humboldt, ciudadano universal, dirigido al público en general, pero sobre todo a los estudiantes mexicanos de educación media básica.
-En apariencia la obra de Humboldt está al alcance de la mano en México, y según va quedando claro al adentrarse en su libro, sucede justamente lo contrario.
-Se tiene acceso rápido a aspectos parciales de su obra. En el caso de México, fundamentalmente a lo referido al Reino de la Nueva España y a algunas de las versiones de las tablas geográfico-políticas. El resto de su trabajo, que es enorme, no es fácil conocerlo en nuestro país ni en muchos otros, porque los 30 volúmenes del Viaje a las regiones equinocciales, que es el título general de su investigación, están agotados o son carísimos. De hecho llevaron a la ruina al propio Humboldt cuando los editó. En este momento comprar cualquiera de esos ejemplares representaría miles de dólares. Quien tenga en su poder los 30 volúmenes, cuenta en sus manos con una fortuna quizá valuada en 300 mil dólares. Pero no se termina ahí la obra de Humboldt, por supuesto. Alguien ha calculado cerca de 10 mil cartas que indican de manera directa el volumen de contactos que sostenía con los principales hombres de ciencia. Y por si esto fuera poco, escribió Cosmos, que dejó inconcluso.
-Parece que el maestro no hiciera otra cosa en la vida que escribir y sin embargo no fue así, tuvo tiempo para viajar, vivir, educarse.
-Por supuesto. Lo que deberíamos entender es que el conjunto de su viaje central de cinco años, en el que recorrió seis países de lo que hoy conocemos como América Latina, fue el trabajo de campo, recogió materiales. Y luego se tomó 30 años para elaborar todo aquello que había colectado.
-Cuente qué lo sedujo de Humboldt, tanto como para dedicarle hasta ahora la mitad de su vida.
-Uno no decide la ruta que va a seguir en determinadas investigaciones. A veces son circunstancias fortuitas. A mí, luego de conocer sus ensayos políticos sobre el Reino de la Nueva España, me atrajo por casualidad el hecho de que me pidieron hacer la traducción de Vistas de las cordilleras. También me solicitaron que hiciera el prólogo, lo cual era una responsabilidad mayúscula si tomamos en cuenta que yo contaba apenas con 30 años de edad. Durante ese trabajo me llamó muchísimo la atención el ver que no coincidía la imagen que me había formado de Humboldt leyendo ese libro con lo que se decía de él normalmente en México. Eso fue lo que me atrajo, como enigma: ƑPor qué sólo se conocía de él su vertiente como ensayista político, tal como ocurría en los restantes países de América Latina? En Venezuela, por razones nacionalistas, le ponen atención a lo que escribió sobre ese país; en Colombia sucede lo mismo, y otro tanto en Perú, Ecuador y Cuba. ƑY el resto de su labor?
''Luego hubo algo que también me interesó: las críticas, a mi juicio sin base, de que su obra era objeto. Lo consideraban plagiario, decían que se había apropiado de los informes que le proporcionaron los sabios novohispanos o que había sido espía político. Todo eso resultaba incongruente si observamos la generosidad de su trabajo. Por ejemplo, Ortega y Medina lo acusa de haber sido espía y de haberle entregado materiales a Jefferson. Eso no se pone en duda, desde luego que los entregó, pero no eran materiales clasificados ni secretos. Son los mismos textos que publicó a lo largo de su obra. Todo lo que entregó ya lo había dejado previamente en la Nueva España. Esto que le da a Jefferson, el conjunto de las tablas geográfico-políticas, se las había dado ya al virrey Iturrigaray. Nosotros no supimos qué hacer con ese material científico. Lo hemos publicado ahora, 195 años después de que lo entregó. Mientras, estuvo guardado en el Archivo General de la Nación. Entonces, es la diferencia de actitud de la gente que recibe el material lo que debe llamarnos la atención, y no la actitud de Humboldt, que era un moderno hombre de ciencia.
"Lo que más me sedujo, por último, es que él utilizara un método riguroso, de carácter científico como pocas veces podemos ver. A medida que avanzaba en la lectura de su trabajo, me di cuenta de cómo había influido en el desarrollo de la ciencia de su tiempo. El método 'humboldtiano' es muy vasto, de comparaciones universales. Abrió el camino para síntesis teóricas de primera magnitud y para el esclarecimientos de leyes científicas de primer orden. Es él quien proporciona las capas sedimentarias para que se establezca la paleontología; abre el camino a la evolución geológica y sobre todo a Darwin. Bueno, pues todo esto denota un carácter verdaderamente genial. No sólo era un hombre de conocimientos vastísimos, sino el científico más importante de la primera mitad del siglo XIX, sin ninguna duda".
-El libro lleva el sello de cuatro editoriales y cuenta con un tiraje de 55 mil ejemplares. ƑCuál es la idea?
-Tengo que reconocer, primero, que conmemoramos este año el bicentenario del viaje de Humboldt a América. El sale de España el 5 de junio de 1799 y cuarenta y tantos días más tarde, el 16 de julio, toca tierra americana en lo que ahora es el puerto de Cuamaná, en Venezuela. Hay comités académicos que conmemoran esta hazaña científica. Nosotros también formamos un comité, que organiza en lo fundamental la SEP. Dentro de esas actividades, el secretario de Educación consideró necesario poner al alcance de los estudiantes de secundaria un libro que les acercara una visión distinta de Humboldt. Ese es el origen de este volumen.
-Podemos decir, en ese sentido, que es una obra de divulgación.
-Podemos decirlo, y contiene no sólo los artículos que he escrito al respecto, sino una selección de textos de Humboldt que no son los de orden político, a fin de que los estudiantes tengan otra visión de este científico. Es preciso rescatar su método científico, y junto con ello su convicción social: un hombre enemigo de la esclavitud, partidario de un régimen democrático y liberal, contrario a la monarquía, apegado a lo que entonces se llamaba "las luces", la ilustración, pues, y al comercio libre. Todo eso estaba ya en Humboldt.
Un artista de la ciencia
-Es entendible que en el terreno intelectual lo atraiga tanto Humboldt. Sólo que lo conocemos a usted más como poeta que como científico.
-Bueno, mi profesión es la filosofía y durante muchos años he sido profesor de tiempo completo en la UNAM, donde entre otras materias impartía teoría del conocimiento y daba un curso sobre filosofía de la ciencia. O sea que mi interés por Humboldt es similar al que tengo por Darwin o por otros hombres de ciencia: Newton, Galileo, Descartes... Son dos intereses, la ciencia, o la filosofía si queremos decirlo así, y la poesía, que normalmente están separados pero no en mi caso. Y Humboldt dice, por cierto, que su modo de tratar las ciencias es estético. El es un artista. En mi interés hacia él hay más coincidencias que posibles distancias.
(Humboldt, ciudadano universal se presenta hoy en la Unidad Cultural Maestro Jesús Silva Herzog del FCE, Carretera Picacho Ajusco 227, a las 20:00 horas, con los comentarios de Miguel Limón Rojas, Elías Trabulse y Eduardo Matos.)