La Jornada domingo 21 de noviembre de 1999

Bárbara Jacobs
Sombras entre amigos

A veces lo difícil es acertar en los zapatos de quién ponerse. El gran violinista Kreutzer, por ejemplo, rechazó la sonata que Beethoven le dedicó. Pero cabe preguntarse por una parte la razón, si sería porque en la obra el piano tenía un papel tan importante como el violín, lo que de entrada impediría que Kreutzer se luciera solo; o si sería porque Kreutzer llegó a saber que Beethoven había dedicado la obra a otro virtuoso, y que, de no haber sido porque la amistad entre compositor y ese otro ejecutante se enfrió, la sonata habría seguido dedicada a ese otro, quien, después de todo, la había tocado ante príncipes y emperadores la primera vez. Lo cierto es que "la más apasionada de las sonatas de Beethoven" cuenta con estos conflictos antecedentes de primadonas y artistas incomprendidos.

Otro violinista número uno, el belga Vieuxtemps, por su parte, lloró cuando oyó a un colega suyo tocarla en una ocasión, y se refirió al rechazo de Kreutzer como al de un desgraciado que debía haberse arrodillado ante Beethoven y rogar su perdón. Grados de sensibilidad, sin duda: pero de unos, tanto como de otros. Tolstoi escribió una novela con el título del caso, La sonata a Kreutzer, y todo está en ver si, cuando uno oye la pieza, la rechaza o sucumbe a ella y escribe una obra maestra en su honor. Hay que probar qué haría uno, y esperar que lo que uno hiciera reflejara qué lo inspiró. Vieuxtemps se expresaba tan abiertamente que su pasión se desborda. Tras haber oído Fidelio por primera vez, se negó a tocar durante días; la sombra de Beethoven ųexplica un comentarista- lo había hecho sentirse poca cosa e insignificante.

Y a todo esto, no encontré la reacción de Beethoven ante el rechazo de Kreutzer, pero imagino que cuando menos habrá experimentado pena, por más que conociera su propia grandeza al grado de preguntarse: "ƑCon quién debo temer medir mi fuerza?", que, no obstante, no es lo mismo que sentirse autosuficiente o ser un arrogante.

La sombra de Beethoven, las sombras. ƑLas hay entre amigos? Paul Cézanne y Emile Zola fueron compañeros de escuela y amigos inseparables hasta la juventud; conversaciones, sueños, paseos, correspondencia de por medio; inseparables. Pero la amistad se enfrío. Parece que el motivo fue una novela de Zola en la que Cézanne se vio retratado y no se gustó. Y aquí la pregunta sería si Zola era buen retratista, o si, aun siendo bueno, cometió una falta de ética al serlo o por serlo. Según John Rewald, que reunió la correspondencia de Cézanne, Zola pinta en su novela "al artista genial pero incompleto, confuso, impotente, loco; en pocas palabras, fracasado".

Cabe exclamar, šqué difícil!, porque Cézanne fue rechazado, de hecho, hasta del salón de los rechazados, y sus protestas pasaron, de hecho, inadvertidas. "No puedo aceptar el juicio ilegítimo de unos colegas a los que yo no he dado personalmente la misión de valorarme", escribe al Superintendente de Bellas Artes. Su viejo amigo Zola lo defiende célebremente, y recuerda cómo, de jóvenes, se desvelaron tratando de "encontrar la verdad", y se pregunta, "ƑHabrá siempre que hablar como los demás o callarse?"

Cézanne era un solitario que perseguía el éxito mediante el trabajo; en sus palabras, "Quiero triunfar mediante el trabajo", insistía, de modo que le dolió que Zola, que lo conocía mejor que nadie, basara las características que dio a su personaje en el juicio sobre el esfuerzo de Cézanne, y no en el esfuerzo y los principios que movían al artista, buscador de sensaciones, de la forma exacta de conseguir plasmarlas. Es decir, Cézanne se vio traicionado por Zola, aun cuando Zola hablara de su viejo amigo de infancia y juventud con la verdad.

ƑAsunto de enfoque o de matiz? Es que parecería que Zola con quien tomó partido hubiera sido con los jueces a quienes Cézanne no habría dado nunca personalmente la misión de valorarlo, pues estos jueces, estas autoridades ignorantes como lo son, después de todo son las que establecen que un artista sea tomado por un fracasado o un semidiós.

ƑEres la clasificación de otros, o el reflejo de tus esfuerzos? ƑEres la sombra que nubla la visión de los que te ven; o el dueño de la voz que suelta un "Ay" cuando te pellizcas? Mientras te veas a ti mismo al ponerte delante de un espejo, no hay problema. Aflíjete, si lo que ves es una sombra. O la sombra está en el iris del que te ve, o en el espejo que no té refleja. ƑExistes?

En la última carta a su hijo, a los 67 años y próximo a morir, Cézanne le había escrito textualmente y con punto y seguido: "Todos mis compatriotas son unos idiotas a mi lado. Seguramente ya te dije que recibí el cacao". Moría, pintando. "El lunes estuvo expuesto a la lluvia durante varias horas ųescribe su tía al hijo de Cézanne-; lo trajeron en una carreta de lavandero, y entre dos hombres lo subieron a su cama"; pero el hijo no llegó a tiempo para despedirse de él.

ƑNos entendemos unos a otros? Qué difícil es desaprender. Al final de su vida, "temeroso, triste, amargo", Cézanne se lamenta con un joven amigo: "ƑUsted pretende que, a mi edad, yo todavía crea en algo?".