* El Presidente entregó el PND a los cuatro ganadores, en Palacio Nacional
Cárdenas le prometió a Zedillo llegar a la final en Sydney 2000
* La distinción me compromete a prepararme mejor, dijo la velocista Ana Guevara
Rosalía A. Villanueva * Al recibir el Premio Nacional del Deporte 1999 de manos del presidente Ernesto Zedillo, los velocistas Alejandro Cárdenas y Ana Guevara se comprometieron a realizar el mejor esfuerzo en los Juegos Olímpicos de Sydney.
El medallista mundial en 400 metros hizo la promesa de llegar a la final olímpica, porque "soy un atleta dispuesto a afrontar los retos''.
El titular de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), Ivar Sisniega Campbell, reseñó la trayectoria de cada uno de los galardonados -también fueron distinguidos el entrenador de caminata Juan Hernández y la promotora Georgina Grijalva-, e hizo énfasis en que el deporte de Sonora estaba de fiesta, ya que tres de los cuatro ganadores del PND son de esa entidad.
Sisniega destacó que Alejandro Cárdenas ya hizo historia al ser el primer velocista mexicano en ganar la medalla de bronce en un campeonato mundial, en este caso el de Sevilla (al aire libre), así como en Japón (bajo techo), y en los Panamericanos de Winnipeg; es un deportista que tiene un brillante futuro el próximo año, en la cita australiana, expresó el titular de la Conade.
Los aplausos estallaron y hasta los secretarios de Estado presentes en Palacio Nacional comentaban con admiración la trayectoria del velocista y decatlonista sonorense, quien vestido de deportista y no de militar, se dirigió al presidente Zedillo para recibir el premio y a la vez entregarle al mandatario una réplica de su medalla ganada en el Mundial y un escrito que hizo su padre, don Armando Cárdenas, en el que resalta que para ser triunfador se requiere del apoyo y la unión familiar.
Zedillo felicitó a Cárdenas y manifestó que estaba muy contento por lo que había hecho, pues había cumplido al obtener la presea en el Mundial. El deportista le respondió que estaba agradecido por la confianza depositada en él, y le prometió ahora llegar a la final olímpica.
En ese momento, la señora Nilda Patricia Velasco, en un acto inusual, saludó al sonorense, y le corrigió: "Nada de final, tienes que ir (a Sydney) por la medalla de oro''.
--ƑEs muy fuerte el compromiso? -preguntó al velocista la esposa del primer mandatario
--Estoy dispuesto a afrontar el reto. Al Presidente le prometí que estaría en la final mundial y si todo salía bien iba a ser medallista. Esto es lo que me motiva, el poder cumplirle a la gente... En Juegos Olímpicos se necesita bastante trabajo, disciplina y la mentalidad de triunfador.
Después de tomarse la foto con los galardonados, Ernesto Zedillo saludó de mano al ex nadador olímpico en el 68 y recordista en mil 500 metros, Guillermo Echevarría, al ex marchista Martín Bermúdez, y a los papás de Alejandro, don Armando y doña Lidia.
Felicitó también a los padres de Ana Guevara, la campeona panamericana en 400 metros, quien emocionada señaló que el premio es motivo para redoblar esfuerzos y seguir adelante con el objetivo de obtener el metal olímpico en el 2004 o 2008. A su vez, la atleta le solicitó una audiencia al jefe del Ejecutivo, "porque tengo muchas cosas que platicar con él''.
Acompañado del medallista mundial juvenil Mario Iván Flores, el profesor Juan Hernández no se aguantó las lágrimas al manifestar que ya era tiempo de que se le reconociera su trabajo en la caminata, donde ha sido forjador de ca mpeones y recordistas del orbe durante tres décadas. Los cuatro ganadores recibieron medalla, diploma y un cheque por 195 mil pesos.
En entrevista, Sisniega reiteró que el objetivo en Sydney es ganar "de dos a cuatro medallas cuando menos''. Reconoció, por otra parte, que al desfile deportivo le faltó dinamismo, porque hubo participantes que "le echaron muchas ganas y otros no''.
Familiares de Omar Ortega fueron
retirados por el Estado Mayor
Al final se supo que durante el desfile, familiares del waterpolista fallecido recientemente, Igor Omar Ortega, se colaron en uno de los contingentes y frente al balcón presidencial sacaron una manta en la que reclamaron justicia. A empellones, miembros del Estado Mayor Presidencial los quitaron.
Las cámaras de televisión no pasaron las imágenes y por eso casi nadie se percató del suceso.