Ť Es un compromiso muy grande, reconoce la cantante


Mercedes Sosa, primera embajadora del Unicef

Ť El nombramiento, por ser una de las mujeres más representativas de AL y el Caribe Ť Buscar una mejor calidad de vida para 90 millones de infantes en pobreza extrema, entre sus tareas

Angel Vargas Ť La noche del viernes Mercedes Sosa se convirtió en la primera embajadora regional del Unicef para América Latina y el Caribe. "Posiblemente, es el compromiso más grande que he adquirido en mi vida", declaró la cantante tucumana, consciente de que en esta región del continente más de 90 millones de niños y adolescentes viven en la absoluta pobreza.

Según dijo, lo primero que deben hacer los países latinoamericanos para resolver cualquier tipo de problema es no negar su realidad, porque si no todo esfuerzo resulta infructuoso.

A sus 64 años, la Negra ųcomo se le conoce de cariñoų reafirmó una vez más su posición como voz progresista, al advertir que en estos últimos años "la gente multimillonaria en el mundo no sólo globalizó el capitalismo, sino que se hizo absolutamente antisolidaria con la pobreza".

La intérprete llegó hace unos días a la ciudad de México para formalizar el viernes su nombramiento como embajadora del Unicef, que le fue concedido por "ser una de las mujeres más representativas de América Latina y por tener un mensaje profundamente enraizado en el sentimiento latinoamericano". La ceremonia estuvo enmarcada en el contexto de la celebración del décimo aniversario de la Convención sobre los Derechos de los Niños, que se cumplió este 20 de noviembre.

Encargos como éste ųque implica cumplir, en distintos niveles, tareas siempre encaminadas a la defensa de los derechos de los menoresų no son desconocidos para ella. Sus acciones porque se respeten los derechos de la mujer le valieron en 1995 ser reconocida por el Unifem como la Mujer del Año, y en 1997 fue nombrada vicepresidenta del Comité de Redacción de la Carta de la Tierra, documento en favor de la preservación del medio ambiente, impulsado por el Consejo de la Tierra con la idea de que, antes de que finalice el año 2000, la plenaria de Naciones Unidas le otorgue un status similar a la Declaración universal de los derechos del hombre.

En conferencia con la prensa, Mercedes Sosa señaló que su actual presencia en México tiene estrecha relación con la primera visita que hizo al país, en 1972, cuando para mucha gente la nueva canción significó tanto, dijo, porque hablaba de los hombres, de los niños, del paisaje.

sosa-mercedes-unicef-1-jpg Apuntó: "He llegado hace muchos años hacia ustedes y quiere la vida que esté en este momento hablando de los niños, que, sin saber, el poeta Tejada Gómez me lo comunicó en su poesía Mi canción para un niño en la calle: 'Es honra de los hombres proteger lo que crece; cuidar que no haya infancia dispersa por las calles; evitar que naufrague su corazón de barco, su increíble aventura de pan y chocolate, porque entonces las manos son inútiles faros y el corazón apenas una mala palabra'".

Lo primero que manifestó fue su consciencia sobre la responsabilidad que había aceptado: "Este nombramiento del Unicef es un compromiso muy grande, posiblemente el más grande que he adquirido en mi vida, sobre todo porque yo venía sintiendo el problema de la mortalidad infantil, así como el de la enorme cantidad de niños latinoamericanos que son abandonados".

Sobre esta última idea, alertó que la calle no sólo hace que los menores "sean grandes antes de tiempo", ante "la desesperación de sentirse solos", sino que los convierte en seres resentidos con la sociedad cuando alcanzan la edad adulta.

''ƑQué hombres van a salir de esos niños que no tienen nada? Les dije anteriormente que hombres y mujeres desesperados, pero en realidad van a salir asesinos, porque nos van a culpar a nosotros del problema de su pobreza, de su mala infancia", acotó.

Entre los rubros que la cantante argentina abordó, estuvo la urgencia de que las sociedades latinoamericanas, en especial los gobiernos, acaten plenamente su responsabilidad de dar cumplimiento a los derechos de la infancia.

Dijo al respecto: ''Lo primero que hay que darles es comida y un techo donde dormir... Quizá para algunos la ayuda sea una mentira, pero para quien la necesita y la recibe no lo es. Pienso que la gente multimillonaria en el mundo no tan sólo globalizó el capitalismo, sino que se hizo absolutamente antisolidaria con la pobreza. No tiene solidaridad con los que no tienen".

Para concluir, Sosa pidió que se reflexionara acerca de las razones por las que la infancia latinoamericana vive tantas penurias y problemas que en otras latitudes son inexistentes, como el que 85 mil menores mueran al año víctimas de violencia intrafamiliar o que 22 millones trabajen en vez de estudiar:

"ƑQué nos pasó en América Latina, donde está la reserva ecológica más importante del mundo, para que nosotros tengamos este problema? ƑQué nos pasó? Es la pregunta que las sociedades y los gobiernos nos debemos hacer. ƑPor qué en Europa no tienen esos problemas y por qué nuestros niños están en la calle?, Ƒpor qué ellos protegen a los niños y nosotros no?".