Ť Hoy concluye en el Canal 22 la serie sobre la vida del caricaturista


En el mundo de Quezada, los monos son más elocuentes que los discursos

Ť Los trabajos del artista, ''una obra maestra del equilibrio'', define El Fisgón Ť Los personajes que creó no han desaparecido, se han multiplicado Ť Incursionó en la pintura ''para descansar''

Mónica Mateos Ť šFuera solemnidad! Desde Eulalio Ferrer hasta Lorena Velázquez, desde el funcionario cultural hasta el estudiante, desde el camarógrafo hasta el coleccionista de arte... todos rieron a pulmón batiente con los cartones de Abel Quezada (1920-1991) en la inauguración de la muestra El mejor de los mundos imposibles, celebrada la noche del jueves en el Museo Rufino Tamayo.

No se necesitaron largos discursos para iniciar el recorrido por la retrospectiva del monero. Como señaló Rafael Tovar, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, "ante la elocuencia de la obra de Quezada, sobran las palabras", y falta tiempo para gozar cada una de las historias gráficas ahí expuestas, en las cuales el artista plasmó al México de las memelas de Bucareli, los policías mosqueados y los influyentes de credencial, entre otras "lindezas" del país.

Un dibujo grande de un grupo de mariachis, colocado en la entrada de la primera sala, para sorpresa de muchos visitantes, parece "recién hechecito". Los tres músicos están vestidos "mitad charro y mitad lo que caiga", explica el autor, y tienen junto su imprescindible combustible: una botella de tequila, "pero también funcionan con mezcal", agrega. ƑAlgún parecido con personajes de la vida real? šPor supuesto!, no es mera coincidencia.

Los seres aludidos por el monero hace 50 años ni han desaparecido ni se han transformado. Quizá sólo se han multiplicado. A la vuelta de cualquier esquina, ahora también es fácil hallar a la dama popis, "nalgona, tan snob que cuando se pone de moda la canción vernácula entona entre sus amigas pomadosas: 'ando borracha, reteborracha'; al indio de bigote raído, pelos hirsutos, pobreza profesional y sonrisa entre beata y espantada: una mezcla de piedra y tameme; al charro de escarpines, pistolón y botella, panza derramada, bigote de estampida y ese sombrero tamaño destino en que guarda sus complejos y redacta sus creencias básicas con un refranero del horror, y al político zafio de orejas de volován y aire entre atrabiliario y bonachón", según describe Guillermo Sheridan, en el catálogo de la exposición, a los cuatro grandes tipos del mexicano dibujados por Quezada.

mujer quezada "La cantidad de recursos gráficos, narrativos y periodísticos que el artista pone en juego convierten a sus cartones en una obra maestra del equilibrio, lo que permite y propicia múltiples lecturas", añade El Fisgón en las mismas páginas. En este sentido, puntualiza Sheridan, "los cartones de Quezada tradujeron para la multitud de lectores de diarios lo que los pensadores habían escrito en sus remotos libros... A veces da la impresión de que, más que un escritor 'ilustrado' como deseaba, Quezada se dividía en el escritor que elucubraba y el dibujante que lo contradecía, y que se reconciliaban en una dialéctica de gran eficiencia''.

La faceta de pintor

Además de exhibirse materiales que no habían sido publicados, en El mejor de los mundos imposibles se presentan 40 óleos que revelan otros tonos del alma del autor: el humor sutil, alejado "para descansar" de los compromisos con la crítica social, cercano a sus sueños de coleccionista de mujeres de ojos color "amarillo congo", pelotas de beisbol, playas solitarias, billares pulcros, colosos taurinos y trenes donde acomodar a los amigos.

Junto a las acuarelas que dan testimonio de la estancia en Nueva York del caricaturista, hay una serie de computadoras donde se puede consultar un archivo interactivo, propiedad de la Fundación Quezada, el cual contiene toda la obra clasificada del creador de El tapado, tan amplio como la serie de televisión, en tres partes, que hoy concluye en el Canal 22 (a las 22 horas). El programa se titula Antes y después de Abel Quezada, y además de mostrar las facetas como pintor, escritor, cronista, padre, esposo, amigo, viajero y cazador del "padre" de El charro Matías, también cuenta curiosas anécdotas que marcaron con un brillo especial la vida del dibujante.

Cientos de cartones de AQ (como firmó sus óleos) están disponibles en los seis libros que conforman la colección que recopila parte de su obra. A los primeros tomos titulados El cine, El charro Matías, El mexicano y El país problema, se suman este mes El sistema y Los tapados. Es el testimonio de un hombre cuyas apuestas críticas no pierden vigencia.

Paralelamente a la exposición Abel Quezada. El mejor de los mundos imposibles, se efectuará una mesa redonda en la que varios especialistas hablarán sobre la obra del monero. La cita es el próximo martes 23 de noviembre a las 20 horas en el Museo Rufino Tamayo (Reforma y Gandhi, Chapultepec).