* Chávez "acusó" a Castro de espiar a su equipo
No hubo vencedores ni vencidos en la diplomacia del beisbol
* En la cancha, los veteranos cubanos vencieron 5-4 a venezolanos
Pl, Reuters, Ap y Afp, La Habana, 18 de noviembre * Ante unos 55 mil entusiastas espectadores, Cuba venció esta noche 5-4 a Venezuela en un partido de beisbol amistoso que se celebró en el habanero Estadio Latinoamericano, donde el principal atractivo no fueron las carreras sino el duelo entre dos presidentes que dejaron de lado su proclamada amistad para enfrentarse en el diamante: Fidel Castro y Hugo Chávez.
El mandatario cubano dirigió la novena local, integrada por veteranos profesionales que brillaron en series mundiales y amateurs, y Chávez lanzó por un equipo en cuya nómina aparecieron ex luminarias venezolanas de las Grandes Ligas.
Esta es "una batalla de amor", dijo Chávez, quien cedió la dirección de su equipo para ocuparse de lanzar las pelotas, aunque la primera bola del partido fue lanzada por su esposa, María Isabel Rodríguez.
Venezuela tomó una ventaja inicial 2-0 en la primera entrada con un ataque de cuatro hits. Pero los miles de espectadores ovacionaron con gritos de "šFidel!, šFidel!" al mandatario cubano de 73 años de edad, cuando vestido con una chamarra azul y una gorra de beisbolista caminó lentamente al montículo para dar consejos al lanzador abridor, Alfredo Street, de 60 años.
Ante el ataque venezolano, Castro tomó su primera decisión como manager y sustituyó a Street por Alfredo Roque, que sacó los tres outs. Chávez, un zurdo que en su adolescencia soñaba con jugar en las Grandes Ligas, otorgó dos bases por bolas y los cubanos arremetieron con tres hits para retomar la delantera.
Más tarde, el mandatario venezolano recibió una cerrada ovación al completar cuatro entradas y un tercio de actuación en el montículo y dejar la pizarra empatada a cuatro carreras. Además, Chávez sobresalió al bate, con un imparable en cuatro turnos y una carrera impulsada.
Los dos equipos rotaron a múltiples jugadores, incluida una poderosa reserva cubana de la cual formó parte el jonronero Orestes Kindelan, quien tras conectar un imparable en el séptimo episodio se confundió en un abrazo con Chávez.
Castro, apasionado del beisbol y pitcher en sus años de estudiante, tuvo al vicepresidente Carlos Lage y al canciller Felipe Pérez Roque como sus asistentes en la banca.
Entre los astros que jugaron por Venezuela estaba Antonio Armas y Víctor Davalillo, mientras que Cuba presentó a Evelio Hernández, Lázaro Pérez y Víctor Mesa.
"Este partido es lo máximo entre Cuba y Venezuela", dijo David González, un fanático de la pelota de 23 años, mientras quienes no seguían desde el estadio el partido, que comenzó tras una pertinaz lluvia, se encontraban enganchados a sus televisores para seguir la transmisión en directo hacia toda Cuba y Venezuela.
El comienzo del juego se vio demorado porque, tras escuchar ambos himnos nacionales, los peloteros venezolanos se abalanzaron sobre Castro para que les firmara pelotas y banderines.
Antes de comenzar el encuentro, Chávez se quejó de las "maniobras de espionaje" efectuadas por los cubanos, al afirmar que "mandaron observar nuestro entrenamiento para reforzar a su equipo: Fidel es bueno para esas cosas".
Con este juego, el presidente venezolano culminó dos días de visita oficial a Cuba, durante los cuales fue evidente la química personal con Castro, que se puso de manifiesto en los abrazos y apretones de manos que intercambiaron constantemente. Castro condecoró además a Chávez con la Orden José Martí, máxima distinción cubana.
Además de jugar, este día el ex militar venezolano dictó una conferencia en la Universidad de La Habana. "Aquí estamos Fidel y Hugo, Cuba y Venezuela, más vivos que nunca y más unidos que nunca", dijo.
Ante un auditorio que le interrumpió varias veces con sus aplausos, calificó a la revolución cubana, que triunfó en 1959 cuando él tenía apenas cuatro años, de "punto de dignidad en América Latina, y aseguró que "el cauce que está construyendo el pueblo venezolano es el mismo cauce hacia el que marcha el pueblo cubano".
"Hay personas que vienen aquí a pedirle a Cuba el camino de la democracia, falsa democracia", añadió.
A su lado, Castro le escuchaba emocionado y no dudó en interrumpirlo para decirle que "tu presencia aquí es una nueva cumbre en este país", en alusión a la novena Cumbre Iberoamericana que se celebró el lunes y el martes en La Habana.
Chávez terminó su discurso "pidiendo por Cuba y Venezuela, por la unión de nuestros pueblos, por las revoluciones que comandamos".