La Jornada miércoles 17 de noviembre de 1999

Carlos Martínez García
El laicismo de Fox

En declaraciones locuaces Vicente Fox, por motivos propios, es digno sucedáneo de políticos como Luis Echeverría y una de sus célebres frases, "no nos perjudica ni nos beneficia, sino todo lo contrario". El ex gobernador de Guanajuato declaró que la mejor manera de impulsar el laicismo en las escuelas públicas mexicanas es reforzando la enseñanza religiosa, lo que significaría "superar jacobinismos del pasado". Folclórica concepción tiene Fox del laicismo, es la parcialización de la escuela pública (porque las privadas ya lo están desde hace varias décadas) hacia una confesión religiosa, de preferencia la católica que es la suya.

La reiteración foxiana sobre la necesidad de catequizar a los niños y niñas en los centros escolares, tuvo como marco el foro de la Unión Nacional de Padres de Familia. Similar consideración hizo horas más tarde, en la noche del sábado pasado, en su toma de protesta como candidato del PAN a la Presidencia de la República. Al analizar sus pronunciamientos sobre el tema educativo es posible concluir que Fox no le hace caso a los documentos que le perparan sus asesores y decide externar lo que su esquematismo mental le dicta en el momento, o que bien las ideas contradictorias que expone si son redactadas por una oficina de campaña en la que no se han dado cuenta de las barbaridades que ponen a decir al abanderado panista. Cabe una tercera posibilidad, que los disparates sean producto compartido entre el candidato y sus think tanks, que en este caso serían más de lo segundo que de lo primero.

Si uno de los puntos programáticos centrales de Fox en su campaña va a ser su peculiar entendimiento del laicismo y la enseñanza religiosa, entonces debe, por lo menos, aprender a referirse adecuadamente a las minorías religiosas. En su intervención ante la UNPF dijo que se debe respetar "a los creyentes de otras religiones, ya sean evangelistas, protestantes, cristianos, judíos o cualquier otros" (nota de Claudia Herrera Beltrán, La Jornada, 14/11). Puede haber, y de hecho los hay, evangelistas católicos, evangelistas evangélicos, evangelistas mormones, etcétera. Porque el evangelista dentro de las comunidades religiosas es la persona que da parte de su tiempo a la tarea de propagar un mensaje, a la evangelización (del verbo griego evangelizesthai), que se refiere a la acción de anunciar las buenas nuevas según son concebidas por determinada creencia. Entonces evangelismo no es, como cree Fox, una religión sino la difusión de una doctrina principalmente religiosa por parte de un evangelista, que puede ser evangélico o no. Si en la misma nomenclatura que utiliza el candidato de Acción Nacional hay confusión, imaginemos la naturaleza del embrollo en tópicos más complejos.

El laicismo redefinido contradictoriamente por Fox incluye la construcción de cotos religiosos en la educación al amparo de la libertad religiosa según el entender, que es poco, de organizaciones controladas ideológicamente por la Iglesia católica. Don Vicente sostuvo que de llegar a la presidencia promoverá "... por igual la educación pública y privada; que en la educación pública algunas escuelas elijan un sistema religioso de alguna iglesia; en ese sentido, no hay ningún inconveniente de nuestra parte". Pues qué bueno es enterarse de que Fox defiende experimentos político-religiosos, cuyos perpetradores coinciden plenamente, sin saberlo, con los planteamientos segregacionistas del justiciero guanajuatense. Porque eso de que en escuelas públicas la mayoría de padres y madres elija "un sistema religioso de alguna iglesia", ya es realidad en partes del país donde se impide a niño(a)s evangélicos, testigos de Jehová y mormones, entre otros, asistir a tomar clases. Este es el caso, tal vez el más prolongado y cruento pero no el único, de Chamula, en Chiapas. En dicho municipio los católicos tradicionalistas expulsan a los hijo(as) de creyentes protestantes, dan como razón que la mayoría en Chamula es católica y que la minoría se debe sujetar al respeto de la fe oficial y las tradiciones que le acompañan. ƑSi lo mismo sucediera en otros municipios indígenas, donde los evangélicos son mayoría, y optaran por obligar a los católicos a recibir instrucción religiosa que no es la suya? ƑQué pretende Fox, acaso el apartheid educativo-religioso?

Quedan muy pocas líneas para comentar las afirmaciones del doctor Pablo Latapí Sarre (La Jornada. 15/11). El acucioso investigador de la educación considera que en nuestro país la sociedad y el Estado están preparados para deliberar sobre el laicismo, redefinirlo en un sentido más abierto y su puesta en práctica en el sistema educativo mexicano. Coincido en lo de que el Estado y la sociedad están preparados para entrarle al asunto, Ƒpero lo está la Iglesia católica y sus organizaciones integristas, enemiga histórica de la libertad de conciencia y del laicismo? Con la introducción de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas, la Iglesia católica quiere convertir en éxitos los fracasos tenidos en sus propios espacios. Quiere que el Estado le haga bien la tarea que ella por siglos, en México, ha hecho mal.