Arnoldo Kraus
Otras notas sobre la enfermedad noenfermedad
En el texto de hace una semana reflexionaba acerca "del juego" que existe entre pacientes, doctores y tecnología con relación a la necesidad de contar con un diagnóstico aun cuando no exista enfermedad aparente. Necesidad que no sólo proviene de los pacientes, sino que los médicos, impelidos por los enfermos o mal usando la tecnología, son con frecuencia promotores y/o víctimas de esa trampa. Es sin duda más elegante y más fácil etiquetar que decir "no sé", aun cuando esto último, la transitoriedad del "no sé", sea una virtud.
La modernidad, las demandas de los enfermos, y algunas dosis de "falta de agallas" o de ética médica, son razones que favorecen la existencia de lo que debería denominarse enfermedad noenfermedad. Esta incluye diversas situaciones: la identificación de problemas que no explican las quejas del interesado, la "invención" de rubros diagnósticos para favorecer al paciente y/o al doctor, y el uso indiscriminado de la biotecnología que puede crear patologías incluso a partir de salud. Cavilé acerca de los pacientes hace siete jornadas. Hoy me avoco a doctores y ciencia, los miembros restantes de la trilogía.
Médicos. Es fundamental el papel que deben desempeñar los galenos ante la demanda del enfermo desesperado "por saber qué tiene". Es él quien dirige el movimiento. Amén "de saber", debe estar libre de cualquier distractor. O "lleno" de moral. Son múltiples los posibles errores. Algunos ejemplos. Ser dueño o accionista de un laboratorio, internar pacientes aunque no lo requieran porque el propietario del hospital premia esas acciones, solicitar exámenes en exceso para saber qué tiene el enfermo, o no referir al interesado a quien si sabe con tal de "no perderlo", son tan sólo una muestra de esas anomalías.
Las anteriores son dicotomías que no honran la relación médico paciente y que funcionan en detrimento de ambos. La persona que salta de puerta en puerta para hacer de su noenfermedad, enfermedad, busca un diagnóstico a toda costa. Si al abrirla se encuentra con un galeno inseguro, no probo, o ávido de medicina tecnológica, el círculo se cierra: la cobardía clínica vertida al enfermo desesperado puede generar cualquier diagnóstico. El "efecto cascada" detalla parte de esos vaivenes.
Descrito por dos médicos estadunidenses, James W. Mold y Howard F. Sterin, el "efecto cascada" se refiere, sucintamente, a una relación en cadena, iniciada, la mayoría de las veces, por buenas intenciones. La cascada suele progresar a un final ridículo en detrimento del enfermo, y que a menudo es catalizado por la ansiedad, tanto del paciente como del médico. La ansiedad del profesionista, sea propia o exacerbada por la angustia del paciente, es el factor que precipita el "efecto cascada", es decir, la solicitud de interconsultas, exámenes de laboratorio y gabinete ad nauseam.
Existen recursos para contrarrestar el "efecto cascada". Acercarse a la historia del enfermo, el estudio meticuloso de sus síntomas y signos, el uso racional de la tecnología --en ocasiones, "lo menos, lo mejor"-- y el saber que "hacer demasiado" o tratar en exceso puede ser más dañino que benéfico, son tan sólo algunas de las vías para proteger al enfermo. El médico que entiende que la incertidumbre en medicina es común, pero que su conocimiento la mitiga, y que es capaz de hacer partícipe a su paciente en las decisiones importantes, disminuye esa secuencia y evita crear enfermedad noenfermedad.
Biotecnología. La biotecnología, como cualquier otro instrumento, debe ser usada con inteligencia. En el sentido de la patología, inteligencia denota conocimiento, ética, servir y proteger al paciente, cuidar los recursos naturales y el bolsillo del interesado. Ceder ante el glamour de lo nuevo es fácil. Para muchos, los médicos que saben escuchar pero solicitan pocos exámenes, son considerados anacrónicos.
El buen uso de la biotecnología evita prohijar otras cascadas. Lo contrario es doblemente cierto. ƑQué hacer con un resultado inesperado? ƑQué hacer con pruebas anómalas que no tienen que ver con las quejas del enfermo? Es común que esos datos "sean perseguidos" hasta encontrar respuesta, cuya utilidad o implicación suele ser nula. En cambio, los costos, económicos, morales --la angustia generada puede ser extrema--, y las posibilidades de iatrogenia, no son pocas.
Confieso que la enfermedad noenfermedad es para mí una obsesión. Las obsesiones compartidas o curan a quien las padece o contagian a otros. Espero contagiar, al menos un poco, esta inquietud. Estoy convencido que esta entidad es fuente de sinnúmero de mermas tanto para enfermos como para la profesión médica. La imperfección de la medicina y la ansiedad de doctores y pacientes podrían disminuir repasando los daños de la enfermedad noenfermedad. *