La Jornada miércoles 17 de noviembre de 1999

Bernardo Bátiz Vázquez
La dignidad en política

La dignidad es básicamente el respeto de sí mismo, y su manifestación en las relaciones humanas es la exigencia del reconocimiento del propio valor por los demás. En el mundo de la política es una virtud que se nubla y se esconde a cada momento, un ejemplo muy actual lo encontramos en las contradicciones diarias de muchos políticos, que como Fox hoy contradicen lo que ayer afirmaron. Sin embargo, la dignidad tiene representantes y defensores que reavivan nuestras esperanzas para que las cosas se arreglen. En el campo de la política internacional, un ejemplo de dignidad lo dan Fidel Castro Ruz como persona y Cuba como nación; a pesar del bloqueo del país más poderoso del mundo, a pesar de dificultades de toda índole y a pesar de la falta de una vida democrática al estilo del mundo occidental; después de más de 40 años de revolución, el comandante Castro, como cuando era un joven revolucionario, puede decir a cielo abierto, que el gobierno cubano no es ni cobarde, ni lacayo, ni corrupto, como lo publicó ayer La Jornada en primera plana.

Muy pocos jefes de Estado, especialmente en Latinoamérica, pueden hacer en serio una afirmación como esa; pocos políticos pueden presentarse ante propios y extraños con la única altivez tolerable, que es la del respeto propio y la fidelidad a una convicción, como lo hace Castro Ruz.

Otros gobiernos de Latinoamérica, incluido el nuestro, tienen proclividad al servilismo y al temor reverencial a Estados Unidos, que si no son lacayos, como lo adjetivó el mandatario cubano, se acercan mucho a serlo.

Aceptan estos gobiernos todas las sugerencias, que se les dan con visos de exigencias, desde la modificación a disposiciones constitucionales hasta el cambio de horarios, pasando por supuesto, por adecuaciones de leyes importantes y privatizaciones de todo lo que pueda privatizarse.

Frente a esa actitud obsecuente y débil, frente al poderío norteamericano, pocos mandatarios de los dispersos países de nuestro sub-continente, como se le suele llamar, tienen la dignidad y el patriotismo de resistir y hablar de tu a tu con nuestros vecinos. Claro que para ello se tendría que tener esa riqueza que tiene el gobierno cubano en abundancia y que lo ha hecho ser algo distinto en nuestra zona geopolítica, el apoyo popular, apoyo que en buena medida se debe a la misma actitud valiente del gobierno y a la ausencia de corrupción.

ƑCómo podría un gobernante corrupto exigir apoyo de su pueblo frente a un atropello externo? No podría; la confianza, el respeto y la autoridad mortal se ganan con actitudes firmes, con políticas eficaces, pero principalmente con gobiernos sobrios, republicanos y honrados.