Ť Mecanismos cambiarios, inútiles contra crisis
Empresas mexicanas, cada vez más dependientes de las importaciones
Patricia Muñoz Ríos Ť La dependencia de insumos importados, provocada por el deterioro de las cadenas productivas nacionales, han generado un crecimiento de las compras externas por encima de la capacidad para financiarlas y ha golpeado la balanza comercial durante el presente sexenio, con déficit importantes para el país.
El informe Manufacturas y tipo de cambio: saldo de los noventa, elaborado por la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), reseña lo anterior y sostiene que, contra lo que aseguraban los promotores de la liberalización, la apertura comercial del país a la competencia no fortaleció a los productores nacionales.
La falta de una adecuada estrategia de protección y la desvinculación entre las políticas cambiaria y comercial tuvo repercusiones ''profundas para los productores nacionales y un impacto marginal para los exportadores'', señala el análisis.
Expone que una de las enseñanzas más importantes de las recientes crisis y devaluación es que los mecanismos cambiarios no pueden proteger al país de un choque financiero. En un entorno financiero inestable, explica, los requerimientos de divisas asociados a las crecientes necesidades de financiamiento de las importaciones y a la cobertura de pasivos de corto plazo han provocado las crisis financieras.
La Canacintra advierte al respecto que a partir del segundo semestre de 1996 el país ha vuelto a caracterizarse por un déficit comercial considerable.
El estudio explica que en este sexenio los sectores productivos nacionales se han caracterizado por su creciente dependencia de los insumos importados porque el crecimiento económico implica un aumento más que proporcional de las importaciones.
Antes se pensaba que manejar el tipo de cambio podía ser una especie de escudo protector o un mecanismo de promoción para apoyar al sector productivo e inhibir las importaciones si éstas presionaban demasiado las cuentas externas; en caso contrario, con una moneda subvaluada, se podría utilizar para fomentar las exportaciones.
No obstante, la trayectoria del comercio exterior cada vez se rige menos por el manejo de los instrumentos cambiarios; además, el deterioro de las cadenas productivas y el consecuente incremento de las necesidades de importación han ocasionado que ni un régimen fijo ni uno flexible sirvan para revertir el déficit comercial, asegura Canacintra.
Ni la crisis, agrega, ha podido reducir las necesidades de importación, lo cual es ''prácticamente imposible'', sobre todo en el sector manufacturero, que es el principal actor económico e impulsor de las exportaciones.
Además, las cuentas comerciales siguen dependiendo del petróleo, pese a que su participación en el total del comercio es reducida. Por ejemplo, en años de bajo crecimiento como 1998, el déficit comercial se aceró a 8 mil millones de dólares por la baja de los precios del crudo. En tanto, para este año se estima que el déficit rondará los 5 mil millones de dólares, debido a que se tendrá un menor crecimiento económico y una afortunada coyuntura externa.
El estudio de la Canacintra concluye que si bien los riesgos de crisis se reducen con una política de cambio flexible, esto no es aplicable para el sector productivo, pues el deterioro de las cadenas productivas y el debilitamiento de ciertos sectores por la apertura es tal que hace imperativo establecer una política industrial.