* La semana política en Estados Unidos
* Dinero, aceite que lubrica la maquinaria de la democracia
* El cabildeo, beneficios multimillonarios para particulares
* Se obtienen ventajas incluso en contra del medio ambiente
* Representantes del pueblo escuchan a los que hablan con billetes
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 13 de noviembre * Al final, todo se trata de lana. Por ley, el presupuesto del gobierno federal debe ser aprobado el 1o. de octubre de cada año. Pero cada año, casi sin falta, el Congreso y el presidente utilizan maniobras legislativas para extender esa fecha límite y más durante un periodo en el que los políticos en Washington laboran en un ejercicio democrático donde los representantes de los más ricos intensifican su cabildeo para asegurar beneficios y protección para sus intereses particulares. Pero todo está vestido con la defensa y promoción del "interés nacional" y las necesidades vitales del pueblo.
El Congreso espera concluir la aprobación del presupuesto la próxima semana y hoy el presidente Bill Clinton expresó su satisfacción con las negociaciones sobre el asunto. En particular, el presidente dijo estar complacido porque el Congreso esté dispuesto a aprobar mil millones de dólares en fondos para contratar más maestros, policías y fondos para proteger los parques nacionales. "Esto ha sido una buena semana para Estados Unidos", declaró Clinton.
Pero los verdaderos ganadores de este proceso no son los estudiantes que contarán con unos pocos maestros más, o las comunidades que podrán tener más policías. Los beneficiados, en dinero y legislación que protege sus intereses, son las empresas que pueden contratar a los mejores y más caros cabilderos.
Para lograr conformar el paquete presupuestario final, el Congreso probablemente incluirá todos los rubros pendientes en un solo proyecto que cubre unos 400 mil millones en egresos aprobados --un documento que se espera será de 2 mil cuartillas. Con el tamaño de esta legislación y la urgencia para aprobar todo lo pendiente lo más pronto posible, los cabilderos que representan a decenas de intereses empresariales, están logrando que los legisladores incluyan un sinnúmero de previsiones y cláusulas que representan miles de millones de dólares en beneficios para su clientela. Así se ha jugado este juego desde hace mucho tiempo.
Reconociendo que la aprobación de egresos federales podría ser la última legislación que se decida este año, las empresas dedican millones de dólares al cabildeo de legisladores para obtener todo tipo de beneficios: derechos a madera de los bosques nacionales, permiso a las mineras para depositar miles de toneladas de desechos tóxicos en propiedades federales, y buscar una exención en el pago de impuestos por parte de empresas petroleras que "por error" sacaron petróleo de tierras del gobierno.
Logros de los cabilderos
En los últimos días, cabilderos de la empresa 7-Eleven (tiendas de autoservicio) ganaron un cambio en la ley tributaria que suspenderá un impuesto especial a tiendas que venden cerveza y licores; los representantes de Hollywood obtuvieron una ley especial que dificultará que las empresas de Internet obtengan los derechos para trasmitir películas comerciales en las redes cibernéticas.
"Los tiburones de los intereses especiales están circulando y nos preocupa que el resultado final de este hambriento frenesí será más contaminación del aire y el agua y los tributarios asumiendo la cuenta para el desarrollo riesgoso", señalo la analista Lexi Shultz del Grupo de Investigaciones del Interés Publico (PIRG, por sus siglas en inglés).
En comentarios al Washington Post, Shultz en particular señaló esfuerzos como el de las empresas mineras de West Virginia para obtener exenciones de leyes ambientales que les prohibirían depositar sus desechos tóxicos en tierras federales.
Pero hay mucho más. Cabilderos de empresas locales de luz y fuerza recién privatizadas en este país están buscando protección legislativa ante las multas impuestas por la Agencia de Protección Ambiental por violar normas de control de contaminación. El Departamento de Justicia ha determinado que los dueños privados de 32 plantas de generación eléctrica que funcionan con carbón en el medio oeste y el sur del país, están violando las normas ambientales federales. Las multas podrían sumar miles de millones de dólares sólo en este año, pero los cabilderos de este sector informan que han "convencido" al Congreso de agregar una enmienda a esta legislación de egresos que evitará que el gobierno federal imponga estas penas.
No se utilizará el veto presidencial
El cabildeo empresarial se ha vuelto tan intenso --y tan público-- que hoy el propio presidente advirtió que "debemos de oponernos a las provisiones antiambientalistas que ponen a los intereses especiales frente al interés publico". Pero la Casa Blanca también reconoció que no utilizará su veto para detener la aprobación de la ley de egresos por su oposición a estas enmiendas que denuncia.
Es una coyuntura especial que se presenta cada año. "Todas las agendas que no podían ser promovidas durante el año pasado ya que no son apoyables, se están abordando en la puerta trasera del proceso del presupuesto sin audiencias públicas, debate o votación abiertos", señaló Greg Wetstone del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC), una de las principales organizaciones ambientalistas de este país.
El rito del cabildeo empresarial, siempre denunciado públicamente, sigue siendo parte integral del sistema democrático en Washington. Las voces que hablan con dinero siempre han estado entre las más escuchadas por los representantes del pueblo estadunidense. A veces no es tan difícil detectar quién determina eso del "interés nacional".