Ť Invitación a penetrar sus secretos en el Franz Mayer


Fernando Pessoa, un personaje envuelto en el ropaje del enigma

Ť Inauguraron la muestra los presidentes de México y Portugal

Miryam Audiffred Ť Fernando Pessoa se equivocó. A más de seis décadas de su partida no ha sido fácil escribir su historia y comprender su vida. Ser creador y criatura al mismo tiempo, le regaló a su figura un tinte de confusión que lo sobrevive.

''Nada en la vida de Pessoa es sorprendente", escribió alguna vez Octavio Paz sin saber que años después de verter en papel estas palabras provocaría júbilo contemplar, en México, los libros, anteojos y objetos personales de quien es considerado ''el mayor poeta de este siglo".

La muestra Fernando Pessoa. Todos los días son míos ųinaugurada la noche del jueves en el Museo Franz Mayer, por los presidentes de México y Portugalų es claro ejemplo del enigma que envuelve a este personaje portugués fallecido a los 45 años.

La invitación a penetrar en los secretos de este hombre ųmezcla de heterónimosų toma como punto de partida los textos traducidos por Paz y hace del ensayo Fernando Pessoa, el desconocido de sí mismo el camino a recorrer.

Poesía como forma de vivir

Cerca de cien artículos, manuscritos, retratos y fotografías atravesaron el océano por primera vez. ƑA quién se rinde un homenaje? La gloria es para el hombre miope, huidizo y vestido de oscuro que aparece en los retratos realizados por famosos pintores portugueses, como Almada Negreiros, José de Guimaraes y Rodríguez Castañé.

Pero también es para Alberto Caeiro, Alvaro de Campos y Ricardo Reis; nombres que al fin y al cabo son uno sólo gracias a Pessoa, quien se caracterizó por un desdoblamiento de personalidades que fueron capaces de escribir en formas diversas y de tener su propia biografía.

No está de más leer la famosa carta que Pessoa envió a Adolfo Casais Monteiro para comprender su personalidad polifacética o escuchar al especialista y poeta Francisco Cervantes decir que ''Pessoa cumplió con los grandes postulados del surrealismo al hacer de su poesía una forma de vivir franca y honesta, que aún nadie ha podido conseguir".

Con obras como Oda marítima y Ternura, ''el portugués ha logrado ocupar tres siglos: el XIX, en el que nace en 1888; el XX, en el que muere en 1935; y el XXI, porque su legado seguirá con vida".

Pessoa se burló de los convencionalismos como nadie y pudo hacer de su trabajo una lección de humanismo que no sólo ha influido en hombres de letras de todo el mundo. Los creadores plásticos encuentran en él inspiración. El escultor Benjamín, por ejemplo, reconoce que Pessoa le demostró que es posible no repetirse. ''Escribir como este poeta implicaría para cualquier artista hacer cada escultura diferente a la anterior; sin perder ese toque que hace que el público las identifique a todas como tuyas".

Si Pessoa sólo publicó en vida un poemario, Mensagem ųla primera edición es parte de la muestraų, sus obras son hoy el alma de libros de literatura universal y de múltiples fados portugueses que, a ritmo de instrumentos de cuerda, desafían al fatalismo del destino.

Hay que amar a Fernando Pessoa para comprender la ''inmensa racionalidad que encierran sus palabras" y descubrir que, entre las dos fechas que enmarcaron su vida, todos los días han sido suyos.