* Resurge el fantasma del narcoterrorismo


Atentado en Colombia provoca al menos ocho muertos

* Estalló un automóvil repleto de explosivos en Santa Bárbara

Ap, Dpa, Afp y Reuters, Santafé de Bogotá, 11 de noviembre * El fantasma del narcoterrorismo resurgió hoy en Colombia con el estallido de una poderosa bomba de unos 80 kilos de dinamita en una zona comercial y residencial de esta capital, que dejó un saldo de al menos ocho muertos y unos 45 heridos.

El estallido de un auto repleto de explosivos en el sector de Santa Bárbara, en el norte de la ciudad, no fue obstáculo sin embargo para que el presidente Andrés Pastrana autorizara la extradición a Estados Unidos de dos narcotraficantes, cuyo procedimiento fue aprobado esta semana por la Corte Suprema de Justicia.

Luego de que el presidente confirmó la extradición del colombiano Jaime Orlando Lara, de 30 años, y del venezolano Fernando José Flores Garmendia, de 38, convocó de emergencia a los altos mandos militares y policiales para evaluar la situación generada por lo que constituye el segundo atentado de este tipo en las últimas horas.

El gobierno colombiano aseveró que no se dejará intimidar y advirtió que de llegarse a comprobar que los narcotraficantes de drogas están detrás de tales acciones, entonces se cumplirá la palabra del presidente de que se extraditará a todos los narcotraficantes que han sido reclamados ya.

A la fecha hay unos 44 mafiosos en prisión que son reclamados por la justicia estadunidense. Sin embargo, las escenas de esta mañana del segundo bombazo en apenas tres días con el rescate de los cadáveres y de los heridos, en medio de escombros y fierros retorcidos, trajo el recuerdo del narcoterrorismo imperante entre 1984 y 1993.

Si bien tanto el gobierno de Pastrana como la policía atajaron que aún no se comprobaba que los mafiosos estén detrás de los hechos, ex jefes policiales y militares que combatieron el terrorismo de aquellos años no dudaron en señalar que se trata de la misma metodología para presionar al gobierno en contra de la extradición.

"Yo creo que es obra del narcoterrorismo por la modalidad que utilizaron, en un espacio abierto, en donde cualquier persona que pasara por ahí pudo morir", señaló Fernando Britto, ex jefe de la policía secreta a comienzos de esta década, en alusión a la campaña de violencia desatada por el entonces cártel de Medellín.

En términos similares se manifestó otro ex jefe policial, el general retirado Miguel Maza Márquez, quien combatió el terrorismo del líder del cártel de Medellín, el hoy extinto Pablo Escobar Gaviria, cuyos atentados dejaron una estela de destrucción y sangre con alrededor de 5 mil muertos.

"Da la sensación de que el lobo está sacando otra vez las orejas", dijo Maza Márquez, quien sobrevivió a dos atentados en 1989 con carros-bomba, en los cuales murieron alrededor de 80 personas y unas mil resultaron heridas. Agregó que estos atentados llevan el sello de los extraditables, al realizarse en lugares donde hay una concentración de personas para provocar pánico.

 

Operación rastrillo

 

En tanto que la prensa también expresaba su preocupación con insistentes preguntas a las autoridades en torno a los posibles vínculos entre estos atentados y el narcoterrorismo, la policía respondió que era apresurado sacar esas conclusiones.

En ese marco, la policía comenzó una operación rastrillo con la detención de cuatro sospechosos y la retención de unos 30 vehículos y un centenar de motocicletas en la zona de los hechos, y fueron reforzadas las medidas de seguridad de los jueces de la Corte de Justicia y en varias ciudades.

En paralelo, el gobierno ofreció una recompensa equivalente a unos 256 mil dólares a quien dé informes sobre los responsables de los atentados.

Otro tanto hizo el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, al anunciar una recompensa de 50 mil dólares, y dijo no descartar que este acontecimiento esté "relacionado con las extradiciones".

Algunos reportes de prensa señalaron que los capos del narcotráfico detenidos en distintas cárceles de Colombia, solicitados en extradición por Estados Unidos, estarían discutiendo redactar un documento para rechazar que tengan que ver con los "actos terroristas" ocurridos.

Según esto, entre los firmantes estarían los 33 colombianos que recientemente fueron capturados en la llamada Operación Milenio, así como los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, del desarticulado cártel de Cali.

Parlamentarios de todos los signos políticos condenaron el ataque terrorista de hoy, mientras la Cámara baja, por conducto de su presidente, Armando Pomárico, señaló: "Estos hechos son inaceptables, pero notificamos a los delincuentes, provengan de donde provengan, que seguiremos emitiendo leyes en beneficio de la sociedad".

Estados Unidos se sumó a las declaraciones de repudio por medio de su embajador en Bogotá, Curtis Kamman, quien asentó que "cualquier acto de terrorismo es terrible para todos y condenamos absolutamente estos actos".

No obstante, Kamman dijo que ojalá esto no tuviera que ver con las extradiciones, al recordar que en la década pasada los mafiosos presionaron así para abolir la extradición, que lograron justamente en la Constitución de 1991 y que en diciembre de 1997 fue restablecida por el Congreso.

Venezuela dijo que no intervendrá en el proceso de extradición de Flores Garmendia, ya que cuando fue detenido se le ofreció asistencia legal a través del consulado, pero la rechazó al argumentar que ya era ciudadano colombiano.

En otros hechos, mientras que un ataque guerrillero en Popayán provocó un policía muerto y seis heridos, en La Habana el presidente Fidel Castro estimó que Colombia debe manejar su proceso de paz con mucha discreción para avanzar y tener éxito.