* Garantizan los cinco aspirantes al GDF la unidad del PRD para los comicios del 2000


Debate de ideas y propuestas

* Seguridad pública, vivienda, educación, empleo, desarrollo y bienestar social, entre los temas abordados

Raúl Llanos y Gabriela Romero * Al debatir ante la militancia de su partido, Demetrio Sodi, Andrés Manuel López Obrador, Marco Rascón, Ifigenia Martínez y Pablo Gómez, precandidatos a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, aseguraron que no está en riesgo la unidad de los perredistas por esta contienda interna, y de hecho la garantizaron para las elecciones constitucionales del 2000.

Durante el acto, realizado en el Polifórum Cultural Siqueiros, y al cual acudieron aproximadamente mil 500 personas, los aspirantes perredistas expusieron sus principales ofertas de campaña para resolver los problemas que enfrentan los capitalinos en materia de seguridad pública, vivienda, educación, desarrollo social, economía y bienestar social.

Pablo Gómez y Demetrio Sodi aprovecharon el foro para insistir en sus críticas hacia la precandidatura de López Obrador.

Pablo Gómez advirtió que si Andrés Manuel gana las votaciones del próximo domingo, "sería una catástrofe política mayor a la del 14 de marzo", cuando se registraron elecciones irregulares que luego tuvieron que anularse.

Demetrio Sodi de la Tijera llamó a no "arriesgar el futuro del PRD con una candidatura cuestionable que puede caerse en marzo o abril del 2000".

En respuesta, el ex dirigente nacional del PRD puntualizó lo que ha sido su postura a lo largo de su precampaña: "Respeto la opinión de mis compañeros; creo que los adversarios están fuera de nuestro partido", y respecto a su residencia en el DF, dijo que no tiene ningún problema legal, lo cual remarcó en dos ocasiones, a pesar de que sus contendientes recurrieron al tema a lo largo de la hora y media que duró el encuentro.

 

De propuestas y ataques

 

En el debate, que inició a las 17:00, cada uno de los aspirante hizo uso de la palabra en tres ocasiones. En una de ellas respondieron a las preguntas y observaciones de los panelistas Miguel Angel Granados Chapa y Javier Solórzano.

Demetrio Sodi centró sus intervenciones en el aspecto económico y en la necesidad de hacer más productiva esta ciudad; Marco Rascón aludió más a la problemática social y a la urgencia de cambio, pero de las condiciones de vida de los grupos más vulnerables; Pablo Gómez dio prioridad a la reorganización de la sociedad y de su partido frente a las condiciones político electorales existentes.

Ifigenia Martínez habló en términos más generales y planteó una visión más globalizadora de la región central del país. Andrés Manuel López Obrador, a su vez, sintetizó en tres puntos su oferta política: honestidad, bienestar social y seguridad pública, y pidió a los asistentes apoyar el proyecto político que representa y que busca consolidar el cambio iniciado en esta ciudad, así como ayudar, más que a banqueros y especuladores, a la gente de escasos recursos. También ofreció llamar a los mejores hombres y mujeres, en caso de ganar la jefatura del GDF, para hacer más funcional la ciudad de México.

Y así como a cada intervención de los precandidatos se manifestaban los apoyos de simpatizantes con porras y aplausos, también se expresaron los chiflidos e interrupciones en varios momentos, lo que obligó a la moderadora a llamar al orden en varias ocasiones, en especial cuando se cuestionó la residencia de López Obrador, pero quien más los sufrió fue Pablo Gómez, que no sólo se quejó de su partido, sino del ex dirigente nacional del PRD, a grado tal que llegó a asumir una actitud de protagonismo.

"Lamento que la precampaña haya sido tan corta sólo para beneficiar a un precandidato; lamento que su registro afecte el proceso...", y la silbatina fue tan estridente que le obligó a callar en dos ocasiones. Para continuar tuvo que aclarar: "En un partido democrático todos tenemos derecho a expresar nuestros puntos de vista".

Advirtió que López Obrador no está en los registros del partido en el DF y no tener los cinco años de residencia, así como de que el PRD podría quedarse sin candidato; sin embargo, aclaró: "El problema no es personal, sino político".

Misma actitud fue secundada por Demetrio Sodi, quien rechazó visiones "parroquiales y provincianas" para esta ciudad, y aseguró que López Obrador "no tiene el arraigo ni el compromiso político con la ciudad".

López Obrador fue mesurado en sus respuestas ante las críticas e hizo un compromiso con los asistentes, que en su mayoría lo apoyaban: "Aceptaré la decisión que tome la militancia y apoyaré a quien resulte ganador el domingo". No lucho, dijo, por ser candidato ni por cargos públicos, sino por convicción y por la democracia en esta ciudad.

La única coincidencia de los aspirantes perredistas fue el tema de la unidad. Ifigenia dejó en claro que quien gane "será impulsado por todos"; Pablo Gómez y Marco Rascón consideraron que "pase lo que pase" la unidad está garantizada; Sodi afirmó que "no hay riesgo" en ese tema, y Andrés Manuel sostuvo que es precisamente ese punto lo más fuerte en el PRD.

Pasión y ejercicio de la crítica, en el Polifórum

Elia Baltazar * La bóveda del último mural de David Alfaro Siqueiros, La marcha de la humanidad, fue testigo de cinco propuestas para la ciudad que coincidieron en una discusión a cuatro tiempos y un solo triunfador: el Partido de la Revolución Democrática.

Un debate a puertas abiertas. Transmitido en vivo por radio y televisión. Recursos multimedia para multiplicar en dos pantallas gigantes los gestos y las imágenes de cinco precandidatos, aspirantes a contender por el PRD para la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, ayer en pleno ejercicio del criterio; es decir, de la crítica.

Así son los nuevos tiempos en la liza prelectoral de los partidos. Y ayer tocó turno al perredismo capitalino, que desplegó a cerca de 150 personas en los trabajos de organización de un debate al que acudieron al menos mil 500 asistentes.

Allí estaban los perredistas de todas las corrientes, aunque fueron pocas las caras conocidas. Funcionarios del gobierno capitalino, legisladores, más líderes locales y pocos nacionales, invitados especiales de los protagonistas del debate.

Eso se lo dejamos a la oposición, diría en uno de sus turnos Pablo Gómez, para dejar en claro que el actual es "el primer gobierno honesto en la historia de la ciudad de México".

En cuatro turnos sonaron cinco propuestas de gobierno para la ciudad. La resonancia, sin embargo, no fue la misma, pues hubo quienes aprovecharon bien sus dotes oratorias para ensalzar sus palabras.

Pausados y tranquilos se mostraron Ifigenia Martínez y López Obrador. Más encendidas las palabras de Marco Rascón y Demetrio Sodi. Y fuerte la voz de Pablo Gómez, quien asaltó al público y sorprendió a la moderadora en su primer turno, poniéndose de pie y reclamando los liderazgos artificiales en el partido del sol azteca. La llamada de atención no vino sólo de boca de Gina Batista, moderadora en este acto, sino de los simpatizantes de López Obrador, que rebatieron a gritos al diputado federal.

Una y otra vez parecían desbordarse las pasiones políticas, casi siempre cargadas hacia el lugar de López Obrador, cuyo registro a la contienda provocó las críticas de sus compañeros de partido, convertidos en adversarios electorales por obra de la democracia.

Había apoyo para López Obrador. Ni qué decir. El aplausómetro rebasó de vez en cuando el registro de sus contendientes, y algunas voces salieron a su defensa cuando hubo necesidad, aunque otras también lo atacaron.

Contienda prelectoral a fin de cuentas: no faltaron los golpes bajos. Y el peor, quizá, vino de Demetrio Sodi, quien dio al respetable una probadita del episodio de la leche Betty, aunque sin referirse estrictamente a él, aunque ni falta que hizo. Al momento se despertaron las malas caras en algunos de los presentes que ocupaban los lugares reservados para diputados locales.

Fáciles de identificar, las hueste de Sodi llegaron hasta con la playera oficial del precandidato, pero no fueron suficientes sus vítores para aplacar los abucheos que resonaron en el espacio cuando el ex priísta sumó su nombre a la izquierda.

Presentes los periodistas Miguel Angel Granados Chapa y Javier Solórzano, quienes intervinieron en la fiesta del debate abriendo una ronda de preguntas. Y como una sombra, se tendió la que hizo referencia a las impugnaciones en la elección de Presidente nacional. Que nada. El agreste camino de la elección interna del 14 de marzo quedó atrás y el perredismo, dijo Gómez, ha elegido la ruta del triunfo del 25 de julio de 1997.

Las manos extendidas del hombre nuevo de Siqueiros elevaron la promesa de todos los contendientes: "Aquí hay unidad". Y que quede claro que las críticas a López Obrador no son asunto personal, dijo Pablo Gómez.