CLASE POLITICA Ť Miguel Angel Rivera

Ifigenia Martínez fue senadora y diputada; y los otros tres precandidatos del PRD al Gobierno del Distrito Federal, Pablo Gómez, Marco Rascón y Demetrio Sodi, también han sido diputados por la misma entidad. A pesar de ello ¿podrían ser candidatos al gobierno de Tabasco?

Es probable que la respuesta fuese afirmativa, pero la mala imagen pública de que ``gozamos'' quienes residimos en el DF probablemente generaría una fuerte reacción en contra.

Del lado contrario, el quinto aspirante a la nominación del PRD para el Gobierno del DF es Andrés Manuel López Obrador, ex dirigente nacional del partido del sol azteca, quien fue secretario general de Gobierno cuando militaba en el PRI y, posteriormente, dos veces candidato a gobernador de Tabasco, en 1988 y 1994.

Los tabasqueños no tienen la misma mala fama de los ``chilangos'', pero ¿ello los habilita para aspirar de inmediato a gobernar la capital de la República?

Esto es lo que tendrán que decidir el próximo domingo quienes acudan a votar para elegir al candidato del PRD a jefe de Gobierno del DF.

La tarde de ayer, como último acto de campaña, los aspirantes al gobierno capitalino acudieron a un debate organizado por la dirigencia de su partido y la principal crítica contra López Obrador consistió en su larga vinculación con su estado natal, lo cual en otras palabras se traduce en un alejamiento de lo que ocurre en esta ciudad.

En su momento, el Instituto Electoral del DF y, luego tal vez el Tribunal Federal Electoral, deberán decidir si López Obrador llena los requisitos para gobernar la capital de la República. Muchos de sus propios compañeros opinan que no; sus simpatizantes dicen que sí.

A final de cuentas, no se trata de cuestiones legales. Lo que importa es el vínculo emocional. Para gobernar a la gran metrópoli se debe estar estrechamente ligado a ella y no convertirla en escalón para alcanzar otro cargo político y eso, precisamente, es lo que no admiten los otros precandidatos del PRD.

La cosecha

Ni modo, más del PRD y más de Tabasco. El senador del partido del sol azteca, originario de ese estado del Golfo, Auldárico Hernández Gerónimo, tendrá que repasar sus lecciones de marxismo, sobre todo de aquéllas relativas a los ``compañeros de viaje'' y los que el también alumno de Enrique González Pedrero y ex gobernador de Tlaxcala, José Antonio Alvarez Lima, llama ``inteligentes útiles''. Esto, por la función que el senador tabasqueño desempeñó para el cambio de titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Como otros miembros del PRD, Hernández Gerónimo no deseaba que continuara en el cargo la jurista Mireille Roccatti, en virtud de que se le consideraba vinculada al gobierno federal y, peor, al PRIÉ En su calidad de presidente de la comisión del ramo en el Senado, Hernández Gerónimo llevó adelante el proceso para acatar un discutible artículo transitorio que dejaba al arbitrio del Senado la facultad de decidir si la presidenta de la CNDH seguía en funciones y, si no, a quién nombrar en su remplazo. La comisión presidida por Hernández Gerónimo preparó una relación de candidatos a suceder a Roccatti, entre los cuales, por supuesto, estaban los favoritos de su partido. Todo empezó a romperse porque algunos de los propuestos renunciaron al considerar improcedente la destitución de la presidenta de la CNDH. Mientras eso sucedía, PAN y PRI se pusieron de acuerdo y llegaron con un candidato que resultó triunfador, el ex director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, José Luis SoberanesÉ

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