En el siglo XXI, la informática moldeará los conflictos
Las razones de las guerras
Reuters, Bruselas Ť La guerra es posiblemente la más dramática experiencia colectiva de la humanidad, el escenario mundial de sus héroes y el evento formativo de naciones a través de los tiempos.
Las guerras incluyen muertes despiadadas hasta cuando son cortas. Cuando son prolongadas están marcadas invariablemente por la brutalidad, las atrocidades y el asesinato masivo de civiles. No hay "reglas". Sólo supervivencia y victoria o derrota.
Las armas y las tácticas han cambiado aceleradamente en el curso del último milenio, pero ningún elemento disuasivo ha conseguido terminar con el conflicto humano.
La guerra para el siglo XXI está siendo moldeada por las computadoras, robots, miniaturización, sensores y comunicaciones instantáneas de la evolutiva era de la informática. Lucirá diferente para los combatientes. Pero para el resto de la humanidad su producto, muerte y destrucción, serán iguales y probablemente no habrá falta de eso.
La cifra de las guerras en el mundo desde Hiroshima y Nagasaki no baja de 172, desde Afganistán a Zimbabue. En la actualidad se libran 24 en cuatro continentes.
Durante siglos, los ejércitos han usado nuevas armas para mejorar el alcance, el poder, la exactitud, la movilidad y la intensidad del fuego.
El caballo, el arco, la pólvora, las ametralladoras, los tanques, los aviones y los submarinos cambiaron progresivamente la forma en que combatían los ejércitos, pero no los riesgos ni las razones.
Algunos creen que la guerra del Golfo Pérsico de 1991 marcó una nueva era de desequilibrada victoria de la alta tecnología. Pero la batalla de Omdurman, en 1898, dejó a 10 mil sudaneses muertos por ametralladoras británicas de un solo cañón, contra 48 caídos en Galípoli.
Hoy, la proliferación de armas es mucho más rápida. El chip de computadora apropiado en un misil adaptable, a bordo de un pesquero frente a la costa o en una camioneta, constituye un arma formidable de destrucción masiva lanzada por un pequeño pero implacable enemigo.
Las recientes propuestas estadunidenses para una defensa antimisiles, reviviendo la visión de la Guerra de las Galaxias, son originadas no por miedo de la poderosa Unión Soviética, sino de Corea del Norte, o Irak o el disidente saudí Osama bin Laden.
Pero los escudos especiales y las armas paralizantes sólo pueden remplazar a los soldados en el terreno si los seres humanos se repliegan a fortalezas insulares.
En el globalizado mundo del próximo siglo, como en el pasado, la organización y las tácticas militares contarán tanto como la tecnología y las nuevas armas.
Napoleón uniformó la artillería y puso comida en frascos de cristal para que los ejércitos se pasearan por toda Europa. Los bombarderos Stuka y los panzers de la Alemania nazi hicieron la guerra relámpago. Estos éxitos fueron copiados, mejorados y usados contra los que los originaron.
Razones para la guerra
Las razones centrales para la guerra probablemente no cambiarán.
Históricamente, la guerra ha sido por la competencia, por el dominio regional o mundial, por la supervivencia económica. La guerra por la ''decencia y los valores democráticos'' podría ser sólo la moda pasajera de hoy.
''No combatimos a Hitler sólo porque era un nazi o nos opusimos a Stalin sólo porque era comunista'', dijo el analista estadunidense Douglas MacGregor, un coronel.
La caída del comunismo ha eliminado la idea de guerras totales de supervivencia de la conciencia pública en Occidente. Y las posibilidades del apoyo de la opinión pública para una segunda guerra de Vietnam es cero.
Pero los ejemplos de Bosnia, Kosovo y Timor Oriental despiertan expectativas de nobles aplicaciones de fuerza por coaliciones voluntarias, siempre que sea rápido y estéril. Una nueva generación de armas ''no letales'' de alta tecnología está en desarrollo.
''Nuestros valores compartidos ųlibertad, democracia, el imperio de la ley, el respeto por los derechos humanosų son en sí mismos dignos de ser defendidos, como lo es nuestro territorio'', dijo recientemente el embajador estadunidense en la OTAN, Alexander Vershbouw.
Pero cuando la situación es crítica, la acción será limitada por la geografía, por lo que se puede hacer y por los intereses vitales. No importa el sufrimiento humano, la OTAN se ha mantenido fuera de Argelia, Chechenia, Cachemira y Africa y no es muy probable que cambie.