Ť Se requiere la contribución de todos, "sin egoísmos"
Vamos hacia un "alto el fuego" en Colombia, dice Víctor Ricardo
Ť Avanza el diálogo con la guerrilla del ELN: Andrés Pastrana
Afp, Pl y Dpa, Santafé de Bogotá, 8 de noviembre Ť El alto comisionado gubernamental para la paz, Víctor Ricardo, externó hoy su confianza en que se decretará un cese el fuego con los grupos arma- dos que operan en Colombia, pero admitió que se necesita que todos "sin egoísmos" contribuyan en ese propósito.
"Tengo la seguridad de que vamos hacia un alto el fuego, porque inclusive las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han planteado en sus documentos que ello es posible en la medida que avance el proceso de paz", señaló.
Hizo énfasis en que "el gobierno y los colombianos aspiran a que se negocie en paz y no en guerra". Pero, dijo, se requiere de la contribución de todos "sin egoísmos", dado que "la paz cuesta, pero cuesta menos que la guerra".
La declaración de Ricardo ocurrió luego de que la víspera el presidente Andrés Pastrana pidiera a las FARC, al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a los paramilitares de derecha decretar un cese el fuego durante el fin y comienzo del año nuevo, es decir, entre el 15 de diciembre próximo y el 15 de enero del 2000.
"Qué mejor señal para el mundo decirle: terminamos este siglo en paz y vamos a comenzar el próximo igual", expresó el mandatario. Dijo que si las guerrillas y los paramilitares aceptan la tregua de 30 días en Navidad y año nuevo sería un importante mensaje de que se puede hacer la paz y crear condiciones para acabar con la violencia.
Tras recordar que los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) decretaron una tregua unilateral el año pasado y la respetaron a pesar de haber sido atacados, añadió que si esta vez la aceptan todos los grupos armados la acatará el ejército nacional.
Pero, aclaró, el ejército la acatará no antes porque "podría poner en peligro la vida de los militares". Asimismo, subrayó que esta propuesta es de tipo personal porque está "interpretando el sentimiento de todos los colombianos" y no sujeta a discusiones en la mesa de negociaciones recién instalada con las FARC.
A esta propuesta se unieron de inmediato representantes de varios sectores, entre ellos el arzobispo bogotano, monseñor Pedro Rubiano, el sindicalista Tarcisio Mora, el banquero Jorge Botero y el analista político Alejo Vargas.
Por lo demás, Pastrana señaló que los diálogos con el ELN están avanzados y antes de concluir el año podría instalarse la reunión preparatoria de la convención, el mecanismo de negociación exigido por esa guerrilla.
Pero Víctor Ricardo asentó que los contactos entre el gobierno colombiano y el ELN progresarán hacia una negociación en la medida en que esa organización vaya liberando a los civiles que todavía mantiene como rehenes.
Subrayó que con las FARC también hay avances importantes en el proceso de paz, a un año de la desmilitarización de la zona sur del país, a pesar de las dificultades surgidas. Lo cierto, dijo, es que "las partes se encuentran en una etapa de negociación formal".
En otro plano, el Ejército de Liberación Nacional anunció que cobrará rescate por la libertad de ocho pescadores deportivos que secuestró el 6 de junio pasado, al tiempo que privó de su libertad, en el departamento de Atlántico, al diputado Carlos Ramos. En contraposición, 12 rebeldes del mismo grupo fueron detenidos en Medellín.
Sin embargo, otros reportes señalaron que al menos 50 personas murieron en las últimas 72 horas en ataques perpetrados en distintos puntos del país por los grupos armados. Pero, se indicó, los sucesos más graves se refieren a una matanza por paramilitares de 19 campesinos en una zona rural de La Hormiga, en Putumayo.
Los demás hechos de violencia en que participaron guerrilleros, paramilitares y soldados ocurrieron en Antioquia, Sucre, Tolima, Bolívar y Guaviare.
Y mientras las FARC desmintieron que estén reclutando campesinos y entrenando pilotos en Bolivia, en Managua se reportó el decomiso de un arsenal de armas de guerra a un ex jefe policial nicaragüense que iba a vender a los paramilitares colombianos de las AUC.