La Jornada martes 9 de noviembre de 1999

Mario Núñez Mariel
Marxismo heterodoxo de fin de milenio

JUSTO CUANDO EL PROCESO POLITICO de cambio democrático en México parece quedar de modo preponderante en manos de los especialistas del marketing, para su deformación y reducción trivial, surge una obra importante de análisis crítico del capitalismo tardío de fin de siglo, en el mundo y en México, que pone en jaque los dogmas neoliberales del pretendido pensamiento único a partir de una concepción histórica de vieja raigambre marxista ajena a toda percepción maniquea, simplista o lineal.

Como paradoja de fin de siglo, en el momento de la supuesta derrota definitiva del pensamiento crítico de la izquierda, del fin de las ideologías y del mal anunciado "fin de la historia", surge un texto que recupera el valor metodológico y epistemológico de las categorías cocinadas por Marx y los marxistas, sin por ello abandonar o despreciar otras concepciones del mundo de plena vigencia contemporánea. Ese es, a mi juicio, el valor del reciente libro de Víctor Flores Olea y Abelardo Mariña (Crítica de la globalidad. Fondo de Cultura Económica, 598 pp.; México, octubre de 1999), y por ello me atrevo a decir que se trata de una obra que seguramente marcará la vida intelectual del país como distinción de nuestra cultura política, filosófica y científica social de fin de siglo, que aparece de manera significativa precisamente en el momento en el que los gobiernos tecnocráticos, sus partidos y sus universidades tienden a tragarse acríticamente los dogmas del neoliberalismo y la globalización, entendidos como fatalidad del destino.

Para Flores Olea, en su calidad de internacionalista experimentado, vivimos una globalización primordialmente en manos de los consorcios y del capital financiero; tratándose hoy de una globalización profundamente distorsionada, no universal, excluyente y parcial, que en realidad es la nueva forma de sometimiento de los países más débiles respecto de los más fuertes, al excluir de su alcance benéfico a las mayorías sociales y al imponer mecanismos de beneficio desproporcionado para los centros económicos y financieros, y de traslado masivo de los capitales del sur al norte, ampliando la marginación y la pobreza y creando enormes zonas del mundo habitadas por poblaciones que se debaten entre el olvido y la desesperanza, no únicamente en el mundo subdesarrollado, sino también en el de la prosperidad.

Sin embargo, y en ello estriba la riqueza del libro, la percepción de la pauperización del mundo a partir de la dominación aparentemente irrestricta del capital financiero trasnacional y de sus gobiernos y organismos internacionales, se da dentro de una relación de fuerzas en movimiento en la que los mecanismos de resistencia universal, en los inicios de su propia globalización, se desarrollan con claras tendencias a la radicalización de la democracia ųen sus dimensiones social y económica, y no sólo políticaų, sin la preminencia de un único sujeto universal portador del cambio ųel proletariado industrialų, sino en la perspectiva de miles de formas organizativas y la multiplicación de los sujetos impulsores del cambio estructural ųmultidimensionales, multiétnicos y multiculturalesų, con progresiva capacidad autogestiva, que conforman y seguirán conformando, de modo ascendente y cada vez más imaginativo, la resistencia internacional frente a la opresión mundializada impuesta por un capitalismo que cada día restringe más sus capacidades productivas para recaer en la senilidad y el desenfreno de su dimensión especulativa y financiera.

La amplísima reflexión de Víctor Flores Olea sobre el mundo contemporáneo se inicia con la revisión de las aventuras de la razón moderna; el texto sigue con la revisión de la globalización política y la crisis del Estado liberal, en la que se plantea con toda pertinencia y profundidad, más allá de los lugares comunes en boga, el problema de la soberanía, la conformación de bloques regionales y la relación entre los Estados en la posguerra fría; en tercer plano se aborda la temática del capitalismo contemporáneo; en el cuarto se revisan los impactos de la globalización sobre el trabajo y la sociedad; de ahí parte el análisis de globalización, educación y cultura, en clara advertencia no planeada sobre el conflicto universitario que vivimos en estos momentos; sigue la percepción optimista del camino que va de la globalización neoliberal a una mundialización democrática, para culminar con una revisión sobre México: globalización neoliberal, crisis y perspectivas. Se trata, en fin, de un libro digno y más que recomendable de fin de milenio. *