La Jornada martes 9 de noviembre de 1999

Miguel Concha
El legado de don Samuel

EXHORTAMOS A TODOS los fieles de la diócesis de San Cristóbal de las Casas a que revisen y orienten su participación en la vida de la Iglesia, a la luz de esta legislación diocesana.

Con estas palabras concluye el decreto que don Samuel Ruiz y don Raúl Vera López, así como, para satisfacción de muchos y extrañamiento de algunos, la secretaría canciller y la secretaría del tercer Sínodo Diocesano, firmaron al final de la misa en la que se dio gracias por los 75 años del trigesimoquinto obispo de San Cristóbal, y que le da fuerza normativa al documento conclusivo del mismo, una vez que publicado sea enviado por deferencia al arzobispo de Oaxaca y a la Conferencia del Episcopado Mexicano.

No se trataba, como malintencionada y mentirosamente quisieron hacer aparecer los principales canales de la televisión privada, de la firma de la carta de dimisión al Papa, que don Samuel no firmaría en privado hasta las 12 de la noche del 3 de noviembre, sino, por el contrario, de la ratificación jurídica del valioso documento que recoge en 190 páginas el legado pastoral más significativo de don Samuel en los Altos, en la Selva y en las zonas Norte y Fronteriza de Chiapas.

"La urgente necesidad de enriquecer y fortalecer nuestra labor pastoral, así como de revisar y proyectarnos al futuro ųse dice también en el mencionado decreto, para explicar la urgencia del sínodo ante la eventualidad de un cambio de dirección en la diócesis, a partir de 1994ų, nos llevó a convocar el 20 de julio de 1994 al tercer Sínodo Diocesano, el cual abrimos solamente el 25 de enero de 1995", día en que don Samuel cumplió 35 años como obispo de San Cristóbal.

"Juntos hemos caminado en el proceso sinodal de esta querida Iglesia de San Cristóbal de las Casas", sigue diciendo, para expresar la metodología participativa, que involucró a todos los parajes, las comunidades, los pueblos, los barrios y las ciudades de la diócesis, en la que tomaron parte religiosos y laicos, indios y mestizos, y con la cual se desarrollaron todos sus trabajos, bajo el acompañamiento y la supervisión de don Samuel y don Raúl.

"Ha querido el Señor ųse dice con justicia al respecto, dejando testimonio de la ejemplar labor conjunta de don Samuel Ruiz y don Raúl Veraų que en este tiempo de Gracia (llamado así por don Samuel en una Carta Pastoral que entregó al Papa en 1993, en razón de la conflictiva toma de conciencia de los indios de su dignidad como sujetos, y por lo mismo de sus derechos individuales y colectivos) se uniera a nuestra diócesis fray Raúl Vera López OP, enviado por SS Juan Pablo II como obispo coadjutor para auxiliarnos en el servicio pastoral. Hemos trabajado en unidad de intenciones, para así ofrecer a los fieles un testimonio de comunión y fraternidad para que, desde nuestra misión episcopal, fuésemos testigos claros de la unidad que en Cristo busca la Iglesia."

Se describen enseguida las seis asambleas sinodales en las que creativamente se fue reflexionando sobre la experiencia de la diócesis de San Cristóbal de las Casas durante los últimos 39 años de labor pastoral de don Samuel (Iglesia autóctona, acompañamiento al pueblo y estructuras diocesanas, etcétera), utilizando a través de los representantes, hombres y mujeres, todas las lenguas y formas de expresión de las diferentes etnias de la diócesis, y tomando en cuenta los retos que para ella representan las peculiares condiciones culturales e históricas en las que vive.

"Y así ųse afirma, al hablar de las características primordiales que identifican y han dado renombre universal a la Iglesia de San Cristóbalų hemos definido las líneas fundamentales de una acción pastoral que nos ayuden a construir una Iglesia autóctona, una Iglesia liberadora, una Iglesia evangelizadora, una Iglesia servidora, una Iglesia en comunión y una Iglesia que vive bajo la guía del Espíritu", que son ahora los títulos que encabezan los seis capítulos, con 586 números, en los que está estructurado el documento conclusivo.

Vale la pena observar que en la realización de este enorme trabajo, se contó en todo momento con la oportuna y eficaz asesoría técnica de expertos en Biblia, teología, pastoral, historia de la Iglesia y derecho canónico. El anterior sínodo se había celebrado en San Cristóbal, en 1947. *