* Para Roque, ninguno, según corte informativo de Gutiérrez Barrios


Gana Labastida 272 distritos, Madrazo 21 y Bartlett cinco

* Adelantan tendencias por la guerra de cifras entre precandidatos; la CIRT rompió acuerdo

Enrique Méndez * La directiva nacional del PRI confirmó anoche que, computadas 37 mil 471 mesas receptoras -58.41 por ciento de las 64 mil 105 instaladas-, Francisco Labastida Ochoa tenía una mayoría de sufragios en 272 de los 300 distritos electorales, mientras que Roberto Madrazo Pintado sólo llevaba ventaja en 21. A su vez, Manuel Bartlett Díaz ganaba en cinco distritos de su natal Puebla y Humberto Roque Villanueva, quien no obtuvo un solo distrito, sin embargo recibió casi un cuarto de millón de votos.

Al presentar un corte de información del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), el presidente de la Comisión para el Desarrollo del Proceso Interno (CDPI), Fernando Gutiérrez Barrios, precisó que esos datos eran parciales, por lo tanto, "no son definitivos de la elección" del candidato presidencial.

El directivo del tricolor dijo que hasta las 11 de la noche de este domingo se habían registrado 5 millones 373 mil 566 votos, de los cuales la mayoría fueron para el sinaloense, quien se perfila así como el ganador de la primera elección abierta de candidato presidencial del PRI.

En un desglose del cómputo ante la prensa, que se adelantó ante la guerra de cifras entre precandidatos, avivada por los resultados que anticipó rompiendo su compromiso la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT), Gutiérrez Barrios refirió que Labastida Ochoa obtenía "más votos" en 272 distritos. Hasta el cierre de esta edición, Labastida tenía a su favor más de 2 millones de votos, que representaban 59 por ciento del total emitido.

Madrazo -por la tarde mostraba una imagen sonriente, pero tensa; "vamos a todo dar", dijo- aventajaba en 21 distritos: los dos de Campeche, seis de Chiapas, los dos de Quintana Roo, los seis de Tabasco, uno de Chihuahua, uno de Oaxaca por apenas cuatro puntos y tres de Veracruz.

Bartlett ganaba sólo los distritos federales electorales 6, 9, 10, 11 y 12, y mantenía un "empate técnico" con Labastida en el distrito 15 de Puebla. En todo el país, Bartlett Díaz obtenía 310 mil 834 votos, de los cuales 99 mil 237 los recibió en esa entidad.

Por su parte, Roque Villanueva obtenía 221 mil 151 votos, pero ningún distrito. A la medianoche del domingo aún no se recibía información de los distritos 9 de Nuevo León y 2 de Veracruz.

Durante toda la jornada se recibieron en el CEN del PRI diversas denuncias por irregularidades -"incidentes", los calificó el vocero de la CDPI, Felipe Solís Acero-. Se reportó que fueron quemadas o robadas 11 urnas, y que no se instalaron nueve mesas por distintos motivos, desde un enfrentamiento en Puebla entre labastidistas y bartletistas o por pérdida de los paquetes.

A las diez de la noche, la CDPI descalificó los "resultados irreversibles" que habían dado a conocer previamente tanto Madrazo como Labastida, y los de la CIRT, porque no reflejaban cifras oficiales.

En conferencia de prensa Solís Acero aseguró que esas irregularidades "ocurren en cualquier elección", fueron "menores" y "no ensombrecieron la consulta".

-ƑEs normal que se cometan irregularidades entre priístas?

-Tenemos problemas poco significativos, pero no podemos atribuir la responsabilidad de esos hechos a ningún priísta ni a nadie en especial.

Vendido por el PRI como un sistema de conteo de votos confiable, infalible, el PREP funcionó a través de la red interna de ese partido, pero en Internet se saturó.

El ingeniero Luis Mendoza, coordinador del PREP, aseguró que la página del PRI se saturó apenas media hora después de que se subió la información a la red. Antes de las nueve de la noche había 200 mil personas consultandola y cuando menos otras 400 mil "haciendo cola" para ingresar.

Aunque se instalaron tres servidores, éstos no fueron suficientes, y se colocó un cuarto para tratar de despejar la página. Miles de personas no pudieron enterarse del cómputo de la elección. El sistema, como ofreció el PRI, no se cayó, pero sí se calló.

A la sesión permanente de la comisión, que fue cerrada a la prensa, se presentaron diversas quejas que fueron minimizadas. A las cinco de la tarde, el diputado Ulises Ruiz -quien no acudió al partido, y en su lugar Madrazo envió al diputado Jorge Canedo-- se comunicó con Gutiérrez Barrios para denunciar que en el municipio de Alamo, Veracruz, no se habían distribuido completas las actas de escrutinio.

Aunque la víspera había expresado la seguridad del triunfo -"nos los vamos a chingar", dijo--, Ruiz Ortiz prácticamente "desapareció" durante horas, y por la tarde se reunió durante varias horas con su jefe Roberto Madrazo Pintado para hacer el recuento de los daños.

A las ocho de la noche, cuando ya en los cuarteles de Labastida y Madrazo se les proclamaba a ambos ganadores de la contienda, comenzó la tensión, el nerviosismo, la guerra de declaraciones y los insultos.

En la casa de Puebla casi esquina Guadalajara, en la colonia Roma, se manejaba que Labastida había ganado, al cierre de las mesas, 220 distritos federales electorales.

-šEstán pendejos! -exclamó un madracista del primer círculo.

Mientras en la sede nacional del PRI fluían poco a poco los resultados de la votación -a las 21 horas la ventaja era para Labastida-, Madrazo convocó de urgencia a su casa de campaña de Miguel Laurent 70, en la Del Valle, a su operador político, Ulises Ruiz Ortiz, quien la víspera había expresado que tenían la victoria en la bolsa.

Aun cuando la tendencia no les era favorable, los madracistas aseguraron que el cómputo de mesas, a esa hora, todavía era reducido y confiaban en que durante el transcurso de la noche del 7 a la madrugada del lunes, se diera la voltereta.

Desde las cinco de la tarde, en la sede nacional de ese partido se habían filtrado resultados de las encuestas de salida que pagó la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT). Incluso, un enviado del diputado federal Marcos Bucio Mújica, secretario particular de Labastida, durante todo el día estuvo ofreciendo información "fidedigna" sobre los resultados de la votación. Incluso, se permitió hacer un chiste a costillas del apellido del precandidato tabasqueño.

-ƑSaben cuál es la mamá de Madrazo? -preguntó a un grupo de reporteros Francisco Burguete, el enviado de Bucio Mújica.

-No.

-šPues madriza! Ja, ja, ja...

-Pero no puedes negar que esta fue una elección de Estado -le soltó un periodista.

-Pero moderna.

Nalgas al aire

Por la tarde, un grupo de ultras del Consejo General de Huelga (CGH) se apostó en la entrada del edificio nacional del PRI, para exigir allí la renuncia del rector de la UNAM, Francisco Barnés de Castro, y a protestar por la "farsa electoral".

La veintena de paristas puso nerviosos a los dirigentes del PRI, que de inmediato ordenaron que los soldados que el Estado Mayor Presidencial envió a Insurgentes y Ferrocarrileros rodearan, por dentro, las instalaciones de ese partido.

Los ultras pegaron pancartas, gritaron consignas -"šBarnés, narco de mierda!", "šSomos los utópicos más realistas!"-, y luego algunos se bajaron los pantalones, de espaldas a las rejas y se agacharon para mostrar sus nalgas.

-Señora -espetó uno de ellos a la directora de Comunicación Política del PRI, Marta Solís, que observaba el show-, Ƒqué no le da vergüenza ser priísta?

-ƑY a ustedes no les da vergüenza ser paristas? -les devolvió- šYo no les he ido a dar las nalgas a ustedes, y ustedes ya se las vinieron a dar al PRI!


* El tabasqueño admite tendencias desfavorables en un proceso ''sin equidad''


Seguiré en el PRI luchando por el cambio: Madrazo

* Su tardía aparición ante los medios desató todo tipo de conjeturas sobre la decisión que tomaría

Elena Gallegos * La de anoche fue una noche de final anticipado porque en el PRI ''la línea fue, es y seguirá siendo la línea''. Por eso, una vez que se confirmó lo que ya todos sabían y luego de muchas horas de silencio y ausencia, Roberto Madrazo regresó a su casa de campaña para aceptar que las tendencias le eran desfavorables -aunque se resistió a calificar la suya como una derrota-, y también para dejar claro que no abandonará el PRI. Esto es, optó por la disciplina.

-ƑDe verdad no lo llamó a cuentas el secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco, según se ha dicho insistentemente?

-šNo, totalmente no! No hablé con nadie y nadie habló conmigo. No lo hizo el Presidente, ni Diódoro y tampoco Labastida... (a este último) Yo no lo voy a buscar -contestó sin perder un segundo la ensayada sonrisa.

Y es que cuando Madrazo apareció frente a las cámaras -pasaban veinte minutos de las doce de la noche- ya habían circulado todo tipo de versiones sobre los sitios en los que podía estar y sobre el tamaño de las decisiones que debía tomar. Nada ocurrió. Fue tan seco el golpe, que no hubo lugar para escenarios de ruptura.

Por lo pronto, Madrazo no define aún si regresará a Tabasco. Lo único que adelantó con insistencia es que seguirá al lado de la corriente que lo apoyó -la llamó la corriente del cambio y la reforma profunda del partido- y buscará espacios de participación para su gente.

-ƑAceptará una embajada?

-Sólo en la República Mexicana.

-ƑApoyará a Labastida?

-Apoyaremos al partido.

-ƑAcepta su derrota?

-Hay derrotas dulces y amargas victorias. Reconozco que las tendencias no me fueron favorables pero ustedes lo saben, el proceso nunca fue equitativo. Luchamos contra el aparato y demostramos que algo se puede hacer. Lo profundizaremos.

-ƑTrabajará con Labastida?

-Yo no busco acomodo político, pero sí pugnaré porque la corriente del cambio que me respaldó no se disuelva.

-ƑSigue creyendo en el PRI?

-šCompletamente!

-ƑMerece México como candidato a un perfecto fracasado, como calificó usted a Labastida?

-šEso lo decidirá la gente el 2 de julio!

-ƑSe comprobó la denuncia de la oposición de que había un candidato oficial?

-Yo dije siempre que había un candidato oficial -y aquí otra vez sonrió.

 

Siempre ''no se pudo''

 

El rápido intercambio -reporteros-Madrazo- se suscitó en una desordenada conferencia de prensa. El lugar era tan reducido y tantos los descorazonados madracistas, que hubo momentos en que ni el mismo precandidato podía pasar al atril de cristal que se preparó desde temprano y a cuyas espaldas aparecía su foto y su lema: ƑQuién dice que no se puede? Y no, este domingo Madrazo no pudo.

Todo esto después de que las primeras informaciones que comenzaron a conocerse luego del cierre de las mesas receptoras, sólo confirmaron lo que se supo en el momento mismo que el Revolucionario Institucional anunció que abriría su proceso, y cuando aquella tarde de mayo Francisco Labastida Ochoa renunció a la Secretaría de Gobernación para participar en la contienda.

Así y con el triunfo del llamado -por sus contrincantes- ''candidato oficial'', el priísmo se llenó la boca para decir que había ''enterrado'' la época del dedazo y las cosas se resolvieron como todo mundo intuyó que se resolverían.

 

Fallido intento de madruguete

 

En los momentos en los que todo estaba por consumarse, Roberto Madrazo Pintado y su equipo -sabedores ya de que siempre no se había podido- hicieron un último intento. Diez minutos antes de las 20 horas y frente a las cámaras y micrófonos de decenas de informadores que aguardaban en las cocheras del edificio de la familia en la colonia Del Valle, acondicionadas para el efecto, el vocero Manuel Gurría aseguró que tenían entre 204 y 223 de los 300 distritos electorales.

Quiso ser el comienzo de una guerra que nunca estalló. La contundencia de las cifras lanzadas a través de algunas estaciones de radio -uno de los conductores dio los resultados preliminares del PRI como definitivos: ''šLabastida ganó en 248 distritos...!'', aunque más tarde le agregarían 22 más-, no daban casi margen para el pataleo.

Aun así y sin importar los tiempos que el PRI se había dado (mismos que todos, hasta Fernando Gutiérrez Barrios, terminaron por acelerar), Gurría dijo que la estructura electoral de Madrazo -formada por más de 700 mil personas- le permitía sostener que la tendencia del voto en su favor era irreversible.

-Oiga, pero el equipo de Francisco Labastida asegura que ya tiene 230 distritos. ƑLo desmiente?

-šPor supuesto! Se trata de encuestas, de conteos de salida totalmente hechos a la medida, sólo para desinformar a la opinión pública.

-Ofreció que en unos momentos más saldría a dar información ''más precisa, amplia y, por supuesto, veraz'', porque los madracistas -autodefinió- ''somos gente comprometida con la verdad y seguimos un principio ético''.

Y, efectivamente, cuarenta minutos después Gurría volvió a presentarse. Pero en esta segunda ocasión sólo se refirió al triunfo en seis distritos y a la votación lograda en Tabasco -estado que Madrazo gobernó hasta hace unos meses-, en la cual aventajaban a Labastida por casi 248 mil votos.

No se quedó ahí. Buscó el efectismo al asegurar que ya no tenían acceso al sistema de resultados preliminares del PRI. ''šHay quienes dicen que ya se cayó!''. No tuvo mucho eco.

A las diez de la noche -una hora antes de lo programado-, los resultados de las encuestas de salida que dio a conocer la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión (CNIRT), 270 distritos para Labastida, les cayeron a los madracistas como balde de agua fría en una noche ya de por sí muy gélida.

No se diga cuando Fernando Gutiérrez Barrios, el conductor del proceso interno, desgranó las tendencias que daban a Labastida los consabidos 270 distritos adelantados por la CNIRT. Los madracistas que aún estaban en el cuartel ya ni reaccionaron. El silencio, sólo el silencio.

El precandidato ya no había regresado a sus oficinas por la tarde. Contaron que estuvo reunido con su operador Ulises Ruiz, a quien en esta ocasión le ganó la mano otro operador José Guadarrama Márquez, ambos formados en los mismos establos. Otros decían que, en realidad, Madrazo conversaba a esas horas con Manuel Bartlett y Roque para diseñar una estrategia conjunta. Unos más aventuraban, que le estaban ''jalando las orejas'' en la Secretaría de Gobernación.

Al mediodía, los madracistas se mostraban confiadísimos. Al filo de la medianoche, ya nada los animaba.

Pero mucho antes del anticipado final, alrededor de las cuatro de la tarde, cuando Madrazo salió de su oficina (ubicada en un séptimo piso) para dirigirse al restaurante El Buen Bife -ahí comió con su familia- y dijo que todo iba muy bien para ellos. Todavía sonreía y hasta se daba el gusto de posar para los fotógrafos que le pedían: ''šHáganos la V de la victoria!''

Enumeró luego algunos resultados: ''En San Pedro de las Colonias, Coahuila, donde le lanzaron la pedrada al licenciado Salinas Ƒte acuerdas?, ahí prácticamente ya ganamos y así hemos recibido otros resultados de municipios. Por la tarde ya los iremos agrupando por distritos''. Comentó también que había casillas en las que Humberto Roque apenas si tenía un voto. ''Caray -dijo como lamentándolo-, él hizo una buena campaña''.

Sin embargo, había mucha distancia entre lo que sucedía en el edificio de la Del Valle y las casas habilitadas por los labastidistas en la Condesa. Al mediodía, a muchas horas de que se cerrara la votación, el equipo del sinaloense ya había rentado y acondicionado un gran salón en el hotel Fiesta Americana, del Paseo de la Reforma, en el que festejarían esta madrugada el triunfo.

-ƑY dónde hará usted su festejo? -le preguntaron por la tarde a Madrazo.

-Ustedes me van a acompañar Ƒno? Aquí vamos a estar todos.

Angel Buendía (lo conocen como El Lico), uno de sus asesores, punzaba al publirrelacionista Ramiro Pineda: ''ƑYa compraste la champaña?''

 

Cuando despertaron, el

aparato todavía estaba ahí

 

Qué festejo ni qué nada. Tristes, muy tristes, los madracistas no atinaban a decir qué harían. Nadie sabía a ciencia cierta dónde estaba su jefe. Se hacían apuestas sobre si reconocería o no el triunfo de Labastida, si se iría o no del PRI.

Por esas horas, corrían ya fuertes rumores de que en el grupo que había operado la campaña en el Distrito Federal -''somos un buen número'', dijo por el teléfono Javier Mendoza- había una gran rabia y una fuerte discusión sobre si este mismo lunes dejaban el partido tricolor.

Pero nada, nada ocurrió. Y aunque Madrazo repitió de muchas maneras que seguiría luchando por el cambio y la democratización, dentro del Partido Revolucionario Institucional, lo cierto es que prefirió disciplinarse. Algunos simpatizantes que le corearon enronquecidos, patéticos, ''Ƒquién dice que no se puede?'', se fueron de la colonia Del Valle con la rabia contenida.

Rumoran, cuentan, bromean que esta madrugada, cuando Madrazo, Bartlett y Roque por fin despertaron... el aparato todavía estaba ahí.