Ť El viernes se inició la Muestra Nacional de Teatro


La burla sonriente, obra que rescata el valor de la vida

Ť Felipe Angeles, la puesta inaugural Ť Mérida, sede en el 2000

Carlos Paul, enviado, Tijuana, BC, 7 de noviembre Ť ƑEl tiempo revive a los muertos o engaña a los vivos? En el segundo día de actividades de la 20 Muestra Nacional de Teatro, el grupo Máscaras entre Sombras, equipo interdisciplinario del Distrito Federal, montó en la explanada del Centro Cultural Tijuana (Cecut) el espectáculo La burla sonriente.

Por problemas de iluminación, el montaje inició casi dos horas después de lo programado. No obstante, el público, paciente y festivo, disfrutó de ese espectáculo, cuyas idea original y dirección artística son de de Leonardo Salas, mientras que la dirección escénica correspondió a Aline Menassé.

Mediante el juego de máscaras y las mojigangas que representan distintos personajes emulando cadáveres, el espectáculo multidisciplinario está inspirado en el Día de Muertos, "en la ofrenda que plasma la necesidad de rescatar el corazón como fundamento en la vida de los hombres, que embriagados por los absurdos capitales consumen y degradan la existencia."

felipe angelo El montaje transcurre en un "altar viviente", compuesto por tres escenarios-instalaciones que retoman la iconografía mexicana sobre la muerte, específicamente la ofrendas que se levantan los 1o. y 2 de noviembre.

El recorrido comienza en el Mictlán, en la región de los muertos. Después hace su aparición el caldero de la historia y el panteón.

El espectáculo expone un sincretismo entre la tradiciones de la cultura popular y las expresiones artísticas contemporáneas. Además, recrea el nacimiento del hombre, su paso por la historia y su visita anual al reino de los vivos.

En tanto, en el Teatro de la Universidad Autónoma de Baja California, el Taller Universitario de Teatro de Ensenada, dirigido por Virginia Hernández, escenificó la obra Guerrero Negro, del dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda.

Una cantina, con mesas y sillas de metal, en las que se puede sentar el espectador-cliente, y una pequeña y larga plataforma, con un tronco y arena que evocan una franja de playa, conforman la escenografía de esa puesta en escena, cuya historia transcurre en la parte central de la península de Baja California, en Guerrero Negro, famoso por sus salinas y sus aguas tibias donde las ballenas se procrean.

En esta obra, en la que participan Frida López, Alejandro Castro, Virginia Hernández, Ricardo Alvarado (cantante), Juan Manuel Beltrán y Mario Hernández (mesero), convergen una pareja de amantes, un judicial y una gitana que hablan de sus soledades y anhelos, de la traición, la venganza y el contrabando.

Mientras se trasgreden los órdenes social y moral, sus historias se van entrelazando. En el caso de la pareja de amantes, él es un contrabandista que no tiene miedo, ''sino colmillo", y ella una joven mujer, "una cualquiera, decente, eso sí", en busca de la aventura atada a una relación de pasión-odio, que no le permite, aunque lo desea, alejarse de su amante. Un judicial que no se considera asesino, que desea vivir tranquilo con una mujer; sin embargo, como le dice la gitana, "no te van a dejar". "Y quién me lo va a impedir". "Los muertos que no enterraste".

Y la gitana, cómplice de todos, al tiempo que procura la felicidad de estos, sus seres queridos. Una mujer que en su canasta vende collares de Veracruz, aretes de Mazatlán, conchas de Puerto Escondido, arena de Cancún, plata de Taxco, geodas de Chihuahua, pájaros de madera de bahía Kino, "más duros que la vida", y el Guerrero negro, una figurilla de barro que no cualquiera la puede comprar, que da alegría y dolor, y que colocada aquí, en el pecho, te hace ver lo invisible y escuchar el silencio. Si lo pones cerca de los senos de una mujer, la convierte en una fiera.

La muestra, ahora en Tijuana

La Muestra Nacional de Teatro recupera su carácter itinerante, después de realizarse durante 12 años en Monterrey. Ahora, la sede es en esta ciudad.

La 20 Muestra Nacional de Teatro inició la noche del viernes, en el foro del Cecut, con la obra Felipe Angeles, una adaptación de Luis de Tavira a la obra homónima de la escritora Elena Garro.

Puesta en escena que se estrenó en el último Festival Internacional Cervantino y que a diferencia de aquella función, cuando el público fue más heterogéneo, en esta ocasión los espectadores fueron la comunidad teatral.

En el discurso de inauguración, el director del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Gerardo Estrada, reconoció que gracias a los años en que el festival se efectuó en Monterrey, ''pudimos consolidar la muestra, aunque ųagregóų ha sufrido diversas transformaciones desde su origen".

No obstante, dijo Estrada, el acto ha conservado sus principios, algunos de los cuales son: servir como punto de encuentro de teatristas de todo el país, ser termómetro del desarrollo del arte teatral en México, y convertirse en escaparate del trabajo sobresaliente de actores, autores, directores, escenógrafos y demás creadores escénicos.

La batalla, destacó, "es ganar más público y adeptos al teatro".

Asimismo, Estrada anunció que la sede de la 21 muestra nacional del 2000 será Mérida, Yucatán.

Mario Espinosa, titular de la Coordinación Nacional de Teatro del INBA, comentó que sería interesante llevar esta fiesta a lugares donde nunca se ha realizado.

Al ser cuestionado sobre si hubo algún aspecto político por el que la muestra ya no se realiza en Monterrey, el titular de teatro del INBA respondió: "No sé, no veo ningún aspecto relevante. Considero, más bien, que en Monterrey la muestra se convirtió en una costumbre, y lo que debe ser es una sorpresa, una fiesta".

Auspiciada por el Centro Cultural Tijuana y el CNCA, la 20 Muestra Nacional de Teatro arrancó sus actividades con la obra Felipe Angeles, la cual recrea los últimos días de vida de uno de los más brillantes militares del porfiriato y posteriormente de los mejores estrategas militares de Francisco Villa.

"Fue sin duda un gran hombre de su tiempo. Un héroe trágico cuya memoria ha querido ser sepultada en vano, por el olvido de los ganadores".

Luego de la escenificación, algunos espectadores comentaron: "Bravo, producción". Otros, como Mauricio García Lozano, opinaron que es un trabajo "espectacular: la producción, la escenografía, la iluminación, el sonido''.