Ť La semana política en Estados Unidos

Ť La pobreza, nuevamente de moda en las campañas electorales

Ť Cruzada de Bradley para beneficiar a los niños con carencias

Ť Clinton y Hastert coinciden en dar más apoyo a los necesitados

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 6 de noviembre Ť De pronto, la pobreza está de moda nuevamente en el mundo político estadunidense. El precandidato presidencial demócrata Bill Bradley ha convertido su campaña en una cruzada contra la pobreza de los niños; el presidente Bill Clinton y el líder republicano de la Cámara de Representantes visitaron una colonia pobre de Chicago esta semana, y el aspirante presidencial republicano George Bush habla constantemente de la necesidad de la "compasión" para los pobres y necesitados por parte de los conservadores.

En una era en la que los políticos se distinguen por su falta de compromisos, por la carencia de percepción popular, los candidatos se han dando cuenta de que la adopción de "principios" puede ser útil para sus fines electorales.

Clinton visitó zonas pobres de la ciudad de Newark, Nueva Jersey, regresó a su estado natal, Arkansas, para reunirse con granjeros que padecen los precios bajos de sus productos en el mercado.

Después viajó a una colonia pobre de Chicago, donde se reunió con el reverendo Jesse Jackson y el presidente de la Cámara, el republicano Dennis Hastert, y el mensaje conjunto fue que todos --a pesar de sus diferencias políticas-- reconocen que se necesita extender el apoyo a los pobres que no han disfrutado del auge económico.

Pero el enfoque sobre la pobreza se manifiesta en particular en la campaña presidencial del ex senador Bill Bradley, quien en los últimos dos meses ha logrado montar un serio reto al supuesto favorito del Partido Demócrata para ganar la candidatura presidencial de su partido, el vicepresidente Al Gore.

"Estamos en un tiempo de prosperidad sin precedente, y aun así hay casi 14 millones de niños viviendo en la pobreza", declaró reciente Bradley en Brooklyn. "La pobreza se ha reducido, creo, en 1 por ciento el año pasado.... Pero (la marginación) es mayor de lo que fue en 1989 y mucho más que en 1970". Agregó que "no creo que el gobierno federal debería suspender su compromiso con los niños que son pobres".

Bradley no pretende tener la solución, pero discurso tras discurso llama a favor por un nuevo movimiento, algo parecido a la lucha por los derechos civiles en los sesenta, para despertar un nuevo sentido de "propósito" entre los ciudadanos de este país sobre las grandes cuestiones sociales.

Inicialmente, su contrincante Al Gore ha buscado calificar las propuestas de Bradley como irresponsables, cuestionando de dónde sacarían los fondos sin vulnerar el presupuesto federal. Pero ahora los asesores de Gore le han aconsejado presentar una respuesta más cuidadosa para no aparecer como oponiéndose al apoyo de los niños pobres.

De hecho, Bradley continúa elevando su apoyo en las encuestas. "Sus principios son su estrategia", afirmó Gina Glantz, la coordinadora de la campaña de Bradley, al Washington Post. "Creo que si un candidato compite sobre sus principios de forma honesta y demuestra lo que cree es una estrategia exitosa. Eso es lo que estamos viendo".

El candidato ha propuesto una iniciativa de 75 mil millones de dólares para la atención de salud y la reducción de pobreza para los niños, lo que implica revivir algunos de los programas públicos federales suspendidos con la reforma del sistema de asistencia de bienestar social.

Este tipo de retórica tiene eco entre el electorado estadunidense y en una semana, en la que el gobierno informó que uno de cada tres niños en la capital del país más rico del mundo son pobres, esto no sorprende. Pero a pesar de esto, Bradley todavía no ha logrado atraer el apoyo de las cúpulas oficiales de los sindicatos y otras organizaciones que tradicionalmente pretenden favorecer los intereses de los marginados y los trabajadores de este país.

En parte, esto es resultado de un conservadurismo natural de esas grandes organizaciones institucionalizadas como el AFL-CIO, que otorgó su apoyo oficial a la candidatura de Gore el mes pasado. Pero también indica ciertas sospechas sobre la retórica de Bradley, en parte resultado del origen de sus promotores más poderosos. El ex estrella de basquetbol recibe una buena parte de su apoyo financiero para su campaña de figuras influyentes de Wall Street y del sector bancario.

Sin embargo, el enfoque de Bradley sobre la pobreza ha obligado a otros candidatos y figuras políticas ha abordar el tema, no sólo de parte de los demócratas.

El lema de la campaña de Bush es el "conservadurismo con compasión" que se refiere a no olvidar a los más necesitados como parte de su mensaje. El propio presidente de la Cámara, el republicano más poderoso en Washington, Dennis Hastert, quien apareció junto con Clinton en Chicago esta semana, declaró que "Estados Unidos no puede ignorar a aquellos que a veces son dejados atrás".

Los pobres están de moda otra vez. Pero nadie sabe cuánto durará esta renovada atención a los que tienen tan poco que ofrecer a los políticos cuyas carreras políticas dependen de los más ricos de este país. ƑSerá que temen que esta vez, los pobres acudirán a las urnas?