Amigo íntimo y colaborador de Ezra Pound y de Henry Miller, Muench vivió una larga itinerancia por el mundo, en un exilio intenso por causa de la guerra en su país. Decidió culminar tal periplo existencial en nuestra patria, que hizo suya.
Ť Relevante, el papel de las disqueras independientes
Muench fue un músico que se alejó de la autopromoción
Ť Global Entertainment también editó un disco sobre el Trío Neos
Pablo Espinosa Ť La opción de las disqueras independientes emerge como una alternativa vigorosa para el desarrollo de la cultura musical mexicana, tan expuesta a los riesgos del consumismo. La pequeña empresa Global Entertainment editó recientemente dos volúmenes que comprueban lo anterior: un homenaje al compositor alemán, naturalizado mexicano, Gerhart Muench, y un viaje sonoro por el territorio romántico a cargo del excelente Trío Neos.
Asumir a México como patria
Gerhart Muench nació en Dresden, Alemania, el 23 de marzo de 1907. Toda su vida estuvo marcada por lo legendario: su primera partitura, por ejemplo, fue estrenada por Hermann Scherchen, quien fue uno de los más grandes directores de orquesta de varias eras, y de allí en adelante sus colaboraciones con leyendas vivas de la cultura mundial ocurrieron en cadena: trabajó con Paul Klee y con los integrantes del movimiento artístico conocido como Bauhaus.
Amigo íntimo y colaborador de Ezra Pound y de Henry Miller, Muench vivió una larga itinerancia por el mundo, en un exilio intenso por causa de la guerra en su país. Decidió culminar tal periplo existencial en nuestra patria, que hizo suya.
Aquí vivió los últimos 35 años de su vida (murió en Tacámbaro, Michoacán, el 9 de diciembre de 1988) y aquí escribió partituras que lo ubican entre uno de los clásicos de este siglo, a pesar del desdén generalizado, lo cual es una constante en el medio cultural no sólo mexicano sino en todas partes donde las habas se cuecen.
La energía de Gerardo, como era llamado cariñosamente en México por sus alumnos, amigos compositores y escritores y personas comunes que disfrutamos su bonhomía y su prodigioso arte pianístico, estuvo dedicada a crear. Amigos y partituras. No siguió el camino que sigue la mayoría: la autopromoción. Son obvias las celebridades cultivadas en función del talento para las relaciones públicas que para la creación artística.
Un caso similar al de Gerhart Muench lo tuvimos también en México con otro genio del siglo veinte que eligió nuestro país como el propio: el compositor Conlon Nancarrow.
Repertorio de calidad
Pero bueno, la noticia es que Global Entertainment publica un disco que rescata tres partituras de Muench: el Concierto para violín y orquesta (1959), Oposiciones (1979) y Muerte sin fin (1959).
Juan Trigos dirige a la Sinfonietta de las Américas y los solistas son: Carlos Egry, al violín, y Alberto Cruzprieto al piano. Participaron también en este rescate maravilloso: Tarcisio Medina, Raúl Falcó, Eugenio Toussaint y el Instituto Goethe.
La revista Casa del Tiempo, editada por la Universidad Autónoma Metropolitana, en su número 8, publica cuatro poemas inéditos de Gerhart Muench, de los cuales reproducimos aquí uno.
Además de este disco culturalmente valiosísimo, Global Entertainment dio a conocer, en paralelo, el volumen titulado Trio Neos plays the Romantics, donde este extraordinario conjunto de cámara mexicano interpreta partituras escritas en el éxtasis del romanticismo por William Yeats Hurlstone, Mijail Ivanovich Glinka y Ludwig van Beethoven.
Calidad en la elección de repertorio, excelsitud en su ejecución.
Lo dicho, la alternativa de las disqueras independientes es garantía de crecimiento cultural hoy día en el paisaje sonoro mexicano.