Los cálculos presentados por la Secretaría de Hacienda para la discusión de presupuesto son tramposos, como ya está resultando costumbre con las estimaciones que presenta esa dependencia. El faltante de 13.8 miles de millones de pesos sólo es posible si se ignora lo que sucederá con la parte ``no programable'' del gasto. Ahí se consideran los pagos de intereses de la deuda, incluyendo los pagarés del Fobaproa, ahora en manos del IPAB, y las participaciones sobre los impuestos que se transfieren a los gobiernos de los estados.
En esa parte del gasto, Hacienda estima que a los 750 mil millones de pesos de los pagarés del Fobaproa que pronto serán convertidos por el IPAB en deuda pública oficial, se les aplicará una tasa de interés real de 8 por ciento, la cual resulta de la estimada para el Cete (7 por ciento) más un punto. Con esa elevada tasa, el pago de intereses calculado para el año 2000 asciende a 60 mil millones de pesos. Como se espera una recuperación por venta de activos de 15 mil millones y un pago de cuotas de los bancos por otros 4.5 mil millones, los restantes 40.5 mil millones de pesos se deberán incluir en el presupuesto.
Pero el secretario de Hacienda olvida que las Reglas Generales para el Intercambio de los Pagarés del Fobaproa, elaboradas por la Junta de Gobierno del IPAB y publicadas el 18 de junio del presente año en el Diario Oficial, señalan claramente en su Regla Séptima: ``Los nuevos instrumentos de pago mantendrán en conjunto el mismo valor contable a la fecha-valor de operación, plazo, pagos de interés, tasas de rendimiento y amortización de capital...'', agregando que podrán además ser negociables.
La mayor parte de los pagarés del Fobaproa se emitió con la siguiente regla respecto a su rendimiento: hasta mediados de 1996 se pagaría una tasa igual a la del Cete a 91 días; entre esa fecha y marzo (junio en algunos casos) a la tasa del Cete se le agregarían 2 puntos, y desde abril (o julio) de 1999 hasta su vencimiento, la tasa aplicable sería la del Cete menos 1.35 puntos, la cual, según las reglas de conversión publicadas por el IPAB, debe mantenerse en los nuevos títulos que sustituirán a los pagarés.
Si se respetan las reglas publicadas en el Diario Oficial, y tomando como referencia la tasa real del Cete de 7 por ciento, estimada por Hacienda, la tasa real aplicable a los nuevos títulos del IPAB es de sólo 5.65 por ciento y no de 8 por ciento, como se pretende en el documento de la Secretaría de Hacienda (pág. 81). Además, los intereses que necesitan ser acomodados en el presupuesto se reducen de los 40.5 mil millones de pesos calculados por Hacienda, a sólo 22.9 mil, es decir, 17.6 mil millones menos.
Los 17.6 miles de millones de pesos que se ahorrarían aplicando la tasa de interés que señalan las reglas publicadas por el propio IPAB son superiores a 13.8 miles de millones del supuesto faltante estimado por Hacienda, y que pretende ajustar aumentando impuestos o recortando gastos. Además, si se hace un verdadero esfuerzo por recortar los muchos gastos superfluos del gobierno el austero presupuesto que se anticipa para el próximo año puede permitir aumentos sustanciales en los rubros que realmente interesan a la mayoría de la población. Pero la discusión apenas empieza.