Juan Moreno Pérez
El presupuesto para el 2000 /I
Los primeros cálculos respecto al Presupuesto de Egresos para el año 2000, presentados en días pasados por la Secretaría de Hacienda, muestran que la primera prioridad del gobierno del presidente Zedillo sigue siendo el rescate bancario. Para ello, se pretende aumentar en más de dos puntos la tasa de interés de los pagarés del Fobaproa, reduciendo paralelamente otros gastos realmente prioritarios para la mayoría de la población.
El pasado 20 de octubre, el Secretario de Hacienda entregó a los legisladores un documento intitulado Consideraciones en torno a la Elaboración del Presupuesto, en el que el gobierno federal presenta sus primeros cálculos respecto a lo que contendrá el ''paquete económico'' para el año 2000. Ese ''paquete'' se compone de la Ley de Ingresos y del Presupuesto de Egresos que, por Ley, el Ejecutivo debe evitar cada año al Congreso, para su discusión y aprobación. Los cálculos que anticipó la Secretaría de Hacienda en ese documento, se pueden sintetizar de la siguiente manera: Respecto a los ingresos del sector público, no se espera ningún aumento importante en los impuestos que paga la población.
Al comentar la debilidad recaudatoria del gobierno, Hacienda la atribuye a malas decisiones del legislativo, olvidando la gran responsabilidad que tiene el gobierno federal al propiciar la crisis de 1995 y mantener una situación de impunidad verdaderamente alarmante.
Respecto al presupuesto, Hacienda anticipa que el gasto programable (excluyendo intereses y participaciones) para el año 2000 crecerá en la misma tasa real que el producto interno bruto (4.5 por ciento). Así, de una erogación estimada en 701.8 miles de millones de pesos para 1999, se anticipa un gasto máximo de 733.4 miles de millones (a precios actuales) para el año 2000, es decir, un aumento de sólo 31.6 miles de millones.
En el documento de Hacienda se incluyen algunas estimaciones sobre las presiones adicionales en el gasto para el año 2000. Entre esos mayores gastos se incluye un aumento de 4.2 mil millones al presupuesto del Instituto Federal Electoral, para que pueda organizar adecuadamente las elecciones federales.
También se incorporan, entre otros, mayores gastos para los poderes legislativo y judicial, el levantamiento del censo de población, y una erogación adicional por 27.9 miles de millones destinada a seguridad social. Como esos gastos adicionales, considerados ineludibles, ascienden a 45.4 miles de millones de pesos, con el aumento máximo estimado para el gasto programable para el año 2000, de 31.6 miles de millones, quedaría un faltante de 13.8 miles de millones de pesos. Ese faltante, según Hacienda, tendrá que ser compensado por los legisladores, que deberán decidir qué impuestos aumentan o qué rubros de gasto recortan