Ť El periodista Lorenzo León habla del proyecto que se convertirá en libro
Un imaginario Vallarta, medio para recuperar testimonios que narran toda una historia
Ť Los seres de la tercera edad no permiten que su memoria se la lleve el mar, el viento ni la lluvia
Ť El jurista llamó ilusos, en 1857, a los que creían en un pacto entre el elefante y la hormiguita
Renato Ravelo Ť La historia que pasa por el corazón que añora, caprichosa, exagerada, amorosamente cierta, se recupera en Puerto Vallarta, Jalisco, con un proyecto que comenzó el año pasado y que en breve dará frutos editoriales: 275 páginas contra el olvido, como convendría que sucediera en todos los puntos de un México que se prepara para el olvido de la globalización.
Los seres humanos de la tercera edad no han permitido que su memoria se la lleve el mar, el viento ni la lluvia, cuenta Lorenzo León Zazueta, animador, junto con Herrán de Rosas, del proyecto que arrancó muy ordenado con temas y horarios en octubre de 1998. No tardaron los ancianos en imponer el otro orden oculto de la voluble memoria, explica el periodista.
Para diez ciclos mensuales, de 3 a 4 horas cada uno, fueron convocadas cerca de 50 personas con conocimiento de la historia del puerto que recibió su nombre del jurista Ignacio Luis Vallarta, casi olvidado de la historia oficial a pesar de sus fundamentales intervenciones en las Leyes de Reforma y en el Constituyente de 1857.
Por eso, explica León Zazueta, es que decidimos recuperar estos testimonios con un imaginario Vallarta, que se encarga de darle coherencia narrativa a todo lo que se cuenta:
''Si se leen los cinco discursos fundamentales que pronunció para 1857, pareciera que estuvieran pensados para referirse al Tratado de Libre Comercio; él llama ilusos a quienes creían que se podía hacer un pacto entre un elefante y una hormiguita."
La política, actividad de sinsabores
En las tertulias, al terminar, se bebía como una forma de celebración de la memoria. Era al principio parte del atractivo y poco a poco, una vez rotos los esquemas iniciales que proponían hablar de turismo, de bailes, de historias, los ancianos fueron asumiendo el espacio como propio.
Y uno de los temas recurrentes, comenta el periodista que trabajó con la ''vital" colaboración de María José Zorrilla, directora de Cultura de Puerto Vallarta, era el de los juegos infantiles y las medicinas de entonces, de ahí el traslado a los recuerdos de los padres que contaban de la fundación del puerto que hasta 1851 se llama Las Peñas.
En el trabajo de redacción, para no ser repetitivos en las historias, comenta León Zazueta, se pensó en la creación de ese personaje basado en la figura de Ignacio Luis Vallarta.
Este llega de repente con Carlos Munguía, añejo cronista del puerto, y se sienta en el malecón con él. Le dice con voz cascada: ''Me ha visto usted desde niño" para darle pauta a que Munguía cuente.
O le dice a don Chucho Lepe que participó en política, entre referencias históricas: ''A ti te gusta la política, esa actividad que deja tantos sinsabores".
ƑTexto escolar?
El libro será editado por la Universidad de Guadalajara y el municipio de Puerto Vallarta, en el primer trimestre del año 2000, confía León Zazueta. El volumen, opina, incluso podría llegar a formar parte de los textos escolares:
''Para que ese esfuerzo por recuperar las dos historias, la del grupo de personas de la tercera edad y la de Vallarta, se transmitieran a los niños del puerto."
De hecho Ignacio Vallarta, durante su gestión como gobernador de Jalisco, entre 1871 y 1875, fue quien además de fundar la Escuela de Agricultura hizo obligatoria la educación primaria.
Y en esta historia hay también las Clíos, musas que participan con su memoria femenina. Informa el periodista que en La pluma azul, de alguna manera, comenzó hace una década este proyecto.
Una de las entrevistas que León Zazueta publicó en el periódico, hoy en descanso temporal, abre de hecho el libro. Se trata de las palabras de don Jesús, ''nuestro Virgilio ciego", quien en el momento de la publicación ''conservaba una lucidez envidiable, una frescura mental que valió la pena que ahora rescatáramos. Don Jesús contó de la belleza que se dice tenía el puerto en tiempos de Vallarta, cuando los ojos no se cansaban de ver delfines que saltaban y los estómagos se hartaban de comer langostas".
La historia oral como estrategia para entrar en el tercer milenio, proponen en Puerto Vallarta.