Ť Inauguran Mexican Modern Art en Montreal


México puede ofrecer a Canadá ''más que 5 nombres'': Lozano

Ť Se capitalizó una coyuntura fascinante, dice el curador de la muestra

Merry Mac Masters Ť La exposición Mexican Modern Art. 1900-1950 (Arte moderno mexicano. 1900 - 1950), una colaboración de los dos museos más importantes de Canadá y que consta de 282 obras, entre pintura, escultura, gráfica y fotografía, de grandes nombres y otros no tanto, tiene la particularidad de mostrar un discurso del arte nacional que permite cambiar la lectura que suele manejarse mediante las exhibiciones internacionales. Todo esto fue posible porque Mexican Modern, no obstante ser una iniciativa canadiense, cuenta con un curador mexicano, Luis-Martín Lozano, cuyo planteamiento conceptual fue respetado.

diego Este sin embargo no fue el caso cuando la muestra ųque se inaugura hoy en el Museo de Bellas Artes de Montrealų empezó a gestarse siendo todavía director Pierre Théberge. En un principio, cuenta Lozano, su percepción del arte mexicano era ''muy estructurada". Es decir, ''básicamente" pretendían llevar Diego Rivera y Frida Kahlo a Canadá. El entrevistado, quien todavía no entraba en el panorama, dice que autoridades del museo de Montreal se acercaron a las instituciones culturales de México, las cuales les dijeron que no se podía hacer una muestra de Rivera porque se preparaba la retrospectiva que se exhibe en Houston, y conseguir cuadros de Kahlo era difícil si no se hacía con antelación.

Orozco, Siqueiros, Tamayo et. al.

En un segundo viaje a México (noviembre de 1997), Mayo Graham, entonces jefa curatorial del museo de Montreal, vino con la intención de hacer una exposición sobre los ''cinco grandes": ahora incluiría también a Orozco, Siqueiros y Tamayo. Lozano apunta que los canadienses querían algo de México ''equiparable" al llamado ''grupo de los siete", cuyos pintores son ''baluartes de su nacionalismo", y acaban de tener una exposición en el Museo de Arte Moderno. En eso el curador independiente regresó de un viaje de investigación a Roma y encontró en su grabadora varios mensajes de Graham que ya estaba a punto de irse. Reunidos, Lozano le dijo que valía más la pena hacer una exposición donde los canadienses pudieran explorar ''lo mucho que México podía ofrecer que no era sólo cinco nombres". Concretamente, que revisara el proceso del arte moderno de México. Tres meses después se le pidió una propuesta basada en esa idea inicial que luego fue aprobada por el patronato del museo.

(A mediados de 1998, Théberge fue nombrado titular de la Galería Nacional de Canadá, en Ottawa, institución que se sumó al proyecto. Graham se integró a su equipo convirtiéndose en directora de Alcance Nacional y Relaciones Internacionales.)

A decir del curador huésped, conforme avanzaba el proceso los canadienses se interesaron mucho por ''ampliar su conocimiento de la historia del arte mexicano" y ''entendieron la importancia de que México tuviera la oportunidad de cambiar los discursos internacionales mediante las exposiciones". Lozano anota: ''Ellos me platicaron que en un primer instante pensaron en una exposición como la del Museo Metropolitano de Arte (Esplendores de 30 siglos) y que se habían acercado al Museo de Arte Moderno de Nueva York para hacer una muestra conjunta, pero al MoMa no le interesó.

''Como nación cuya historia del arte siempre ha sido explicada en función de Europa o Estados Unidos, les pareció que la coyuntura de poder hacerlo con México era algo deseable para ellos mismos.".

Parte de esa ''coyuntura fascinante" consistió en pedir obra mexicana dispersa por el mundo. ''Les expliqué que había mucha obra en colecciones privadas fuera de México, incluso en museos de Estados Unidos y Europa, que difícilmente se exhibía porque el país no tenía muchas veces la posibilidad de pedirlas o porque esos países no hacían proyectos específicos sobre México (...). Pedimos piezas de Europa, de Sudamérica, de los museos de EU donde creía que los cuadros eran importantes para el guión. Les pedí un video para que el público canadiense conociera los murales y se mostraran los detalles de los dibujos que íbamos a seleccionar. Después de la investigación descubrimos que en 1947 hubo una exposición, Arte contemporáneo de México, organizada por un coleccionista estadunidense, que por azares del destino fue llevada al museo de Montreal. Me propuse juntar muchas de las mismas piezas para que se pudieran ver 50 años después en un contexto histórico".

Mexican Modern tiene cuatro secciones: Modernismo temprano: arte entre corrientes cosmopolitas y nacionalistas, 1900-1920; El renacimiento mexicano: arte en tiempos posrevolucionarios, 1921-1934; Imágenes para una nueva era: la fotografía y el resurgimiento de la estampa; y El estilo mexicano: la profusión del modernismo mexicano, 1935-1950. La muestra cuenta con ''los mejores cuadros de los museos mexicanos" como Las músicas dormidas (1950), de Tamayo, y Madre campesina (1924), de Siqueiros, que ''difícilmente" se prestan. El entrevistado se apoyó en la casa de subastas Sotheby's para localizar, por ejemplo, Vendedora de alcatraces (1938), de Rivera, comprada por un coleccionista mexicano.

Rivera, artista de vanguardia

Aparte de la fotografía, que incluye nombres como Emilio Amero, Agustín Jiménez, Tina Modotti, Manuel y Lola Alvarez Bravo, otra faceta de interés es la gráfica. México, desde los años cuarenta, se ha reconocido por su gráfica política, pero esta manifestación tuvo otra ''cara" desarrollada en las escuelas de pintura al aire libre, por el grupo 30-30, en donde se insertan los grabados estridentistas de Ramón Alva de la Canal.

Por otro lado, Lozano decidió no incluir a Posada, ''el arquetipo nacionalista por el cual todas las exposiciones comienzan". La muestra, en cambio, arranca con tintas en las que Orozco ofrece una visión ''más crítica y más escéptica" de la Revolución mexicana. Mexican Modern, entonces, tiene sus ''puntos críticos sobre nuestra historia del arte".

Rivera, por ejemplo, está representado como artista de vanguardia y como parte del renacimiento mexicano con el ''arquetipo" (las vendedoras de alcatraces y los niños) que lo hizo famoso, a fin de mostrar que también México propició esa imagen un tanto pintoresca a veces.

(Mexican Modern Art... se exhibirá en el Museo de Bellas Artes de Montreal hasta el 6 de febrero del 2000. En la Galería Nacional de Canadá, en Ottawa, se presentará del 25 de febrero al 21 de mayo.)