La Jornada martes 2 de noviembre de 1999

Alberto Aziz Nassif
La UNAM: Ƒcuestión de tiempo? industria automotriz

CASI 200 DIAS TIENE PARALIZADA la Universidad Nacional Autónoma de México. Desde abril, cuando estalló el conflicto, muchas voces señalaron que con ese movimiento no había ganadores. Al paso de las semanas y de los meses, el conflicto universitario se ha ido añejando y ha empezado a podrirse. Las etapas por las que ha cruzado este conflicto pueden marcarse a través de las diferentes iniciativas (todas rotundos fracasos), que se han puesto en el camino para encontrar alguna solución, y que van desde las primeras comisiones de encuentro entre las partes, la famosa propuesta de los maestros eméritos, hasta las últimas consultas.

Parece que la lógica del conflicto universitario es permanecer en el tiempo, polarizar las posturas y continuar así hasta que aguante el país, el sistema político, el gobierno, la sociedad y los mismos estudiantes de la máxima casa de estudios.

Las partes (CGH y autoridades) no han podido encontrar ningún territorio mínimo y eficiente para conversar, dialogar, negociar o cualquier otra forma de la política y de la vida de cualquier institución universitaria. Ninguna de las vías de solución propuestas ha servido porque quizá en el fondo hay intereses poderosos que no quieren encontrar solución; el conflicto universitario se instaló ya como un modo de vida. La polarización de las partes ha impedido que otro actor pueda surgir con la fuerza necesaria de la mediación entre las partes. No es la primera vez en los últimos años que un conflicto se instala para permanecer sin solución; el caso más emblemático, hasta antes de la UNAM, era Chiapas. Posiblemente estos meses de la huelga universitaria pasarán a la historia como uno de los episodios más oscuros de la vida de esa universidad, en donde todos los instrumentos de una institución en donde se hace investigación, crítica, análisis, enseñanza, aprendizaje, han fracasado, y en su lugar han predominado sus antinomias: la cerrazón, la intimidación, el sectarismo, la intolerancia, el prejuicio.

Como un acompañante de la UNAM, el momento político del país contiene elementos de un clima de polarización: una sucesión presidencial muy competida y una sobreexposición de precampañas en un ambiente de guerra sucia con pocas propuestas y sin claridad de proyectos de país para un futuro próximo.

ƑQué está en juego en el conflicto universitario? Las cuotas fueron el detonador, pero ahora se ha enredado tanto la madeja que ya nadie sabe cómo salir del laberinto. Una de las novedades que ha surgido con este movimiento universitario es que expresa una parte de ese país que se quiso borrar con los proyectos de modernización económica y de globalización. Es el México que ya no cabe porque está excluido; son los rostros desagradables de una masa que no encuentra más vehículo que la intolerancia de sus posiciones y que se nutre del resentimiento. El día que cerraron los centros e institutos de investigación pude constatar que esos estudiantes, que obedecían a una consigna, no tenían más proyecto que protestar por un mundo injusto dividido entre ricos y pobres. El argumento de algunos estudiantes al cerrar esos centros de investigación fue: "ustedes hacen libros para ricos". ƑCuál puede ser el nivel de diálogo que se puede dar cuando el referente son las películas de Pedro Infante ("nosotros los pobres, ustedes los ricos"), pero sin la magia del cine? No hay tampoco ningún referente político que pueda enmarcar el conflicto; los partidos han sido rebasados; el gobierno federal está inmovilizado; el rector se encuentra completamente arrinconado; los académicos no han logrado incidir en la negociación. Los ultras mandan. No hay interlocutores válidos para las partes; no hay espacio de negociación posible; no hay debate sobre proyectos de universidad; no hay discusión en torno a posibles cambios en la estructura de gobierno. Sin embargo, la evidencia es que la UNAM no puede regresar a sus labores en las mismas circunstancias que antes del conflicto, pero no hay proyectos alternativos con suficiente visibilidad para que puedan cohesionar a una parte mediadora y encontrar una salida. La UNAM sigue paralizada, mas no como en abril, sino en una situación de mayor enfrentamiento y más lejos de una solución. ƑSerá cuestión de tiempo alcanzar el abismo, adonde pueden llegar las tentaciones autoritarias abonadas durante 196 días por la intolerancia y la polarización? *