n No hubo señalización adecuada y los competidores se perdieron
Aparicio y Cabrera triunfaron en el Sky Maratón
n "Nos aumentaron la distancia y nos redujeron los premios", se quejaron los corredores
Jorge Sepúlveda Marín, enviado, Paso de Cortés, 31 de octubre n Los competidores mexicanos Esther Aparicio (3:24.12 horas) y Patricio Cabrera (2:33.52) defendieron a la Mujer Dormida al ganar en sus territorios el Sky Maratón disputado ayer entre unos 50 competidores que desafiaron el congelante frío de 5 grados celsius al iniciar, hasta llegar a la meta en Amecameca, bajo un sol ardiente. Subieron de 3 mil 680 metros a 4 mil 750, para descender a 2 mil 460 metros sobre el nivel del mar (msnm). Auténtico sube y baja.
Sin duda que una de las novedades fue que el favorito para conquistar la competencia, Ricardo Mejía (2:43.59), arribó a la meta en la tercera posición, afectado por un mal que hizo estragos en todos, de acuerdo con sus declaraciones; "no hubo señalización adecuada y nos perdimos al bajar por el bosque", y por eso estaba enojado.
El segundo sitio correspondió a Narciso Flores (2:42.13), y en la rama femenil, también molestas por la pérdida de la ruta, cruzaron la línea de meta la italiana Gloriana Pelliecer (3:37.11) y la francesa Corine Favre (3:37.28).
Debido a las condiciones climáticas y la nieve suelta, además de que la semana anterior fallecieron tres escaladores en la zona, se recortó la competencia a 33 kilómetros, de los que al menos dos fueron de escalada en pendiente. El Iztaccíhuatl, con su manto de nieve encima, fue mal anfitrión ya que sólo permitió la subida de los competidores hasta el Refugio República de Chile (4 mil 750 msnm). Esperaban ascender a los 5 mil.
Pero el descenso es lo más peligroso, diría más tarde Patricio Cabrera, no sólo "porque nos perdieron", sino porque uno se golpea más las piernas y las rodillas. Al igual que sus compañeros nacionales, se quejó de que "nos aumentaron la distancia y nos redujeron los premios", ya que ahora les pagaron 2 mil, 800 y 400 dólares a los tres primeros sitios, lo que fue peor para las mujeres, a las "que apenas nos dieron 400, 200, 100 y 50 de premiación", se quejaría la guerrerense avecindada en Oaxaca, Esther Aparicio.
Cansados, arañados, golpeados, con los pies sangrando por las ampollas reventadas y algunos con torceduras uno a uno cruzaban la meta. El servicio médico llegó tarde para los primeros competidores que cruzaron la meta. Las mujeres y los masters estaban molestos. "Cada año que pasa, en vez de hacerlo mejor, va para atrás" se comentó.
Desde el observatorio de La Joya se gira al contrario de las manecillas del reloj para distinguir el Popocatépetl, aparece el Pico de Orizaba, se cruza en el camino del Iztaccíhuatl y los ojos se clavan en el Nevado de Toluca. Las montañas más altas del país parecen al alcance de la mano. Abajo, en Amecameca, los competidores calman sus males y están a la espera de la competencia del 2000.