n Retorno victorioso al Teatro Metropólitan


Café Tacuba, el hallazgo del intersticio exacto

n Realizará una gira por EU para presentar Revés/Yo soy

Pablo Espinosa n Desde las ocho hasta la medianoche del sábado, el Teatro Metropólitan se colmó, hasta el delirio, de un público fervoroso y complacido con una demostración del mejor rock nacional posible: la música excelsa de Café Tacuba, que durante 150 minutos llevó hasta el éxtasis a la palindromática, desatolondrada muchedumbre degustadora del eclecticismo energetizado, hiperexquisito y alivianadísimo de los sonares tacubianos. Helos aquí, que han retornado triunfadores después de un gran silencio, los mismísimos tacubos.

La función de teloneros la cumplieron los maduros integrantes de Lost Acapulco y su media hora de sabroso surf tarantinesco. Los varios retrasos en el programa se llenaron, en tanto, con el buen gusto de un DJ anónimo que puso en las bocinas dinamita pura para oídos finos. Finalmente, el ingreso de los vecinos de Ciudad Satélite se dio envuelto en clamores apoteósicos, transportados más arriba todavía con el sonido inconfundible, estilo e idea de la primera de muchas rolas maestras que fueron coreadas por la joven muchedumbre. Hilvanáronse entonces las viejas y las nuevas composiciones de estos maestrísimos que han sabido hallar el intersticio exacto entre el gusto personal y el colectivo. Su elevación entre el gusto popular se debe a una trayectoria consistente, a una intención sonora inequívoca, a una identidad consolidada. El estilo Café Tacuba está, desde hace mucho, ya consolidado.

Una nueva demostración de esta contundencia es el nuevo disco de Sus Eminencias Los Tacubos: Revés/Yo soy, álbum doble que constituye el acontecimiento discográfico del rock nacional en mucho tiempo. He aquí, en este nuevo disco, los elementos distintivos del estilo Tacuba: riesgo, experimentación, oído musical finísimo, compenetración con las corrientes sonoras más diversas y reunidas en un crisol ecléctico que, lejos de perder identidad, gana un sentido personalísimo, único, inconfundible. En su apuesta por la música tradicional mexicana, por ejemplo, Café Tacuba emerge como, digamos, un equivalente de lo que en el arte de la arquitectura representan el estilo y la idea de Luis Barragán. Nadie puede negar, por ejemplo, que la inclusión de violín huapanguero, jaranas, sonoridades y temas del otrora folclor nacional suenan en una coherencia apabullante, lejos, lejísimos de mamadas tipo "son nuestras raíces, hermano".

El disco doble Revés/Yo soy comprende una multiplicidad de hallazgos, consecuciones, maravillas: entre otras, el arte del fanzine, la fotografía, las artes plásticas, el diseño liberado de lo pretencioso, un filme, una idea feliz del palindroma (Yo soy, leído al revés dice: yos oy, de la misma manera que el palindroma genial de Guillermo Sheridan: Trazo mi Mozart, dice, y casi se oye: trazoM im ozarT), y un viaje mágico y misterioso por fuentes sonoras de origen variopinto en el primer tomo de este álbum doble, y en el segundo, el tradicional formato canción.

Porciones considerables de Revés/Yo soy, así como pasajes capitales de los discos tacubos anteriores sonaron anteanoche en el Teatro Metropólitan ante el júbilo slamero, canoro y saltarín de una muchedumbre esencialmente joven de alma y cuerpo que no cesó en el baile al pie de la butaca, desde los primeros clásicos soltados al inicio del toquín (No controles) hasta las partes climáticas a mitad de la velada (Chilanga banda) y la muy esperada Ingrata y la inefable Cómo te extraño bajo el signo de Leo... Dan. Y en medio de esas apoteosis, las nuevas rolas muy pronto asimiladas como clásicas: El hombre impasible, La locomotora, La muerte chiquita, entre otras piezas del disco flamante Revés/Yo soy, en el que colaboraron figurones tales como el Kronos Quartet. Todas y cada una de las rolas bailadas, saltadas, coreadas: ''šAy, soledad, siempre te he pertenecido!".

El retorno triunfal de Café Tacuba la noche del sábado y esta noche en el Teatro Metropólitan marca, a su vez, el preludio de una extensa gira por Estados Unidos, para presentar allá la producción doble, y que iniciará este miércoles 3 en Nueva York y seguirá, durante todo el mes, por Las Vegas, San Diego, Los Angeles, San Francisco, Chicago, Boston y Washington, entre otros gabachos puntachos del planeta gringo. Se consolidan, también, Los Tacubos, como punteros, junto a los maeses de Maldita Vecindad, del mejor rock nacional. Helos aquí, que han retornado victoriosos.

šSalve, maestrísimos tacubos!