n Alberti en Bellas Artes /II n

n Elena Poniatowska n

ųƑPor qué vive?

ųVivo porque tengo el tesón de vivir y porque nunca pienso en la muerte. No quisiera que existiera la muerte, quisiera que la muerte fuera la desaparición. Si ahora que estamos hablando, si a ti, no te lo digo para que te pase, pero si a ti te tocara morir, te viera desaparecer, y me quedara con la palabra en la boca. Que así fuera. Sin hospitales y sin porquerías. Desaparecer de pronto y tú te quedas así, conversando solo. O cuando el torero está toreando, desapareciera el toro también. Creo que sería la muerte mejor. Esa es la muerte que propongo...

ųY esa fórmula del avión que en algún momento desaparece entre las nubes...

ųBueno, también porque yo creo que los aviones no traen las catástrofes que los automóviles. Soy de origen catastrófico. Pues sí, no me importaría nada volar y que el avión desapareciera en el aire, como hay tantas cosas por allí, o que no llegase nunca. Soy lo más ajeno a la muerte que hay. Podría desaparecer ahora mismo y que se quedarán sin función en Bellas Artes. Eso sería una gran cosa... Lo peor es el hospital. Eso es lo peor. O morir frente a los demás, se te hincha la cara, se te hincha la panza...

ųƑNo decía en La arboleda perdida que iba a vivir hasta los 120 años?

ųMenos, menos... Llegar al 2025 me parece exagerado. Bueno, está bien, 2015, 2020, están bien... He visto a un pastor de la Unión Soviética, en el Cáucaso, maravillosamente vestido, de un modo formidable. Era un pastor musulmán, tenía 112 años y él se iba a casar con una gran bailarina caucasiana que tenía 35 años...

ųƑNo ha hecho usted lo mismo, aunque sin el vestido del pastor?

Su mujer, María Asunción Mateo Cruz, muy guapa, toda de rojo, con unas hermosas piernas largas, le trae agua, se la bebe, le arregla la camisa, los anteojos que cuelgan de un mecatito gris para que no se le pierdan.

 

La plaza llena

 

La camisa hawaiana de Alberti es verdaderamente escandalosa. Estalla a chillidos. Ramiro Osorio le avisa que el teatro está lleno. Los pisos y los palcos.

Alberti pregunta si la pistola está lista. Si las páginas no rozan con el micrófono cuando les da la vuelta. Si todo ha quedado preparado: el sonido, Ƒhay agua allá, en la mesa? Una muchacha le dice que este es el día más grande de su vida. Marianne Toussaint, la poetisa, hija de Enriqueta Ochoa, será su guía durante su estancia en México. Ella lo acompañará y lo consentirá en todo momento.

"Estamos dando la última llamada, Rafael", le explica Ramiro Osorio. Primera, segunda, tercera...

"Con tal de que lo lleneis. Si no está lleno no salgo". "Está llenísimo. Son 2 mil y pico de personas allá afuera. A la hora que toque la tercera, dentro de cinco minutos, te acompañamos José Luis y yo... Ha llegado la de Ibsen. Sí, la de Ibsen". (ƑQué será eso? ƑQuién será?).

Su mujer María Asunción lo besa. Qué bonitas piernas. Hasta luego. ƑDespués vamos a comer algo? ųpregunta Alberti. Sí, sí, sí, sí, sí. ''ƑDespués me hacen la crítica?". Claro, le responde una chaparrita. Una crítica feroz.

Este escenario es inmenso. Te das cuenta de lo enorme que es. Tiene buena acústica. Sí, lo he probado. El micrófono. Todo lo he probado. La cortina es de Tiffany's. ƑQuién es ese?

Qué lindo espectáculo, ya lo he visto, dice otra adoradora. Buen actor, buen transmisor, sin acción, la sinceridad de transm ÔÔMi primera vocaci—n fue la de pintorÕÕ, dijo Alberti en aquel recital en Bellas Artes isión lo proyecta a usted totalmente.

Alberti le asegura: "He dado más recitales que nadie, más que nadie. Sólo con Nuria Espert he dado más de 350, el mismo año cuando llegué. Allí estuvo Nuria el día cuando llegué a España y por primera vez recitamos juntos. Estoy muy acostumbrado. Confieso que siento un grandísimo entusiasmo por comunicar la poesía en los teatros, en las plazas de toros, en medio de las plazas, de noche, en la calle, con un éxito muy grande. Creo que la poesía se ha hecho para decirla, comunicarla. No para que los poetas se la guarden en sus habitaciones, en un bolsillo, y se la lean los amigos unos a otros. No sólo comunico mi poesía, sino la de todos los poetas españoles, comenzando con Jorge Manrique''.

Hablan de una pistola. ''Está debajo de una hoja blanca''. Alberti va a disparar al terminar un poema. "Buster Keaton busca por el bosque a su novia, que es una verdadera vaca", poniéndosela en la sien. "ƑYa está lista?" "Si, pero póntela un poco de lado, no directamente en la sien. Sale el fogonazo, aunque sean balas de salva, la pistola escupe pólvora quemada".

Antes de salir a escena, Alberti exclama: "Al toro, al toro..." Dedica el recital a Lupita, una muchacha que trabajó para él, y a María Teresa León, arcangélica. Todavía la llama "amor". "Ella, cuando se le preguntaba la hora, contestaba cualquiera. Cuando eran las diez de la mañana ella respondía que eran las tres de la tarde. ƑDónde estará ahora? Era una maravilla de condescendencia y cariño. Murió el año pasado y es todavía casi la aparecida, la que comprobó que el corazón del mar, ciegamente extendido, se pule en pedazos de dulce sal y espuma. A ella, a Lupita, quiero hoy dedicar este recital de mis poemas".

Vital, fuerte, el pecho abombado, Alberti le sonríe al público, ese gran animal que respira en la oscuridad. No lo ve, lo siente y lo torea como se le da la gana. ''Nací en el puerto de Santa María, en la perfecta bahía de Aquitania. Mi primera vocación fue la pintura. A los 15 años partí con mi familia para vivir en Madrid. Más tarde, con la nostalgia del mar, hice mi primer libro, Marinero en tierra, que obtuvo el Premio Nacional de Poesía otorgado por Antonio Machado'. He aquí algunas canciones de esta nostalgia del mar. 'ƑPor qué me trajiste, padre, a la ciudad, por qué me desenterraste del mar?'".

A cada aplauso, Alberti se crece como actor. En realidad es un actor. Antes de salir alguien le dijo al oído: "Afuera de Bellas Artes todavía hay cola. Los van a dejar entrar en el entreacto". Contento por la noticia, Alberti embistió al público como toro de Miura y gritó casi:

"Qué blanca lleva la falda, la niña que se va al mar,/ ay niña, no te la manche la tinta del calamar".

Entre poema y poema hace sus comentarios: "Yo, como los toreros, me gusta ver la plaza llena" (todos ríen).

Explica: "Federico García Lorca y yo fuimos, de nuestra generación, los dos poetas taurinos. Federico en su romance de Mariana Pineda y su Llanto por la muerte de Sánchez Mejías (el poema más conocido sobre el torero sevillano). Yo, por ejemplo, en estas coplillas dedicadas al Niño de la Palma, un torero que era sobre todo alegría, toda claridad y que como jugando jugando llegaba más adentro".

El poeta se adentra en lo que más interesa al público de México y cuenta:

"El 13 de agosto de 1935, en la Plaza del Toreo, cuando todavía vivía el diestro Rodolfo Gaona, tenía sobre Sánchez Mejías una ventaja muy grande, porque siempre que toreaba aquí, en la Plaza del Toreo, todos los indios mexicanos, que eran sus grandes partidarios, a la salida, le tiroteaban el coche. He visto en Sevilla un coche que tenía Ignacio, que había traído de la Plaza del Toreo, todo agujereado por las balas mexicanas, a causa del entusiasmo que tenían los indios por Rodolfo Gaona, que era un magnífico torero al que yo conocí en México.

''En 1929, escribí un poema que se llama Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho otro tonto, dedicado a aquellos geniales tontos del cine mudo estadunidense. Este poema, El tonto de Rafael, es un autorretrato novelesco en el que yo figuro como un tonto".

 

Y la pistola no disparó

 

Alberti redondea la boca, sacude la cabeza, pone los ojos en blanco y anuncia: Buster Keaton.

La primera gran carcajada sube como una negra ola de mar. Su voz se alegra, rejuvenece, cobra los bríos que no le habíamos oído. Es casi un muchacho el que se enfrenta al público, un domador de circo. Seduce y juega haciendo todas las voces, los mugidos de la vaca, de la lechuza, de la rata.

"Buster Keaton se había enamorado de una vaca y realmente iba con ella a todas partes. Primero, estaba muy pobre y fue a colocarse a una granja, el dueño rápidamente le dio una silla y un cubo y le dijo que ordeñara a una gran vaca que había allí. Buster Keaton se sentó delante de la vaca, puso el cubo debajo de la teta y pasó todo el día esperando a que la leche saliera sola. Entonces lo echaron, pero lo echaron de manera que él escapó con la vaca, porque la quería mucho, y la vaca se enamoró de él y la llevaba a todas partes. Este poema, cuando yo lo escribí, yo lo representaba en el cine club que se fundó en Madrid, donde a veces me invitaban para que yo leyera.

''Uno, dos, tres y cuatro/ En estas cuatro huellas no caben mis zapatos/ Si en estas cuatro huellas no caben mis zapatos/ Ƒde quien son estas huellas?/ ƑDe un tiburón,/ de un elefante recién nacido o de un pato?/ ƑDe una pulga o de una codorniz?/ (Pi, pi, pi) (El publico ríe) šGeorginaaa!/ (Unas mujeres emiten unos grititos estridentes) ƑDónde estás?... šGeorgina!/ ƑQué pensarán de mí los bigotes de tu papá? (...) Ahora que te faltaba un solo cuerno/ para doctorarte en la verdaderamente útil carrera de ciclista/ y adquirir una gorra de cartero/ (Cri, cri, cri, cri)/ Hasta los grillos se apiadan de mi/ y me acompaña en mi dolor la garrapata/ Compadécete del smoking que te busca y te llora entre los aguaceros/ y del sombrero hongo que tiernamente/ te presiente de mata en mata/ šGeorginaaa!/ šMaaa!/ ƑEres una dulce niña o eres una verdadera vaca?/ Mi corazón siempre me dijo que eras una verdadera vaca./ Tu papá, que eras una dulce niña,/ mi corazón, que eras una verdadera vaca./ Una dulce niña./ Una verdadera vaca./ Una niña./ Una vaca./ ƑUna niña o una vaca?/ O Ƒuna niña y una vaca?/ Yo nunca supe nada. /Adiós, Georgina.'' (šPum!)

Alberti intenta dispararse la pistola en la sien, y nada, la pistola no dispara. De nuevo aprieta el gatillo, nada, hace fuerza, nada de nada. ''La fuimos a comprar anoche, me dieron toda clase de garantías (carcajada general), pero la verdad es que no comprendo por qué no funciona''. Vuelve a apretar el gatillo. (Gran aplauso). ''šEsto es un verdadero fracaso! Sí, porque este era mi número fuerte (más risas, 2 mil personas juntas riéndose). De manera que... la tenemos que ir a devolver esta tarde".