n Marcelo Pakman compiló un libro al respecto
El lenguaje no sólo representa la realidad, también la construye
n La sociedad no es proclive a respetar las diferencias, comenta
Raquel Peguero n ƑCómo se construye la experiencia humana? Las perspectivas son diferentes, afirma Marcelo Pakman, porque "una realidad cotidiana está configurada por las tradiciones éticas, familiares, de clase social, de lenguaje, y no es la misma desde México hasta Shanghai. Sin embargo, hay elementos que son generalizables y tienen que ver con nuestra biología, que se encuentra entremezclada con la cultura y la sociedad".
Compilador de dos volúmenes titulados Construcciones de la experiencia humana (Gedisa), Pakman ųdirector de servicios psiquiátricos del Behavioral Health Network, en Massachusetts, y vicepresidente de la American Society of Cyberneticsų explica en entrevista algunas de las conclusiones que se han obtenido al respecto.
Señala que los mencionados libros son aportes de personas que participaron en dos movimientos teóricos y culturales ųlos constructivistas y los construccionistasų derivados de la terapia familiar, que "es una forma de psicoterapia que estuvo influida por desarrollos teóricos en diferentes disciplinas, como la cibernética, y al mismo tiempo por la crítica social, lingüística. Lo que tienen en común, es que ambos representan una posición epistemológica, es decir, una actitud respecto de qué es el conocimiento''.
ųƑCuáles son las características comunes?
ųEl lenguaje. A pesar de que usamos distintos idiomas, todos lo utilizamos como un modo no sólo de representar la realidad ųporque eso implicaría decir que la realidad es una y uno la representa de diferentes modosų, sino de construirla de manera diferente por medio del lenguaje.
ųY la cultura, Ƒqué papel juega?
ųLo hace por medio del lenguaje, de los modos particulares en que nos relacionamos unos con otros: las tradiciones familiares, las arquitecturas en las que vivimos. Cuando se llega a un pueblo mexicano, uno sabe que lo es, no sólo por el habla sino por cómo se vive y se relaciona la gente. No es que una parte de la experiencia sea cultural, la tiñe toda, y los ritos son el aspecto más evidente de esas diferencias. Hay otros mucho más inaparentes pero fuertes, que se dan cotidianamente, como los modos del habla, y eso está encarnado en los dominios en que vivimos la experiencia cotidiana.
ųƑDe qué manera contribuye la globalización a este proceso?
ųEs una de las grandes influencias. En buena parte es producto de los grandes avances tecnológicos, pero también de situaciones políticas, económicas de mercado que ha generado una inmensa, no sólo generalización del modo de acercarse a cuestiones humanas, sino también una inmensa simplificación de muchos de esos modos. Este es un mundo macdonalizado, en el que de algún modo hay una homogeneidad producida, en buena parte por los grandes avances tecnológicos. Al mismo tiempo hay una tensión entre esta homogeneización y la tendencia que tienen las culturas a preservarse en su diferencia, en su individualidad, con lo cual la globalización es una influencia, pero entra en conflicto con lo que las culturas también hacen: tender a perpetuarse tal como son, o a evolucionar de un modo específico y no general.
ųSi la diferencia es lo que permite el arraigo, Ƒpor qué se le tiene tanto miedo?
ųNo creo tener la respuesta. Parto del hecho que las sociedades humanas vivieron entre esta tensión de ser parecidos y ser diferentes, y de que en los modos en que nos hemos organizado a lo largo de la historia no hemos sido demasiado proclives a respetar la diferencia, sino que, en general, ha sido para establecer jerarquías, dominancias y ese tipo de cosas que hacen el material de los enfrentamientos en la historia.
ųƑY esto parte de las relaciones familiares?
ųEn cierta forma porque dentro de las familias hay a su vez diferencias "culturales" y aspectos en común. El hecho de que ahora no sean lo que tradicionalmente señalan los libros, sino que hay formas muy diversas, hace que el contacto entre culturas no sea algo que pase en las fronteras entre países, sino dentro de las familias, y eso está tiñendo las relaciones humanas cada vez más y lo hace más candente todavía.