* González Fernández descarta la posibilidad de fracturas después del 7
Menos de mil asistentes, en el cierre de campaña del tricolor
* Critica Manuel Aguilera a detractores del proceso interno priísta * No habrá derrotados, dice
Raúl Llanos y Ciro Pérez * Con un reiterado llamado a la unidad, Roberto Campa, Jesús Silva y Silvestre Barajas, precandidatos del PRI a la jefatura del Gobierno capitalino, cerraron ayer sus campañas proselitistas en un acto que estuvo encabezado por el dirigente nacional de su partido, José Antonio González Fernández, quien puntualizó que el 7 de noviembre habrá elecciones "totalmente transparentes y objetividad", y rechazó cualquier posibilidad de fractura o división.
Durante el acto, efectuado en la explanada del CEN del PRI ante poco menos de mil simpatizantes y militantes, Manuel Aguilera Gómez, dirigente local del tricolor, consideró que a pesar de que este proceso causó desconcierto, suspicacias y fue menospreciado por sus contrincantes políticos, "los acontecimientos se han encargado de probar la autenticidad de nuestros propósitos".
Dijo que en la votación interna "nadie saldrá derrotado; (por el contrario) el partido será el vencedor", y citó datos de una encuesta según la cual este partido tiene ya 48 por ciento de las simpatías electorales de los capitalinos.
El primero en hablar fue Silvestre Fernández, quien vestido de negro llamó a los simpatizantes del Revolucionario Institucional a "no dejarse engañar, pues en esta contienda no hay candidato oficial ni favorito de nadie. No hay ni habrá línea ni mensaje ni señales, (y) quienes lo dicen se pasan de listos".
Tras manifestar que se sentía satisfecho por la respuesta de la gente hacia su campaña, reiteró su compromiso de luchar contra la delincuencia. "A mí no me temblará la mano para luchar a muerte contra los delincuentes y declararle la guerra a la corrupción", e insistió en que si así lo decide la gente habrá de implantar la pena de muerte, que sería de carácter temporal y aplicable sólo en casos de violación, secuestro y homicidio calificado.
Le siguió Roberto Campa, quien comentó que "para desgracia de panistas y perredistas, a los priístas la contienda interna no nos divide. Estamos aquí, al cierre de campaña, reunidos y fortalecidos". Además, remarcó una y otra vez su "orgullosa militancia" priísta.
Cerró su discurso aludiendo a su principal contendiente: "el priísmo no se improvisa. Los militantes somos muchos, pero sabemos quiénes somos. No necesitamos importar o improvisar un candidato que nos represente. En esa lógica, la exigencia consecuente es que el abanderado priísta sólo puede ser un priísta, esa es la lógica que se impondrá en las urnas el 7 de noviembre".
Por su parte, Jesús Silva, quien dijo que luego de dos meses de precampaña "ganamos la democracia sin perder el partido", añadió que nada ha sido en vano, "todos los esfuerzos merecen reconocimiento, porque cada voto este 7 de noviembre, independientemente de a qué candidato favorezca, será de confianza en el partido y de su transformación".
Indicó que cada voto probará que la democracia funciona sin dividir, que los priístas saben practicarla, "y que ahora es la voluntad de la mayoría la que toma las decisiones en el Revolucionario InstitucionaI. Si logramos entender a cada voto de esa manera, entonces no habrá lugar para divisiones ni reclamos".
Manuel Aguilera Gómez cerró el acto partidista y en su discurso externó que las voces del pasado autoritario pretenden desacreditar el procedimiento de consulta a las bases militantes y simpatizantes, como medio para definir la postulación de sus candidatos.
"Se resisten a reconocer la urgencia de reformar radicalmente al partido. Poco a poco, sin embargo, los acontecimientos están probando la apertura de nuestra organización a toda la sociedad. La renovación de sus prácticas para la postulación de sus candidatos está permitiendo recobrar la credibilidad de los ciudadanos".
Después del mediodía, Jesús Silva Herzog, precandidato a la jefatura de Gobierno del DF, participó en otro cierre de campaña con militantes de diversas agrupaciones priístas, fundamentalmente con Antorcha Popular, en el Monumento a la Revolución, y de acuerdo con informes oficiales, se concentraron en ese lugar más de mil personas, a quienes se les regaló desde camisetas hasta gorras y distintivos del aspirante.
El ex secretario de Turismo permaneció en ese lugar aproximadamente 20 minutos y posteriormente se retiró.
Los priístas participaron en una verbena donde hubo conjuntos musicales y venta de todo tipo de productos. Algunas versiones señalan que hubo consumo de bebidas alcohólicas y cerca de las 17:00 un grupo de gente se lió a golpes.
La policía capitalina no reportó ninguna situación grave en la concentración.