n El Boeing 767 de la aerolínea Egypt Air cubría la ruta Nueva York-El Cairo


Se desplomó un avión con 217 personas en costas de Massachusetts

n Se desconocen las causas del percance; los rescatistas sólo han podido encontrar un cuerpo

n Dice Clinton que no hay evidencias de sabotaje; Hosni Mubarak envía el pésame a familiares

Afp, Reuters, Ap y Dpa, Boston, 31 de octubre n Un Boeing 767 de la aerolínea egipcia Egypt Air se desplomó en las primeras horas de este domingo sobre las costas de Massachusetts, con 217 personas a bordo y al parecer no hay sobrevivientes. El aparato cubría la ruta Nueva York-El Cairo, y los restos fueron localizados unos 100 kilómetros al sur de la isla de Nantucket.

Hasta el momento se desconocen las causas del desperfecto -accidente o atentado- ocurrido minutos después de que el aparato despegó del aeropuerto neoyorquino John F. Kennedy. La guardia costera movilizó un importante cuerpo de rescate, pero sólo se ha encontrado un cadáver y diversos objetos como asientos, chalecos inflables y pasaportes. La zona de búsqueda abarca unos 92 kilómetros cuadrados, y sólo se realiza en la superficie para intentar localizar a posibles sobrevivientes.

El presidente, Bill Clinton, afirmó que "hasta ahora no hay evidencias de un sabotaje", pidió no especular sobre el motivo del siniestro y envió sus condolencias a las familias de las víctimas, mientras el vicepresidente, Al Gore, prometió una "investigación exhaustiva" la cual, según el alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, podría llevar semanas.

Las autoridades egipcias descartaron la posibilidad de un atentado, pidieron a Estados Unidos que lleve adelante las investigaciones sobre la catástrofe y subrayaron la coincidencia de que haya ocurrido en la misma zona del accidente del aparato de la TWA en 1996, con saldo de 230 muertos, y del de John F. Kennedy hijo hace unos meses. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, también envió su pésame a las familias afectadas.

La ruta completa del avión era El Cairo-Nueva York-Los Angeles y viceversa. De regreso sufrió un desperfecto en uno de los neumáticos en el aeropuerto de Los Angeles, por lo que llegó a Nueva York con dos horas de retraso. Un funcionario egipcio afirmó que el Boeing efectuó una escala de urgencia en la base militar Edwards, en California, pero la versión fue desmentida.

El aparato salió del John F. Kennedy a la 1:19 (hora local) y desapareció de los radares a las 2:00 horas, justo en el momento del cambio de horario, informó Eliott Brenner, vocero de la Administración Federal de Aviación (FAA).

El contacto con el aparato y los controladores del aeropuerto se perdió cuando el avión pasó los 11 mil metros de altitud, y no se recibió ningún llamado de urgencia. El presidente de la Oficina Nacional para la Seguridad en los Transportes, Jim Hall, precisó que el avión "cayó muy rápido": comenzó un descenso desde 11 mil metros (33 mil pies) "el último contacto de radar fue alrededor de 36 segundos después, cuando la máquina había descendido a 5 mil 800 metros (19 mil cien pies), es decir, un descenso de 7 mil metros por minuto".

El ritmo de descenso indica que el avión "estaba casi totalmente fuera de control", estimó el director de seguridad Aérea de la Universidad del Sur de California, Michael Barr, un ex piloto de la Armada. Agregó que "el descenso equivaldría a unos 10 mil 500 metros por minuto, y he estado en aviones de combate que apenas se mueven a esa velocidad".

El canal estadunidense MSNBC informó que el Boeing cayó al mar en picada, mientras la cadena Fox News indicó que los radares detectaron fragmentos en el aire, lo que parece confirmar la teoría de una explosión.

Entre los pasajeros se encuentran 129 estadunidenses, un chileno, 62 egipcios, tres sirios y dos sudaneses, además de dos menores que no ocupaban asientos, así como 15 tripulantes activos y tres fuera de servicio. En un principio se informó que el total de personas a bordo era de 214, pero la cifra fue corregida con el número de tripulantes en descenso.

De acuerdo con el portavoz de la policía de Transportes de Nueva York, Anthony Infante, no se recibió ninguna amenaza en contra del aparato, aunque hace un mes la FAA emitió una alerta después de que recibió una carta que advertía sobre la posibilidad de que una bomba "fuera utilizada pronto" en un vuelo procedente de Los Angeles o Nueva York. La FAA retiró la alerta poco después al no poder confirmar la información.

La primera tarea de los rescatistas será recuperar los cuerpos y restos del aparato, entre ellos las cajas negras del avión -que contienen las grabaciones de las conversaciones entre los pilotos y los datos del vuelo- para tratar de determinar las causas de la tragedia. La búsqueda de las cajas negras se complica porque la zona en la que cayó el Boeing tiene una profundidad de 80 metros, y la temperatura del agua es de 15 grados centígrados, esta última situación reduce las posibilidades de que haya sobrevivientes.

El FBI interrogó al único de los pasajeros que descendió en Nueva York justo antes del siniestro y que se convirtió, por unas horas, en sospechoso. El pasajero fue identificado como Edward McLouglin, quien resultó ser un experto en ayuda sicológica a familias de víctimas de desastres.

Tanto en Nueva York como en El Cairo se repitieron las escenas de tristeza, desesperación e impotencia de parientes y amigos de los pasajeros. La Egypt Air puso a disposición de los familiares de la víctimas un avión para que los traslade a Nueva York.